En la pasada semana, se dio a conocer el 4to informe de gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo, la jefa de gobierno de la CDMX. Aunque este evento no tenga nada de especial, incluso diría que el presenciarlo es causante de aburrimiento y cinismo, es un interesante punto de partida para platicar sobre la Doctora: su pasado, su presente y su (muy fantasioso) futuro.
Aunque no lo creamos los chilangos, muchos estados de la república le atribuyen muchos éxitos y fracasos a los gobernadores en turno. Como porcentaje de las elecciones en cada estado, todos a excepción de Coahuila y el Estado de México han tenido más de 2 partidos rigiendo su territorio (algunos como BCS, Chiapas y Nuevo León han tenido 4 desde el 2000). En contexto, han habido como porcentaje más transiciones de poder de gubernaturas que de presidencias en el siglo XXI (peor aún, de cualquier siglo). ¿Por qué lo menciono? Porque en promedio la gente no tiene una opinión importante de Sheinbaum.
Seamos honestos: ¿saben qué ha hecho Claudia Sheinbaum en 4 años de gobierno? Desafortunadamente para ella, su posición política ha sido, por diseño y desde el principio, opacada por la investidura presidencial. A pesar de que la CDMX forma parte de los 32 estados de la república, es el que tiene menor peso político a nivel gubernatura por ser la sede presidencial. Durante el reinado unipartidario del PRI, se le designaba ‘Jefe del Departamento del Distrito Federal’ a cualquier amigo político o para saldar deudas de la misma naturaleza, nunca como plataforma para avanzar la carrera política de ese individuo.
Tan es así, que la mayoría de la gente no recuerda ni UN (solo 1) Jefe del DF antes de 1997. Cuando ganó Cuauhtémoc Cárdenas bajo la bandera del Sol Amarillo, empezó a ganar popularidad la posición, pero su puesto no le permitió ganar las elecciones del 2000. Y le ayudó mucho menos a AMLO ganar las elecciones del 2006,después de ser Jefe del DF.
Y henos aquí con la siguiente encrucijada para Claudia. Primero: en el pasado, a pesar de ser una figura políticamente ‘interesante’ en la Ciudad de México, la mayoría de los chilangos pensamos más en el presidente que en el o la Jefe o Jefa de Gobierno. Es normal: siempre se ha vivido esta situación, aún a pesar de que por 20 años vivimos con presidentes y jefes de gobiernos de partidos opositores. Ahora, que se van de la mano tanto en partido como ideología, es lo peor que le pudo haber pasado para la popularidad de Sheinbaum. Sus acciones y reputación es opacada por la de AMLO; incluso es sabido que Claudia no se desvía mucho del discurso presidencial, por lo que su capacidad de brillar es limitada.
Segundo: ahorita ella puede afirmar que los crímenes de alto impacto se han reducido, que ahora se dan becas a estudiantes en toda la CDMX, que la satisfacción con los servicios de transporte públicos han ido a la alza, pero… ¿ustedes lo viven? Yo no. A excepción de sus mayores apoyadores o detractores, la mayoría de la gente no ha vivido de manera drásticamente diferente desde el 2018 y no tiene una opinión ni favorable o negativa.
Diría que las cosas son tan iguales que se sienten los mismos deseos y temores de siempre. Se vive con mucha inseguridad en las calles, se sabe que los gobiernos siguen siendo muy corruptos, seguimos teniendo problemas con agua, hundimientos, tráfico, etcétera, etcétera, etcétera… Ella puede afirmar lo que quiera, pero mientras la gente vea los problemas de siempre en su cara, nadie se la va a creer.
Y tercero: lo más importante de todo, su futuro. Es secreto a voces que la Dra. Pardo es una corcholata a ser destapada por nadie más que el mismísimo presidente. En el antiguo régimen, habría bastado para ser el consentido del presidente para garantizar tu legado en el país… Posiblemente lo siga siendo, pero la realidad contrasta con la voluntad del presidente. Sheinbaum no es conocida fuera de la CDMX (por eso la vemos en Oaxaca en ceremonias de apertura de carreteras rurales, intentando ganar público). Incluso dentro de la CDMX no es tan bien vista (recuerden el resultado de las alcaldías de la CDMX del 2021 o el colapso del metro).
Y para colmo, la historia no indica que ella será la excepción a la regla: ningún Jefe de Gobierno ha ocupado un puesto de igual o mayor nivel después de dejar el cargo (claro, a menos que te dediques a hacer 12 años de campaña política por todo el país).
El futuro de Claudia probablemente no esté en ser la primera presidenta de México. Es más, ha destacado tanto por su ausencia dentro de la CDMX (tanto retórica como literalmente), que probablemente se una al grupo de Jefes del Dpto. del DF como figuras políticas olvidadas de antaño. Que se asemeje a una época dónde el presidente regía todo el país desde Palacio Nacional, dónde el DF era una extensión de su territorio y dónde todo el mundo sabía quién tenía el verdadero poder sobre la Ciudad de México.
Entre más cambian las cosas, más permanecen iguales…