En nuestra sociedad, existe una creencia general de que las amistades, al igual que las relaciones familiares, deben durar para siempre. Sin embargo, el fin de una amistad no siempre es algo negativo y reconocerlo puede ser un acto de madurez emocional y bienestar personal.
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A continuación, te contamos algunas razones por las que poner fin a una amistad puede ser una decisión saludable.
¿Por qué no está mal terminar una amistad?
Grace Vieth, investigadora en psicología social de la Universidad de Minnesota, estudió la disolución de la amistad, y dice que no hay guiones normativos sobre cómo terminar una relación de este tipo.
Por otro lado, los pocos estudios o atención a esta separación y ruptura amistosa puede dejarnos inseguros, confundidos, tristes y demás. Por lo que aquí te dejamos un enfoque diferente por ver si una amistad llega a terminar.
Crecimiento personal y evolución
A medida que crecemos y evolucionamos, nuestras prioridades, intereses y valores cambian. Lo que alguna vez unió a dos personas puede dejar de tener sentido en diferentes etapas de la vida.
No es raro que una amistad que fue significativa en algún momento ya no aporte lo mismo. Terminarla no significa ingratitud, sino aceptar que ambas partes tomaron los caminos distintos que les corresponden.
Relaciones tóxicas o desequilibradas
Algunas amistades pueden convertirse en relaciones tóxicas donde predominan el abuso emocional, el egoísmo o la manipulación. Continuar en una relación que genera más angustia que alegría puede afectar la salud mental.
Aprender a poner límites es clave para mantener el bienestar emocional, y a veces la mejor decisión es alejarse.
La importancia del autocuidado
En ocasiones, mantenerse en una relación de amistad puede implicar sacrificar el bienestar propio. Sentir obligación a mantener el contacto o a tolerar comportamientos dañinos por lealtad puede ser perjudicial. Así, prioriza el autocuidado y rodéate de personas que te sumen cosas positivas a tu vida, será fundamental.
La amistad cumplió su ciclo
No todas las amistades están destinadas a durar toda la vida. Algunas surgen en momentos específicos y cumplen su propósito en etapas concretas. Reconocer que una amistad cumplió su ciclo te permitirá cerrar esa etapa con cariño, reconocimiento y sin resentimientos.
Espacio para nuevas conexiones
Aferrarse a amistades que ya no funcionan puede limitar la capacidad de abrirse a nuevas relaciones. Al dejar ir personas que ya no encajan en la vida actual, crea espacios para conectar con amistades que comparten intereses y valores actuales.
Queremos recordarte que terminar una amistad no es un fracaso ni algo negativo. Al contrario, es una decisión que puede reflejar madurez, cuidado, amor y un profundo respeto por uno mismo y por la otra persona.
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Reconocer que una relación dejó de ser saludable y actuar en consecuencia es un paso importante hacia el bienestar emocional. En última instancia, todas las relaciones deben ser fuente de apoyo y felicidad, no una carga que se lleva por costumbre o miedo al cambio.
Sentir dolor y tristeza es normal, de hecho, es sinónimo de que estás vivo. No te preocupes, todo va a pasar y encontrarás tu lugar nuevamente.