¿Qué es la universidad?
Por: Nicolás Ortiz, estudiante del ITAM
¿Qué es la universidad? Esa es, a mi parecer, una pregunta que todos nos hacemos antes, durante y después de vivir la experiencia universitaria. Claro que cada uno de nosotros podrá encontrar una respuesta diferente para esta pregunta; sin embargo, creo también que todos podremos encontrar algunos puntos en común en las múltiples respuestas que se pueda imaginar uno.
La universidad es antes que nada un palacio del conocimiento. Es una oda y un poema al aprendizaje de distintos ámbitos. Algunas universidades serán especialistas en unos temas y otras serán un abanico de mil y un programas donde cualquiera puede encontrar algo que le guste. ¿Es la universidad un santuario para las ideas? Si, siempre lo ha sido. Desde su concepción en la edad media, la universidad ha funcionado como un lugar donde se cultiva la mente humana con el propósito de que sea creadora de ideas e inventos que impulsen a la cultura humana hacia un mejor lugar. Es decir, es una catapulta del progreso cultural que a su vez va acompañado del progreso tecnológico, económico y político de una sociedad o en algunos casos de un conjunto de sociedades que colaboran en el cumplimiento de este fin último.
Considerando el punto previo, ¿es entonces la universidad solamente un cultivo de ideas? No, la realidad es mucho más profunda. La universidad es un lugar de convergencia para la cultura. Aún dentro de una universidad que no tenga estudiantes extranjeros que hayan ido de intercambio la universidad goza de una mezcla de las distintas culturas de una nación e incluso de las de un país. Dentro del territorio mexicano son muchas las culturas que conforman la identidad del estudiante mexicano. Tanto las culturas antiguas como las más modernas construyen el carácter del joven estudiante que se pregunta asimismo la pregunta que se hace este artículo y de esta manera él se genera una respuesta. Dado que no es solamente un estudiante el que conforma la universidad, todos aquellos que la atienden pasan por el mismo proceso al mismo tiempo que se contagian de los procesos de os otros estudiantes. De esta manera, la universidad es un lugar donde el estudiante puede aprender tanto de su cultura como también de la cultura de los otros estudiantes que lo acompañan para así terminar generando su propio conocimiento del entorno en donde viven.
Con el intercambio cultural es inevitable que ocurra un intercambio de ideas dentro de la universidad, este intercambio ocurre tanto entre los alumnos como entre los profesores y los alumnos. Además, la creación de ideas lleva a desafiar esas mismas ideas contra otras nuevas y las ya establecidas. Es así como la universidad funge también como el campo de batalla para el cuestionamiento de las ideas. Claro esta que esta “batalla” de las ideas y la imaginación debe de ser siempre civilizada para así permitir que del conflicto entre tesis y antítesis se haga una síntesis donde lo mejor de ambos mundos crea una idea mejorada. Es así como se llega a la última respuesta que esta columna intenta dar a la pregunta central. ¿Es la universidad un espacio donde la libre generación de ideas y pensamientos se discute de manera civil y cordial? Si, absolutamente.
La universidad es y siempre deberá de ser un lugar que procure ante todo la libertad de pensamiento como herramienta para la creación de las ideas que hagan progresar a la cultura y a la humanidad. No debe de ser un lugar donde se restringa el pensamiento dado que eso sería un ataque directo a la esencia de la universidad por lo tanto una limitación al desarrollo del alumnado, mismo desarrollo al que se le debe de dar una prioridad puesto que de no ser así sería casi imposible alcanzar ese progreso al que tanto se aspira. La universidad es entonces un lugar en el que se procura y se alienta el desarrollo de las ideas y de la expresión de las mismas para poder crecer la cultura. Es un lugar donde la convivencia con ideas distintas a las propias hace que todos alcancemos el progreso sin tener que dejar a unos atrás y sin tener que hacer a otros hacia un lado.