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    Categorías: Opinión

La filantropía digital

Foto: Pexels

Las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) tienen un rol fundamental en la atención de necesidades sociales, culturales y medioambientales. De acuerdo a los datos del Centro Mexicano para la Filantropía (CEMEFI), en 2021 existían 46,403 OSC registradas en México. Son 3.69 OSC por cada 10,000 habitantes. Se concentran principalmente en la Ciudad de México donde por cada 10,000 habitantes hay 10.63 OSC.

En 2021 recibieron un total de $46,571 millones de pesos de donaciones, de los cuales el 71% lo recibieron de personas morales, 23% de personas físicas y 6% del sector público. La mayor parte de los donativos se destinan a servicios asistenciales, educativos, culturales y de desarrollo social (84.9%). Los menos, se asignan a investigación, obras y servicios, museos y bibliotecas.

La pandemia fue punto de quiebre para estas instituciones. Los principales daños tuvieron que ver con la caída de ingresos que soportan su operación; un menor número de donantes; la desaparición de la mayoría de los programas; y la necesidad de modificar su modelo de atención. Sin embargo, independientemente de la pandemia, las OSC normalmente corren el riesgo de enfrentar problemas financieros, resultado de su desempeño en la recaudación de fondos.

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La actual era de la economía digital ofrece a las OSC la posibilidad de maximizar la recaudación de fondos utilizando nuevas tecnologías que les permiten alcanzar un mayor número de donantes, así como realizar un mayor número de proyectos. Fintech es la nueva opción para las OSC, y específicamente el segmento de crowdfunding como modelo de recompensas y de donación.

El crowdfunding es una técnica para recaudar fondos a través de plataformas digitales que ponen en contacto a los proyectos con un gran número de donantes potenciales. Un evento tradicional para levantar fondos organizado por las OSC, llega a tomar más de tres meses de planeación y costos muy elevados. Sucede que al final, la mayor parte el dinero recolectado se utiliza para pagar los adeudos de dicho evento. Así que, en la mayoría de los casos, terminan experimentando una pérdida.

La tecnología del crowdfunding es lo que hace la diferencia. Su adopción es una gran ventaja y permite que, de manera sencilla, las OSC opten por este mecanismo. Crowdfunding es todo en uno: consultora de estrategia, agencia de publicidad y agencia de relaciones públicas. Y, por el mismo precio. El chiste es tener una historia que contar, y no hay proyecto filantrópico que no sea una buena y conmovedora historia.

En una transacción de crowdfunding las OSC proponen el proyecto para el cual se recaudan los fondos; muchos individuos contribuyen con recursos a dicho proyecto, aportando cantidades pequeñas de dinero; y las plataformas digitales acercan los proyectos a un gran número de potenciales fondeadores. Con estos componentes, se logra construir una red de comunicación social soportada por las TIC.

Adicionalmente, las OSC deben diseñar y lanzar una campaña de difusión de su proyecto apalancándose de la plataforma de crowdfunding que hayan seleccionado. Dicha campaña incluye la definición del público objetivo, la promoción, así como la selección del material a utilizar (textos, videos, imágenes, etc.) en las redes sociales. Son cuatro los elementos esenciales para lograr el éxito de la recaudación: (1) Una gran historia vende mejor. (2) Saber la mejor forma para comunicarla. (3) Apalancarse de la tecnología para llegar a más personas. Básicamente son las redes sociales. (4) Y, entender cómo es que la gente dona. En este punto, los primeros cuatro días de la campaña son los que importan.

La filantropía digital rompe paradigmas sobre la donación tales como el que los ricos donan más, de ahí la importancia de tener una mente abierta. Es tarea de las OSC enfocarse en la eficiencia y en la efectividad porque ya no es tan fácil recaudar fondos. Las OSC deben constituirse como negocios profesionales que hacen inversión social y que calculan rendimientos. La inversión debe ser en los proyectos más relevantes en función a un análisis costo-beneficio. Y finalmente, todas las OSC tienen la responsabilidad de ser sostenibles en el tiempo para lograr el mayor impacto posible en la sociedad.

 

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Pilar Madrazo Lemarroy: La Dra. Pilar Madrazo Lemarroy es académica e Investigadora de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad Anáhuac México.

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