Usualmente, un texto sobre cualquier deporte, es escrito por el fan #1 de este mismo o por un admirador de hueso colorado hacia esta profesión, pero no es el caso de este escrito, pues lo que están por leer fue redactado por alguien que ha visto un solo partido de futbol en aproximadamente dos años, pero que vivió toda su intensidad en tan solo 90 minutos.

El 28 de mayo de este mismo año, como los fanáticos del futbol ya sabrán; se celebró la final de la UEFA Champions League, en donde se enfrentó el Real Madrid ante el equipo inglés de Liverpool. Por tal motivo, unos amigos y yo decidimos ir a uno de estos restaurantes donde predominan las alitas, cervezas y hamburguesas para poder visualizar la disputa.

Al escoger este sitio era obvio que el lugar iba a estar repleto de hinchas de estos dos equipos, lo que generó un ambiente similar al de un estadio de futbol, aunque en un menor grado claramente.

Desde antes de que comenzara el partido, ya estábamos todos en ambiente, agitando nuestras manos para aplaudir (los juguetes de plástico), haciendo sonar nuestras cornetas y gritando emocionados cuando los equipos ingresaban a la cancha. El ambiente era inigualable, uno que no tenía la oportunidad de haber presenciado con anterioridad.

Si tuviera que rescatar un solo instante de todos los que se vivieron dentro de este restaurante, definitivamente elegiría el momento del único gol que se presenció durante la final. No hubo una sola alma que no se pusiera de pie, la multitud entera alzó los brazos en señal de celebración y cada uno de los asistentes gritó por la anotación del equipo español, incluso algunos fans del Liverpool.

Como ya lo había mencionado al comienzo, no soy un fiel seguidor del futbol, pero aun así no me hizo falta serlo para comportarme como un auténtico admirador y emocionarme como si hubiera visto cada uno de los partidos que nos llevaron a aquella final tan apasionante.

El pensamiento anterior junto con esta experiencia me llevó a pensar que tal vez el futbol; un deporte que ha sido muy criticado desde hace algunos años; sea algo universal para las personas, es decir, que todos podemos o podríamos disfrutar en algún momento dado si se nos presenta la oportunidad.

Además de esto, puedo decir sin temor a equivocarme que, en cualquier país del mundo, el futbol se sentirá de la misma manera, siendo una cuestión que no solamente se trata de entretenimiento, sino que estamos hablando de algo más, una cuestión de unión y algo que puede crear una conexión con cualquier habitante del planeta, una situación que me parece simplemente extraordinaria.

El futbol, si bien es un deporte, también es una oportunidad para poder relacionarnos con otras personas en un ambiente sano, divertido y sin complicaciones. Solo necesitas una televisión o algún dispositivo que pueda captar un partido o ¿por qué no? Un balón y una calle vacía para jugar una reta con tus amigos, no hay mejor manera de pasar el tiempo.