Un nuevo estudio descubrió que asistir a la universidad en la mañana puede no ser compatible con un buen sueldo y otras metas profesionales (y no nos sorprende).

El estudio, de varios investigadores de la Facultad de Medicina de Singapur, halló evidencias de que los estudiantes que tienen clases por las mañanas reducen su rendimiento cognitivo y corren riesgo de tener menor sueldo.

Y es que problemas de sueño y bajo rendimiento están asociados a las clases en horarios muy matutinos, sostuvieron investigadores.

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Entonces ¿Un mal sueño es igual a un mal sueldo?

A través de un análisis de registros realizado a más de 23,000 estudiantes, los científicos descubrieron que los estudiantes con clases programadas a las 8:00 de la mañana tenían una asistencia 10% más baja.

Además, los estudiantes con estos horarios tienen patrones de sueño alterados, en comparación con otros estudiantes y, de hecho, duermen una hora menos en promedio.

Los investigadores también analizaron las calificaciones de 33,818 estudiantes y descubrieron una correlación negativa entre la cantidad de días a la semana que tenían clases por la mañana y el promedio de sus calificaciones.

Es decir, entre más clases tenían en las primeras horas de la mañana, peor eran sus calificaciones. 

 “Los efectos de ausentarse o permanecer demasiado tiempo en la escuela puede tener consecuencias en las calificaciones, pero a largo plazo también conlleva las oportunidades de empleo de los estudiantes y su salario. Por lo tanto, las universidades deben adoptar prácticas que mejoren los horarios y el comportamiento del sueño de los estudiantes. Con esto es posible posicionarlos para tener éxito en el salón de clases y en la fuerza laboral”, advierten los autores.

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Y es que no se debe menospreciar el efecto que causa la falta de sueño en los jóvenes, ya que en esta etapa, una desalineación en el ritmo circadiano, que regula el sueño, puede “provocar somnolencia diurna y deterioro del rendimiento cognitivo”, señalan los autores.

Pero muchas veces el desfase en los ciclos de sueño también se deben a que los patrones de socialización de los universitarios están en una dinámica cambiante, con oportunidades de convivencia a altas horas de la noche.

Esto se combina con mayores exigencias en los cursos y con una estructura diferente en sus horarios semanales, pues el horario de la primera clase puede variar a lo largo de la semana.