El Estadio Azteca es un recinto con más de 50 años de historia que, además de albergar eventos deportivos, ser sede mundialista y escenario de múltiples conciertos, durante varios años también fue un espacio donde miles de estudiantes hacían su examen para ingresar a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Cuando el día de presentar el examen llegaba, las filas de estudiantes y familiares que les acompañaban esperaban ansiosos afuera del “Coloso de Santa Úrsula”; pues del resultado que obtuvieran dependía su futuro.
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Aspirantes a la UNAM hacían su examen en el Estadio Azteca
De 1969 a 1987, el Estadio Azteca fue la sede de aplicación para el examen de ingreso a licenciatura, a uno de los cinco Colegios de Ciencias y Humanidades (CCH) o en alguno de los planteles de la Escuela Nacional Preparatoria (ENP) de la UNAM. En el recinto más de 90 mil estudiantes se “jugaban” un lugar en la “máxima casa de estudios del país”.
En esa época, las y los aspirantes que entraban al concurso recibían un boleto que les indicaba el lugar que les correspondía ocupar en la grada del “Coloso de Santa Úrsula”.
Asimismo, les daban instrucciones sobre la puerta por la que deberían entrar, y una vez dentro a cada estudiantes le entregaban una tabla de madera que les servía para recargarse durante el examen.
De esa manera, las alumnas y alumnos permanecían cuatro horas en su lugar respondiendo las preguntas del examen. Al recinto solo podían entrar con lápiz, gomas y sacapuntas, además, para evitar trampas había una separación de un asiento entre cada joven estudiante.
Cabe resaltar que según algunas personas que presentaron el examen en el Estadio Azteca, luego de estar concentrados mucho tiempo en su examen sentían que caerían cuando levantaban la cabeza.
¿Cómo se les comunicaba el resultado que habían obtenido?
Durante la época en que el Estadio Azteca fue sede del examen de ingreso a la UNAM, la tecnología no era tan accesible como lo es ahora, por ello el resultado que obtenían las y los estudiantes se les comunicaba de una manera distinta.
Según relatan, quienes eran aceptados en la Universidad Nacional recibían una carta por correo postal, la cual tardaba hasta cuatro semanas en llegar.
El “Coloso” dejó de usarse para aplicar exámenes de admisión a la UNAM al finalizar la década de los 80. No obstante, en 2020 durante la pandemia de coronavirus y ante la recomendación de mantenerse en espacios abiertos, la comunidad estudiantil regresó a un estadio para presentar su examen, pero ahora al Estadio Olímpico Universitario.