El primer año de universidad es un reto para varios estudiantes, quienes se enfrentan a un cambio de etapa, de ambiente y de exigencias académicas.
Marisol Silva Laya, docente e investigadora de temas educativos, plantea que “el primer año constituye un punto nodal en la decisión de abandonar o proseguir los estudios”.
Por eso, la importancia de explorar cómo sobrevivir a esta etapa en la universidad. A continuación, algunos consejos en este sentido.
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Organízate y planifica
La organización y la planificación son claves para llevar un buen ritmo de estudio y cumplir con todas las tareas y proyectos. Asegúrate de establecer un horario diario, priorizar tareas y descansos, y entregar trabajos a tiempo. Puedes utilizar apps y calendarios académicos para organizarte. Aprende también a manejar tus finanzas.
Conoce el plan de estudios
Es importante que conozcas el plan de estudios de tu carrera, las asignaturas que debes cursar, los créditos que debes obtener, los requisitos que debes cumplir y las opciones que tienes para elegir o cambiar de especialidad. De este modo, podrás tener una visión clara de tu trayectoria académica, de tus objetivos y de tus posibilidades.
Utiliza tus habilidades de investigación y estudio para encontrar información relevante para tus proyectos y tareas.
Crea redes de apoyo
Recuerda que no estás solo en este camino. Busca el apoyo de tus amigos, familiares, profesores o consejeros, quienes pueden orientarte, escucharte y acompañarte en los momentos difíciles. Asimismo, únete a grupos de estudio, de interés o de ayuda, que te permitan compartir experiencias, conocimientos y recursos con otros estudiantes.
Es importante desarrollar habilidades sociales para establecer relaciones saludables y mantener una buena convivencia en el campus, así como participar en actividades extracurriculares de la universidad.
Cuida tu salud mental
No tengas miedo ni vergüenza de pedir ayuda si te sientes agobiado o deprimido. Las universidades cuentan con servicios de orientación y asesoría psicológica que están a tu disposición, con la idea de brindarte la atención y el apoyo que requieras. Recuerda que pedir ayuda es un signo de fortaleza, no de debilidad.
Mantén además una rutina de sueño, comida y ejercicio para cuidar también de tu salud física.
Mantén tu motivación
La motivación es el motor para seguir adelante, te ayuda a superar los obstáculos y alcanzar tus metas. Para mantenerla, es importante que reconozcas tus logros, que celebres tus avances, que te premies por tu esfuerzo y que te rodees de personas positivas.
Mantén la curiosidad y la creatividad para explorar nuevas ideas y perspectivas.