El hip hop y el rap: protesta de un sentir
Por Danna Fernanda Gómez García y Lilian Gonzalez Castro, alumnas de la Universidad Anáhuac México
Foto: PexelsLa música identifica comunidades, grupos e incluso generaciones. Ha sido principal impulso para la manifestación a través de mensajes y protestas, tal es el caso del Hip Hop.
Uno de los barrios más pobres en México es mejor conocido como “El Molinito” ubicado en el municipio de Naucalpan, Estado de México, México. Debe su nombre a un antiguo molino de agua que existía en el siglo XIX construido para procesar el trigo que se cultivaba, al día de hoy el molino ya no funciona, pero su historia sigue viva; pintoresco y tranquilo con una arquitectura colonial y española y una iglesia construida durante el siglo XVIII. Todo esto se ve desteñido por la violencia que se enfrentan día a día y se ha vuelto un símbolo de resistencia.
El rap mexicano se asimila con estabilidad para hacer crecer la pertenencia del género, hablando de las situaciones que se viven en los barrios pobres de México, las injusticias que enfrentan sus habitantes, protestas contra el gobierno, la figura policial como el enemigo, el malinchismo; sin embargo, aún existe una parte de la población estigmatizada que continúa catalogando este género únicamente como violento.
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Un claro ejemplo de esta oposición es el grupo de hip hop mejor conocido como “Crudos Negros” una unión de 4 jóvenes quienes dedican su tiempo libre a hacer música, ellos comenzaron a consumir sustancias ilícitas mucho tiempo antes de hacer música; aproximadamente a sus 14 años, afortunadamente crecieron en un nicho lleno de amor y cuentan con una familia que los apoya constantemente y los impulsa a seguir con sus estudios sin caer en un mundo de maldad y no dejarse llevar como tantas personas lo han hecho en el barrio.
En México, el hip hop se popularizó casi al mismo tiempo que en su país de origen, debido a la cercanía geográfica y a la fuerte influencia que Estados Unidos tiene en México. Fue adoptado por la cultura mexicana a finales de los 80´s; sin embargo, en México aconteció un panorama completamente distinto. Especialmente en el sur del país, donde los jóvenes formaban pandillas de raperos cada vez más violentos, debido a la dura realidad que tomaba protagonismo. Al paso del tiempo los artistas mexicanos decidieron experimentar con este género tropicalizando sus líricas a la cultura nacional, esto permite que la juventud se sienta más identificada con los mensajes que se propagan.
C2N (crudos negros) tienen muchos amigos y conocidos quienes han muerto en manos de la violencia callejera, sobredosis de drogas o incluso suicidios; Eddy, integante de la banda nos cuenta como a la edad 6 años encontró a su tío sin vida y no sabía qué es lo que estaba ocurriendo, tristemente esto ocurre a diario en barrios como Naucalpan, niños que se enfrentan a un mundo contra el que luchan a diario para intentar salir ilesos; muchas veces, sin éxito ni esperanzas.
Cuando a la corta edad de 15 años conocieron el hip hop, su vida dio un giro de 360°, encontraron un sentido de pertenencia y una familia, pero al mismo tiempo normalizaron una violencia extrema y el uso de drogas ilegales entre sus amigos y familiares, situaciones impensables como un niño de apenas 9 años quien pasa sus días en la calle consumiendo drogas en su mayoría artificiales y corriendo peligro a todas horas, ya que desafortunadamente se exponen a absolutamente todo.
Desgraciadamente movimiento callejero ha inclinado a los jóvenes a dejar sus estudios y trabajos para dedicarse a la creación de música.
Debido a su carácter de autenticidad y rebeldía, logró representación intrínseca de varios grupos marginados, retratando un panorama de inconformidad y protesta, rompiendo barreras de distancia, cultura y lengua.
“La vida en el barrio es como una jungla de cemento” nos cuenta “Chubby”, el más jóven de la clika quien debido a la situación precaria que enfrenta, solo terminó su curso de segundo de secundaria y comenzó a trabajar para brindarle una mejor calidad de vida a su familia; por otra parte, los otros tres raperos aún están estudiando su universidad y comentan que para ellos es muy importante tener un plan alterno para su vida futura, pues sus padres desde pequeños los impulsaron a salir del barrio.
Desde su punto de vista , la cultura hip hop no solo les pertenece a las personas viviendo situaciones callejeras o en barrios pobres, pues esta corriente musical también cuenta con subgéneros como poético, boom bap, jazz rap; entre otros, pero exigen que quienes tengan el objetivo de crear música de este género sean “reales” y no comenten en sus canciones experiencias que no han vivido, pues como nos comenta Vane; líder del grupo, “el objetivo de nuestra música es dar a conocer las experiencias que hemos vivido y salir del barrio sin que el barrio salga de nosotros”.
Los jóvenes brindan consejos a la próxima generación de rappers callejeros de su barrio, comentando que otros pisaran por donde ellos ya lo hicieron y se asegurarán de hacer lo que haya que hacer para que se pueda pisar firme y fuerte sin perder la cordura.
La mayoría de las personas pertenecientes a otros sectores económicos mejor posicionados no pueden ni imaginar como es la vida de un jóven de barrio pobre, creando una separación abismal entre adolescentes de la misma edad con diferentes condiciones sociales, el motivo por el que este movimiento se ha apoderado del mundo es porque no todos sufren de marginación, violencia y opresión, es por esto que debe dejar de ser visto solo como levantamiento, protesta o sublevación ya que representa a una sociedad en decadencia que necesita de cada uno de nosotros para salir del barrio, sin que el barrio salga de nosotros.
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