Imagina participar en un concurso en donde tienes la oportunidad de demostrar tus habilidades culinarias frente a un selecto grupo de jueces. Pues esa es la experiencia que vivieron los estudiantes del Centro de Estudios Superiores de San Ángel (CESSA), quienes participaron en la edición número 20 del concurso gastronómico por la Presea Jaques Bergerault.

El evento se denominó “La batalla de los sabores” y contó con un jurado de lujo. Los participantes se dividieron en equipos de dos integrantes, quienes a pesar de ser de diferentes carreras y cuatrimestres, demostraron su talento y creatividad.

El concurso contó con la presencia de Lorenzo Vianello, presidente de la Cámara de Comercio Italiana en México, así como familiares y amigos de los concursantes. Aquí te contamos los detalles.

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¿En qué consiste el concurso gastronómico del CESSA?

El Centro de Estudios Superiores de San Ángel (CESSA) es una casa de estudios fundada en 1976 y que se ha convertido en líder como Escuela de Negocios para la Hospitalidad y la Alimentación en México.

Su oferta académica abarca desde licenciaturas hasta diplomados, pero enfocados principalmente en las industrias del Turismo, Hotelería, Gastronomía, Ciencia de los Alimentos, Salud,  Relaciones Públicas, Mundo de los Eventos y los Restaurantes. 

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Esta institución, creó en 1995, el concurso gastronómico por la Presea Jaques Bergerault, con el principal propósito de incentivar la creatividad de los alumnos y desarrollar su talento culinario.

Desde entonces, la característica de todos los concursos ha sido que los estudiantes puedan poner en práctica lo aprendido en un salón de clases, combinado con las técnicas culinarias desarrolladas en los laboratorios gastronómicos a fin de vincularlo a la realidad laboral.

Un proceso creativo y un jurado de lujo

Este 2024 no fue la excepción, ya que la dinámica incluyó dos retos: la creación de un platillo con fusión México- Italia con salmón como proteína y la ejecución de la tradicional pasta carbonara. 

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A los concursantes, se les dio una canasta básica de ingredientes, la cual se debía respetar sin poder utilizar ningún producto que no estuviera en ella. Los equipos se conformaron por dos integrantes, quienes tuvieron hasta el 5 de abril para inscribirse al concurso.

Los estudiantes tuvieron la oportunidad de presentar sus platillos ante un jurado de lujo entre los que destacan: Lula Martín del Campo, Giovanni Orlotti, Gerardo Rivera, Francesco Brocchi y Hugo Vela Reyna.

Los jueces, aprovecharon la oportunidad para brindar algunas palabras a los participantes, como fue el caso de la chef Lula Martín del Campo, quien destacó el hecho de que los estudiantes se animaran a participar en el concurso, y que más allá de ganar, el competir habla de que están forjando un carácter.

Por su parte, Hugo Vela Reyna destacó que le entusiasma ver cómo las nuevas generaciones tienen esa pasión y esas ganas de salir adelante. Pero les recordó a los participantes que están allí principalmente para generar una cultura de servicio. 

El evento contó con la presencia de Lorenzo Vianello, presidente de la Cámara del Comercio Italiana en México, quien también dedicó unas palabras, resaltando la relación entre estos dos países y aconsejó a los jóvenes a nunca dejar de soñar y trabajar duro por esos sueños.

Los ganadores del XX concurso gastronómico por la presea Jaques Bergerault.

El concurso inició desde las 7:00 horas, para que los equipos tuvieran el tiempo suficiente de preparar sus platillos, después cada equipo contó con 15 minutos para presentar estos platillos a los jueces.

Finalmente, después de una ardua competencia en donde los jueces destacaron que fue difícil seleccionar al equipo ganador, el primer lugar se lo llevaron los estudiantes Eduardo Hernández y Ricardo Esteban Mendoza, quienes obtuvieron un puntaje de 750 puntos.

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Los ganadores fueron incentivados con diferentes obsequios entre los que destacan utensilios de cocina, batidoras de piso italianas, cortesías en restaurantes y estancias dobles en cualquier hotel de la cadena del Grupo Posada, entre otros.

Pero sobre todo, el reconocimiento de los jueces, familiares y amigos en esta experiencia que seguramente marcará sus vidas.