¿Qué es “eso” que nos engancha a la lectura? ¿Por qué en la actualidad todos quieren leer y escribir un libro, pero pareciera que nadie realmente goza de ellos? Hoy en día, al entrar en una librería, encuentras todo tipo de libros. Desde los clásicos de la literatura universal hasta cualquier guía de negocios o política. ¿Todos los libros valen la pena? Lo que pienso es que no, muchos no valen la pena. Por eso, hay que saber escoger cuáles vale la pena leer, hay que tener criterio.
El criterio surge de una sensibilidad literaria que supera al gusto por un género de libros específico y entre todos los títulos disponibles, distingue a los que más le aportan a su persona de los que no. No me atrevo a afirmar que haya un buen criterio y uno malo, sino que hay personas con más experiencia para juzgar un libro, por esa razón tienen mayor capacidad de distinguir un libro bueno de uno malo. Por tanto, tienen más posibilidades de gozar en mayor medida.
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Una persona que lee por leer, por mejorar, por entretenerse, no ha entendido la lectura. Será más difícil que desarrolle esa sensibilidad literaria y que goce de todo lo que ofrecen los libros. C.S. Lewis lo dice muy bien cuando habla de la experiencia de leer comparándola con la apreciación de un cuadro: “Debemos mirar y seguir mirando hasta que hayamos visto exactamente lo que tenemos delante. Nos instalamos ante un cuadro para que éste nos haga algo, no para hacer nosotros algo con él. Lo primero que exige toda obra de arte es una entrega.”
Al tener una actitud sobre todo de entrega, de receptividad por todo lo que puede regalarnos un buen libro, uno realmente puede comenzar a vivir un libro. Si uno llega queriendo sacar provecho de él, probablemente lo haga, pero este beneficio de la lectura tiene que entenderse como un efecto de ella y no como un fin. Al contrario, si uno busca la lectura en sí misma entonces comprenderá que hay algo más allá de la tinta y el papel.
Ahora bien, este contexto ayuda a entender a la lectura más allá de la opinión popular sobre ella. Una vez que supera la idea superficial de la lectura se puede comenzar a gozar del libro, uno vive lo que vive el protagonista, uno conversa con el autor cara a cara como si nos estuviera contando todo personalmente. La lectura comúnmente es ardua, por lo que puede llegar a ser complicado llegar a gozar de las páginas. De todas formas, una vez que se logra uno sintoniza lo que el libro le ofrece.
La ilusión, la emoción por la lectura entonces despierta después de varios intentos por leer algo sólo por el placer de leer y puede profundizar lo que realmente está frente a él. Uno retiene las ideas y las aplica a su vida, no por ser el fin último sino porque el lector se identifica con ellas. Por eso, un libro es un tesoro, cambia nuestro carácter y moldea nuestra personalidad, si uno tiene el buen criterio y ha llegado al punto de gozar la lectura, entonces comprende el verdadero significado de la lectura.
¿Quieres leer bien? ¿Quieres que tu lectura realmente valga la pena? Pregunta, infórmate, busca, encuentra los libros que verdaderamente valen oro, no te conformes con los fáciles y masticables, sino aspira a leer lo más profundo del ser humano por medio de la buena literatura.