El estigma de que los videojuegos son dañinos sigue muy presente dentro de la industria, aunque este tipo de entretenimiento cada vez se hace más popular entre usuarias y usuarios de todas las edades. Sin embargo, la Universidad de Oxford, a través de un estudio, revela que los videojuegos no afectan la salud.
De acuerdo con dicho artículo de investigación publicado en la revista The Royal Society, el tiempo que las y los jugadores dedican a jugar no tiene afectaciones en su bienestar. Pero, ¿cómo llegaron a esta conclusión?
Metodología del estudio
Con el objetivo de obtener resultados confiables, investigadores de Oxford solicitaron el apoyo de más de 30 editoriales de videojuegos, aunque solo siete decidieron aceptar la propuesta, a través de títulos como: Animal Crossing: New Horizons, Apex Legends, Even Online, Forza Horizon 4, Gran Turismo Sport, Outriders, y The Crew.
Fue a través de estas editoriales como se obtuvieron datos de diversa índole sobre los jugadores. Por ejemplo, la duración de cada sesión de juego o el género con el que se identificaban sus usuarios: mujer, hombre o no binarie.
Para medir el bienestar, se pidió a los jugadores que reflexionaran sobre sus sentimientos positivos (agradable) o negativos (desagradable), esto con base en su experiencia durante las dos semanas anteriores a la fecha del estudio.
No obstante, según Andy Przybylski, uno de los autores del estudio, “con 40,000 observaciones durante seis semanas, permitimos aumentos y disminuciones en las sesiones de juego, esta fue una oportunidad para predecir estados emocionales sobre la satisfacción con la vida y no encontramos evidencia de eso…”.
Esta declaración la compartió en el medio The Guardian, donde también explicó que se trata de la “mentalidad que tiene la gente cuando se acerca a los juegos”.
Deficiencias en otros estudios sobre videojuegos
Según señala el estudio, otros documentos se han visto limitados por varias circunstancias, o suelen diferir en los resultados debido a los enfoques teóricos con los que se intenta responder a las pregunta sobre si los videojuegos son realmente perjudiciales. Sobre esto el reporte habla de “cuatro debilidades metodológicas”.
Puntualizan que hay estudios en los que se imita a las sesiones de juego. Este tipo de métodos, “facilitan la inferencia causal, pero no capturan con precisión el juego de forma natural”. Después, se encuentran los “estudios naturalistas”, que son aquellos con informes generados por el mismo juego que son generalmente inexactos.
Luego, están las investigaciones con datos precisos, pero transversales. Es decir, “no abordan adecuadamente los posibles efectos de los juegos sobre el bienestar”. Por último, están los estudios que limitan su rango de videojuegos y no contemplan la posibilidad de los efectos que tienen otros géneros.
¿Medidas extremas?
Como mencionamos al principio, la investigación alrededor de los juegos de video no es exclusiva de las universidades, pues en las esferas del gobierno también se busca conocer su impacto y aplicar medidas al respecto.
En ese sentido, el estudio dice que las medidas se han hecho “a pesar de carecer de datos de respaldo adecuados”; o suelen ser drásticas, como en China, país donde se limita a los jóvenes a una hora de videojuegos por día.
Por esta razón, los expertos de Oxford señalan como urgente que “los legisladores, los profesionales de la salud y los desarrolladores de juegos” determinen la influencia de los videojuegos en el bienestar de los jugadores. Asimismo, señalan que “en el futuro, es esencial lanzar una red empírica y teórica más amplia y profunda”. De no ser así, indican que “limitar o promover el juego, basándose únicamente en el tiempo, parece no traer ni beneficio ni daño”.