Dentro de todo el marketing que ha generado y explotado el monopolio Disney alrededor del personaje icónico Stitch, se ha olvidado el gran nivel de filme del que proviene. Una cinta auténtica y vigente hasta veinte años después de su estreno: Lilo y Stitch del 2002.

Esta cinta ha creado un gran revuelo con el paso de los años -principalmente- por la ternura que ha generado el personaje protagónico: el experimento 626, sin embargo, debido a esto se han pasado a segundo término las grandes enseñanzas que esta tiene y que por ello, marcó a una generación completa con su estreno.

Comenzando con las características de esta película, Lilo y Stitch tiene tintes feministas con el personaje Nani, quien con tan solo diecinueve años, se tuvo que hacer responsable de su hermana menor Lilo, no solo teniendo que jugar los roles de padre y madre, sino que se ha encargado de que no sufra cuestión alguna por la pérdida parental, aunque esto signifique el abandono y olvido de sus propios sueños.

Por otro lado y continuando con el tema feminista, durante muchos años, los jefes y mandatarios se representan con personajes de género masculino, pero Lilo y Stitch llega para romper la norma y estereotipos: la Gran Concejala de la Federación Intergaláctica es mujer y se figura con un carácter autoritario y repleto de justicia.

Derivado de esta ideología feminista que engloba toda la cinta, muestra la importancia de las relaciones sanas: el pretendiente de Nani, David -quien es un personaje altamente deconstruído-, respeta todas las decisiones que ella toma, las prioridades que ella establece y brinda ayuda -sin ser invasivo- a las cuestiones que percibe necesarias.

Y nuevamente, Lilo y Stitch viene a revolucionar el estilo clásico de Disney y estipula el body positive como un factor determinante en sus personajes. Los cuerpos, las narices, el tono de piel y las proporciones de cadera – hombros de todos los personajes humanos son absolutamente lógicas, dejando atrás la burla de cuerpos distintos y, abriendo así, la puerta a la belleza de la aceptación.

Hay una problemática por la que Lilo y Stitch levanta la voz a lo largo de toda la película: la falta de campo laboral. Como mencioné, Nani busca las mejores oportunidades para Lilo y por ello, dedica tiempo a la búsqueda de un trabajo.

La cruda realidad es que cada trabajo es más exigente y rígido que el anterior: no permiten niños, no brindan facilidades en horarios, las pagas son miserables y el trato hacia Nani -por ser la más joven e inexperta del proceso- es con la punta del pie.

Mantienen una mentalidad sumamente liberal y diversa respecto del núcleo de la sociedad: la familia. En sí, la familia de Lilo no es común.

Está conformada por tres extraterrestres, un agente de la CIA, Nani y David. Resaltando toda la diversidad familiar en la que se puede coexistir y, por supuesto, funcionar. Aquí se celebran y conmemoran los tipos de familia alternativas.

Enganchado de esta diversidad, la inclusión de personas afroamericanas y la cultura Drag Queen existe a lo largo de la película, de nueva forma, eliminando estereotipos y creando un ambiente de respeto.

La ecología y la adopción -humana y animal- son temas de suma importancia a lo largo de Lilo y Stitch. El Teniente Pleakley es enviado a la tierra con la misión de conservar al mosquito para hacer a la tierra un santuario de la especie y, por otro lado, Stitch es adoptado en un refugio animal para posteriormente, ser parte fundamental de la familia.

Lilo y Stitch fue creada con una perspectiva de respeto, por lo que se decidió que toda la banda sonora, los bailes y las tradiciones hawaianas tendrían que ser creados por personas nativas del lugar y que practicaran la cultura. Con esto solo nos menciona que las acciones incluyentes siempre han estado pero, muchas veces, el privilegio y egoísmo de los productores es mayor.

Por último, Lilo tiene actitudes de una niña real e ideal para una pequeña de seis años: hace berrinches, se siente sola, tiene actitudes extrañas, puede hacer comentarios sin tacto y procesa el duelo de la pérdida de sus padres a su paso. Lilo marcó toda una generación en la que se sintieron identificados con lo que pasa día a día en la vida de esta niña.

Lilo y Stitch no solo es una cinta altamente incluyente, sino que tiene una dirección y manejo de personajes fuera de lo común, con una manera adecuada de brindar mensajes y lecciones. Abramos la pantalla a la creación de películas como Lilo y Stitch, abramos los horizontes del pensamiento colectivo para así, plasmarlos en el séptimo arte.