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Cultura de donación: México frente al altruismo

Foto: Especial

México es uno de los países en América que menos sangre recibe de manera voluntaria ¿A qué se debe esto?

 

El altruismo siempre ha sido una necesidad para sobrevivir en las grandes sociedades. La donación de sangre, plaquetas o células madres hacen la diferencia en la vida de miles de personas todos los días. Pero sin la buena voluntad de la gente para ser donadores, los sistemas de salud perecen. México no ha sido un país destacado en ello, a pesar de haber sido anfitrión el 14 de junio del 2022 para el Día Mundial del Donante de Sangre.

Para que la donación sea posible, se necesitan voluntarios no renumerados y que cumplan con las condiciones necesarias para ser donadores. Según el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) sólo el 3% de los donadores son altruistas, el resto son llamados por reposición o familiares.

En 2021, alrededor de un millón de personas donaron sangre en México , mientras que en Estados Unidos se estima que hay unas 6.8 millones de donaciones anuales, que además van en aumento. México ha tenido un descenso importante desde el 2018, las estadísticas del Centro Nacional de la Transfusión Sanguínea (CNTS) indican que en estos años hubo una pérdida de casi 700,000 donadores.

Ahora bien, ¿qué sucede en México para que obtengamos los últimos lugares en donación de sangre voluntaria? No hay duda que la desinformación es un mal que prolifera en todos lados, no es una característica del mexicano tener creencias erróneas sobre la donación altruista y sobre sus procesos. Pero eso no deja de hacer evidente que hay millones de personas que no tuvieron la información necesaria para tan siquiera pensar en donar.

Hay infinitas razones por las que los mexicanos no donan: entre ellas la creencia de  que uno se puede contagiar de VIH por el descuido de personal o que donar sangre es un riesgo para la salud de uno mismo. Incluso el temor de una aguja en el brazo hace que millones se echen hacia atrás sin pensar en las vidas que pueden salvar.

Sin duda todas esas razones se justifican en ignorancia. El cuidado que se tiene para eso es extremo, pues el donador es un sujeto que puede seguir donando en futuras ocasiones, y descuidos en el proceso puede implicar que no done nunca más. Y respecto al miedo, no hay mucho que hacer, pues no es algo que se pueda contradecir con argumentos, sólo se espera que el deseo de salvar una vida lo supere.

Salvar la vida de un extraño es una oportunidad que se nos ofrece todos los días. Donar sangre o células madres es un acto noble que todos deberíamos de considerar hacer una vez al año.

Tal vez nunca veamos el resultado de nuestras acciones, pero no es esa la razón por lo que lo hacemos, sino por la satisfacción de haber sido un héroe anónimo para una persona y toda su familia, amigos, etc… Ayudar de esa manera no sólo hará del sistema de salud uno mejor, sino que existe la posibilidad de que nosotros recibamos la ayuda cuando la necesitemos. Nada nos hace inmunes de ser aquellos quienes necesiten del extraño donador.

 

Mariano Bayliss, estudiante de Filosofía en la Universidad Panamericana, Campus México.

Instagram: @Pulcinella_m

 

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