La velocidad del cambio tecnológico ha provocado que las organizaciones demanden egresados con un perfil que las universidades no hemos podido generar, pues a veces ni las empresas han sabido definir los nuevos puestos de trabajo.

Como director de una institución educativa, una de mis principales preocupaciones es si estamos preparando los recursos humanos que necesita el mercado.

Una de las compañías líderes en el mundo de la big data, por ejemplo, con oficinas en México, busca un ingeniero en telecomunicaciones, pero no sólo debe saber de ondas, frecuencias y redes, sino programar, encriptar, procesar datos y dominar la seguridad cibernética. Exige un gran número de certificaciones, pero, como si fuera poco, que el postulante sepa comunicar con sus compañeros, liderar un equipo, resolver conflictos o evitarlos, entre muchas otras habilidades que les decimos blandas, pero que resultan de las más importantes. Todo para un recién egresado.

Hace unos días platicaba con Ivonne Vargas, nuestra directora de ADN UIN, investigadora en temas de empleabilidad y capital humano. Coincidíamos en opinar que se han sofisticado mucho los roles en el mercado laboral.

Los nuevos puestos de trabajo se están creando demasiado rápido, a una velocidad que las universidades no podemos seguir el paso para crear la licenciatura adecuada para el perfil que las compañías buscan.

El 65% de los puestos que estarán disponibles en el futuro, decía Ivonne, hoy los jóvenes no los conocen.

Y lo que es peor, hoy en día, según cifras de Manpower, 65% de las empresas no están hallando el perfil de candidatos para cubrir sus vacantes que reúnan las cualidades equilibradas entre las habilidades blandas y duras, lo cual es la cifra más alta en la última década.

Al mismo tiempo, la sobrerregulación educativa entorpece la capacidad de reacción de las universidades. Estamos ocupados en ello.

En la Universidad Insurgentes buscamos aportar a nuestros alumnos habilidades que les permitan seguir creciendo cuando ya están en el mercado de trabajo. No sabemos qué pedirán mañana las empresas, pero sí sabemos que les hemos dado el conocimiento para aprender y prepararse sobre la marcha.

También buscamos espacios de entrenamiento en algunas empresas para nuestros alumnos o servicio social que realmente les aporte conocimiento.

Una opción que observa Ivonne, es aprovechar la experiencia profesional que tienen los docentes, que les estén recordando a los alumnos las demandas del mercado laboral; además, ponerlos en una experiencia constante de búsqueda, que hagan el mayor número de entrevistas posibles.

Hoy en día, el 96% de las vacantes exigen algo de experiencia laboral, por mínima que sea y la gran mayoría de los jóvenes (94%) quiere iniciar su carrera en una organización donde puedan ganar experiencia, antes que emprender por su cuenta.

Los jóvenes piensan que la mejor manera de ganar competencias profesionales es en una empresa, pues ahí tienen la oportunidad de aprender a comunicarse, relacionarse con un jefe, etc.

También a las empresas les hace falta hacer su parte, nos recuerda Ivonne, generando la figura del mentor que ayuda a los jóvenes a ir resolviendo los problemas del día a día.

Por nuestra parte, las universidades debemos ser lo más ágiles posibles en la generación de nuevas carreras, certificaciones, idiomas y bolsa de trabajo.

Para conocer más sobre el tema los invito a enlazarse a mi perfil en LinkedIn o la ADN UIN Universidad Insurgentes.