Diversas universidades de México contemplan en sus planes de estudio, materias relacionadas con las Humanidades. Pero, ¿por qué?, ¿cuál es su importancia? La doctora Zenia Yébenes Escardó, investigadora de la Unidad Cuajimalpa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) aseguró que el estudio de las disciplinas humanísticas resulta ser ahora más necesario que nunca. 

La razón tiene que ver con la imposición de una racionalidad de índole técnico e instrumental. En conjunto permiten hacer de los humanos “productos de mercado”, abundó la experta durante la conferencia ‘¿Por qué son necesarias las Humanidades?’ organizada por alumnos del Departamento de Humanidades en el marco de la tercera Semana de Humanidades. 

En este sentido, la académica indicó que asignaturas como la filosofía, historia y literatura, tienen como punto de encuentro “el interrogante por lo humano”, advirtió la especialista. 

Las universidades y las humanidades

En la actualidad, las Humanidades se encuentran en un punto difícil. Esto debido a que “se ha impuesto una idea de razón. Sobre todo desde la modernidad de los siglos XVI y XVII hasta ahora, que tiene que ver con una racionalidad de carácter técnico-instrumental que está relacionada con la forma como concebimos el saber”, detalló Yébenes Escardo.

Dicha racionalidad ha originado diversos beneficios. Tales como algunos avances tecnológicos, los cuales, la humanidad nunca pensó conseguir. Pero, cuando “reducimos todo a eso, también nosotros empezamos a tratarnos con esta racionalidad instrumental y técnica”, dijo.

Para la experta, las universidades se encargan ahora de formar profesionalmente a las personas. Sin embargo, esto no es necesariamente negativo. El problema reside en cuando las instituciones hacen de esto su único objetivo. 

“Porque no reflexionar sobre lo que hacemos, sino convertirnos en productos de mercado en una lógica pragmática, instrumental y técnica, nos lleva a convertirnos en sujetos totalmente funcionales para un orden de mercado”, apuntó.

La gravedad del asunto radica en que la universidad puede perder su espíritu crítico. Entonces dejará de ser un “semillero para criticar el orden de lo establecido y sus límites. Pero si se centran en formar personas que entren en esos límites y tengan posibilidades laborales dentro de esos límites, se perderá el espíritu crítico”, advirtió.

La situación de las disciplinas humanísticas

Todo el sistema está construido para que haya personas descartadas. No se trata de simplemente echarle ganas. Sino que, más bien, es cuestión de algo sistemático que abre paso a que haya gente que nunca va a tener la oportunidad de nada.

Así lo refiere Yébenes Escardo, quien además agregó que las carreras de Humanidades están en desventaja.  Excepto los programas educativos que se transformen en producto del mercado.  De esta manera, se pierde el oficio de pensar, lo que debería “parecernos un insulto, porque es subestimar a las personas desde el inicio y es también una falta tremenda de respeto”, añadió.

Por lo tanto, para la experta, las Humanidades están conformadas por un grupo de disciplinas que favorecen la formación del individuo. Y si bien, “no están hechas específicamente para obtener un trabajo. Su propósito fundamental es formar a una persona, cuyos conocimientos le van a servir en cualquier actividad. Porque aprenderá a pensar, desarrollará capacidades creativas, tendrá un bagaje cultural que le dará seguridad en sí misma. Y sobre todo, tendrá bases para hacerse preguntas y criticar lo ya establecido”, concluyó.