Todos nos hemos encontrado en situaciones donde aceptamos opiniones por el simple hecho de encajar, sobresalir y ser aceptados en entornos familiares, de amistad y/o de trabajo pero, ¿en realidad estamos conscientes de todo el daño que esto puede provocar a largo plazo en nuestras vidas?
La presión social ocurre cuando una persona se ve afectada de manera abrumadora sobre las opiniones y críticas de las demás personas, por lo que es incapaz de tomar decisiones propias y mantener criterios y creencias personales con el fin de ser aceptadas en un grupo.
Uno pensaría, que la presión social solo se ve en la etapa adulta de las personas, pero en realidad es un suceso que se vive a cualquier edad en casi cualquier contexto; como puede ser que un niño por “presión social” tiene que recitar un poema enfrente de su familia, o un adulto tenga que hacer una compra innecesario porque “se lo pidieron amablemente”.
Sin embargo, sufrir de manera constante presión social en la etapa de la adolescencia, entre los 11 y 19 años, tiene un impacto negativo en la persona porque en esta etapa es donde la identidad, la conducta y muchas decisiones se ven afectadas. Yo misma he experimentado esto, pues al momento de elegir carrera, las expectativas que tenían mis padres sobre mí futuro eran más importantes para mí que lo que realmente deseaba ejercer.
Es común encontrarnos bajo esta presión social cuando entramos a la etapa universitaria, pues es un momento decisivo en nuestras vidas donde el escoger carrera, trabajos, proyectos, amistades con las que te relacionas y hasta con quien salimos tiene más peso lo que otras personas dicen que por lo que nosotros queremos y buscamos realmente.
Es fácil caer ante la presión social, pues esta no es tangible y solo se reconoce cuando se presenta un estado de salud mental deteriorado, como baja autoestima, falta de personalidad y sentimientos de culpa e inferioridad. También afecta al cuerpo humano, mostrando síntomas de agotamiento y fatiga.
Sobre la presión social, Carlos Josue Wences Mosso, estudiante del Tec de Monterrey opina que “No todos somos iguales, la percepción del éxito no es la misma para todo el mundo, ya que no todos deseamos lo mismo. Comunicarnos bien como comunidad estudiantil es primordial para reconocer a todos”.
Las redes sociales también juegan un papel importante, ya que a través de Tiktok, Instagram o Facebook se marcan las tendencias, estereotipos y comportamientos que se deben seguir para “alcanzar el éxito”. Al contar con jóvenes influencers, no es difícil que queramos aspirar a lo mismo e intentemos seguir todos sus pasos. Tristemente, normalizamos sufrir de presión social ya que nos encontramos en ambientes tóxicos donde la comparación, idealización y competitividad se viven día a día.
Entonces, ¿Cómo se puede afrontar la presión social?
La terapia es un medio de ayuda primordial para sobrellevar la presión social. Con el acompañamiento de un profesional se puede poner un alto y evitar que se evolucione a ataques de ansiedad o depresión. Con la terapia se ofrece un apoyo para identificar el origen a través del diálogo, se crea un espacio seguro en el que la persona se puede abrir y autoconocerse.
Para la psicóloga Stephany Fernanda Torres Delgado “La salud mental es la base para una vida plena, si no la priorizamos, muchos factores en nuestras vidas se verán afectados”, afirma la experta egresada de la BUAP.
El autoconocimiento es fundamental para afrontar la presión social, ya que fortalece nuestra autoestima al ser conscientes de nuestras habilidades y defectos, lo que deseamos y no deseamos y trazar nuestras metas. Realizar actividades y proyectos que te apasionen, rodéate de personas que te hagan sentir seguro, querido y que respeten tu individualismo.
Cada persona es un mundo diferente, por lo cual no existe método o guía definitiva para superar la presión social. Tu contexto, estilo de vida y personalidad influyen en cada toma de decisión, de ahí que la comunicación sea la clave para fomentar ambientes sin presión social, ya que se tiene que respetar los puntos de vista, opiniones y creencias de los demás.