El maquillaje y la industria cosmética han formado parte de la belleza humana desde la prehistoria, comenzando con materia orgánica como lo era la arcilla, la tierra pigmentada, flores, entre otros. Sin embargo, con la modernización y el crecimiento masivo de la población mundial, la competencia y la demanda crecieron significativamente. Esto llevó a la industria a tener que cambiar sus métodos para la fabricación e innovar las recetas de sus productos.
La industria, inconforme con la rivalidad de otras empresas, se vió obligada a encontrar la manera de evolucionar y elevar sus fórmulas. Por lo que se implementó materia sin previo conocimiento a la reacción de la epidermis humana, lo cual llevó a experimentar en distintos animales. Según el senado de la República, más de 500 mil animales mueren anualmente en manos de la industria cosmetológica debido a procesos que involucran ser quemados, mutilados, envenenados y gaseados. En el caso de que sobrevivan, son sometidos de nuevo a las pruebas hasta morir.
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Una de las experimentaciones más comunes, es la que se usa para medir la corrosividad que producen las sustancias en la piel. Afeitan parte de la piel del animal y colocan el químico en la zona, se cubre con una gasa durante unas horas y conforme van pasando los días, se mide el grado de irritación que ha ocasionado en la piel, sin utilizar analgésicos. Este proceso no es del todo eficaz, ya que la piel y la irritabilidad de los animales y el humano no es la misma. Otro proceso lleno de crueldad es en el que se estudia la posibilidad de crecimiento de células cancerígenas.
Se utilizan químicos que podrían llegar a generar el crecimiento de tumores. Después de dos años, matan al animal y se examinan los resultados de esta prueba, si los resultados son negativos, la fórmula no será utilizada. Por lo que el proceso empezará de nuevo con distintas mezclas y animales. Aunque existe una gran variedad de pruebas, no hay una más cruel que otra.
En el mundo del maquillaje, una revolución llevó a un número de personas conscientes a desafiar las prácticas tradicionales y a optar por el maquillaje sin crueldad animal. En 2021, “Humane Society International” lanzó una campaña por medio de un video animado llamado “Save Ralph the Rabbit” cuya intención fue concientizar a la población acerca del tema, ya que era información desconocida.
En este, se logra observar el trato y las condiciones en las que mantienen a los animales y ayuda a empatizar tanto con la historia de Ralph, como con los procesos reales. Con la viralización del corto, #freeralph se hizo tendencia, lo cual presionó a las empresas y a la industria cosmética a dar la cara y a verse obligados a cambiar sus métodos. Al ser un tema de moda y gran preocupación, hubo una gran pérdida de clientes por parte de las empresas que no estaban dispuestas a la innovación.
Aunque en el 80% de los países se sigue permitiendo la investigación en animales, numerosas marcas reconocidas alrededor del mundo, como lo son Glossier, Fenty y Rare Beauty, han promovido e implementado fórmulas 100% veganas. Por lo que muestran que la crueldad animal es una excusa, mas no un impedimento. En México, hay una amplia variedad de empresas que comienzan a implementar maquillaje sin crueldad a sus líneas tales como, Alvaro de la Mora makeup, Fois, Lu cosmetics y Teia cosméticos.
Se realizó una entrevista con una de las fundadoras de TEIA cosméticos, una marca mexicana que se dedica a crear productos naturales, orgánicos y sin maltrato. Para informar más sobre el tema y crear conciencia, durante la entrevista, Carla platica sobre los procesos que hay detrás de la elaboración de una marca que le da importancia a los animales y al medio ambiente.
Así mismo, menciona la importancia de contar con un certificado original, que demuestre que los ingredientes no son probados en animales y asegurarse que los proveedores que colaboran con la marca cumplen con estos requisitos por igual. Las personas que no se preocupan por comprar maquillaje sin crueldad animal, en su mayoría lo respaldan con el argumento de que no es económico o que es menos duradero. Sin embargo, Carla comenta que esta suposición es falsa ya que la calidad es la misma o incluso aún mejor. En cuanto a los precios de los productos, normalmente son iguales ya que el proceso de producción es el mismo.
La investigación animal para la cosmetología trae consigo distintos dilemas éticos. Perjudica el bienestar animal, ya que el ser humano olvida que ellos también son seres vivos que sienten, lloran y merecen una vida digna. La experimentación animal implica sufrimiento y pone en grave peligro la vida del ser vivo, y todo con el fin de obtener información científica para el bienestar propio, cuestiones que demuestran un sentido de egoísmo y falta de empatía. Igualmente, la crianza intensiva y las condiciones en la que se encuentran esperando ser utilizados para las pruebas son degradantes y desfavorables.
Existen un sin fin de alternativas que demuestran que es posible crear belleza sin el uso de animales. Además, los resultados son mucho más confiables, ya que existe una diferencia abismal entre la biología y la reacción a distintos químicos entre el humano y las criaturas.
Es indispensable entender lo que va detrás de la industria cosmetóloga para generar conciencia y sensibilizar a las personas acerca del sufrimiento innecesario al que son sometidos los animales en la producción y prueba de productos cosméticos.
Es crucial fomentar un cambio de actitud y promover la adopción de prácticas más éticas y libres de crueldad en la industria, animando a los consumidores a optar por marcas que se comprometan con la elaboración de productos libres de maltrato animal. A menudo, los clientes no son conscientes de los procesos y materiales que van detrás de sus productos favoritos, por lo que difundir es fundamental para vivir en un mundo ético sin crueldad animal.
El maquillaje ético ha surgido como una respuesta a la crueldad animal que ha invadido la industria cosmética por décadas. Sin embargo, en los últimos años, ha surgido una revolución en el mundo del maquillaje, con un número creciente de personas conscientes desafiando las prácticas tradicionales y optando por él maquillaje sin crueldad animal. En definitiva, el arte del maquillaje ético está transformando la industria cosmética al mostrar que es posible crear belleza sin causar sufrimiento a los animales. Con un enfoque consciente y una mayor demanda de productos, se puede construir un futuro donde la belleza y la compasión vayan de la mano.