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    Categorías: Opinión

No se puede cambiar el mundo solos

Foto: Pixabay

Para cambiar el mundo necesitamos compañía, pues resulta indispensable compartir el esfuerzo, como el pan y las alegrías: solos, no podemos.

En la Universidad Insurgentes, como lo hacen algunas otras universidades y organizaciones de todo tipo, hemos adquirido la actitud de mirar a los otros, de dejarnos mirar y de mirarnos mutuamente para conocer y compartir experiencias que nos permitan convertirnos en agentes de cambio.

Es el caso de Ashoka, que se fijó en nosotros y, a su vez, nosotros nos fijamos en esta organización ciudadana internacional que tiene como fin impulsar el emprendimiento social y ofrecer recursos que sirvan para formar a esos agentes de cambio que necesita el mundo.

Es una organización con más de 40 años de existencia que cuenta con la red de emprendedores sociales más grande del mundo, más de 3 mil 500 miembros en 90 países, de los cuales 250 están en la región centroamericana de la que forma parte México.

Como universidad, tenemos la visión como institución educativa; de reconocer los esfuerzos que hemos realizado para acumular alianzas con muchos expertos; al empeño que le hemos puesto a nuestro rol como universidad, curando contenidos, contratando a los mejores docentes, capacitando y proveyendo los recursos educativos necesarios.

Hace unos días platiqué de estos temas con Brenda Villegas, líder de la iniciativa Niñez y Juventud en Ashoka México, Centroamérica y el Caribe y con una claridad enorme para su juventud, me explicaba la importancia que tienen las instituciones educativas para preparar a los agentes de cambio.

El mundo siempre se ha transformado, dijo, pero la novedad de nuestros tiempos es que cada vez somos más las personas que participamos en estos procesos sociales, ya no es sólo una tarea de las élites.

Brenda es licenciada en Marketing y cuenta con un Máster en Innovación Educativa para la Sostenibilidad y se ha especializado en facilitar experiencias de aprendizajes para promover el cambio.

Hoy, considerando ciertas circunstancias necesarias, como tecnología o comunicación, incluso los niños se están convirtiendo en agentes de cambio, no sólo para su propia realidad o de una comunidad, sino también para muchas otras personas alrededor del mundo. Todo ello está poniendo en jaque las “reglas” tradicionales.

Brenda me recordó que así como la formación de un niño requiere de la participación de toda una comunidad (mal le harían a cualquier criatura que sólo sus padres los educaran), igualmente los agentes de cambio requieren de todo su entorno para ser formados. Las universidades jugamos un papel fundamental.

Ya no es estudiar una carrera para construir una riqueza económica propia, sino hallar un balance entre bienestar personal y el impacto positivo que sobre el mundo puedes generar con tu profesión.

¿Para qué estás estudiando, preparando una carrera? Ashoka y la UIN coincidimos en la intención de provocar una cultura para impulsar tu carrera hacia el impacto que quieres causar en el mundo.

Es darle un propósito a la vida y al título profesional. ¿Toda mi formación, todo mi ser, a qué retos me invitan a encarar?

Nos dice Brenda: Los jóvenes de la UIN deben identificar las problemáticas que les indignan y les apasiona cambiar; entonces, deben decidir en qué áreas del conocimiento necesitan avanzar.

Para conocer más sobre el tema los invito a enlazarse a mi perfil en LinkedIn o la ADN UIN Universidad Insurgentes.

Es por ahí donde estamos caminando en Universidad Insurgentes y nos sentimos muy contentos de ir de la mano con socios como Ashoka, que no nos dejarán solos en el intento de cambiar el mundo por uno mejor.

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Ricardo Phillips: Operating Partner Linzor Capital & CEO de Universidad Insurgentes

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