X
    Categorías: Opinión

Necesitamos generar la visibilidad de la comunidad LGBTQ+

Foto: Pexels

Comienza junio y empezamos a ver banderas de arcoíris por todos lados: en las marcas, en las instituciones, en los anuncios del gobierno, en las calles, en las escuelas. Es el mes en el que la visibilidad de la comunidad LGBTQ+ se vuelve tema de conversación, y es importante recordar por qué sigue siendo un tema relevante, y del cual no podemos quitar el dedo del renglón, para que el orgullo no dure todo un mes, sino que haya una reivindicación de los derechos de las personas de la diversidad sexogenérica todo el año.

En México y en distintos países de Latinoamérica la discriminación por identidad de género y por orientación sexual aún sigue siendo una realidad latente. Algunos datos que arroja la última Encuesta Nacional de Discriminación (2017) indican que un tercio de la población no estaría dispuesta a rentarle una habitación a una persona trans, gay o lesbiana. Asimismo, la Encuesta sobre Discriminación de Orientación Sexual e Identidad de Género (2018) reporta que un poco más de 17% de personas se han sentido discriminadas por orientación sexual o identidad de género en la escuela, de tal manera que 37% decide no hablar sobre su identidad de género con sus compañeros/as y 51% decide no compartir detalles sobre su orientación sexual con sus maestros/as.

Uno de los rubros sobre los que merece la pena prestar atención es la representación. A veces escuchamos argumentos sobre una supuesta “inclusión forzada” de cierto tipo de características en ciertos contextos donde antes no las veíamos; por ejemplo, algo muy sencillo como la aparición de personajes de ficción en series o películas que tengan orientaciones sexuales o identidades de género diversas. De alguna manera, esta visibilidad puede generar cierta incomodidad en ciertos públicos bajo la premisa de que “ahora todo mundo tiene que ser gay, lesbiana, bisexual o trans”, pero esta postura omite la realidad de que las personas de la diversidad sexogenérica siempre han existido, sólo que se les ha excluido e invisibilizado a lo largo de la historia.

Esta representación de características que antes considerábamos invisibles porque se salían de la norma es importante. Hay que reconocer que existen grupos que han sido excluidos de forma histórica y sistemática por alguna de estas características, y esto permite poner al centro estrategias específicas para que quienes pertenecen a ellos puedan desarrollar su máximo potencial a pesar de las barreras estructurales que existen. Poner el suelo parejo para cada integrante de la comunidad da un sentido de justicia y equidad, y poder identificarse con distintas personas en los ámbitos políticos, culturales e institucionales es un paso en esa dirección.

La presencia de banderas y el arcoíris que tapiza las marcas y ciudades no es indicador de haber alcanzado la igualdad para todas las personas, sin importar su identidad de género o su orientación sexual, sino un recordatorio de que aún necesitamos generar visibilidad. Si bien es cierto que no porque no veamos algo no quiere decir que no exista, sí es necesario reconocer que si no ponemos énfasis en hacer visibles las barreras y estigmas a los que se sigue enfrentando esta población no podremos generar las estrategias y políticas adecuadas para una representación digna, y que la orientación sexual o la identidad de género sean vista ya no como un accesorio, sino como parte de la diversidad humana que nos habita, y que hay que seguir celebrando.

Comentarios
Abril Torres Sánchez: Abril Torres Sánchez es líder de Inclusión y Comunidad Segura

Esta web usa cookies.