Noviembre de 2022 fue una fecha significativa para el mundo, ya que la inteligencia artificial generativa (IAG) comenzó a transformar diversos sectores, y la educación no fue una excepción. En poco tiempo, esta tecnología generó rechazo y aceptación en las instituciones educativas.
A medida que nos adentramos en 2024, es evidente que la IA generativa sigue teniendo un impacto significativo en la educación, aunque su adopción no ha sido completamente aceptada.
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Para algunas instituciones universitarias ha crecido el reto de cómo se implementará la IAG en sus planes de estudio, y ese es el verdadero desafío al que se enfrenta la educación.
Se trata de un cambio de paradigma que se asemeja al vivido con el nacimiento del internet, donde inicialmente existía rechazo, pero poco a poco se incluyó como parte fundamental en la educación, haciéndolo partícipe no sólo como recurso de búsqueda y consulta, sino como repositorio de material educativo audiovisual, como puente de sesiones en línea y finalmente como medio para consultar plataformas educativas.
Hoy en día, es una herramienta necesaria que permite un aprendizaje mucho más accesible en todos los sentidos.
¿Sucederá lo mismo con la IA generativa? Hasta ahora no se sabe, pero de lo que sí estamos seguros es que esta herramienta llegó para quedarse y, sobre todo, con muchas variables que se pueden aprovechar en la educación.
Algunas universidades han sabido tomar la IA por el frente y han encontrado un punto central. Un caso concreto es la Universidad de Stanford, una de las primeras en explorar aplicaciones de Inteligencia Artificial Generativa, especialmente a través de su Institute for Human-Centered Artificial Intelligence (HAI) y el Stanford Accelerator for Learning. Han explorado el uso de IAG para personalizar el aprendizaje, mejorar la enseñanza y apoyar a los profesores con herramientas innovadoras.
La UNESCO, por otro lado, publicó en 2023 un documento que aborda a grandes rasgos el funcionamiento de ChatGPT y su uso en la educación superior, mostrando una postura de apertura ante esta nueva tecnología. También publicó su primera guía global sobre la IA generativa en la educación y la investigación, donde hizo énfasis en la necesidad de una visión centrada en los seres humanos.
En esa misma publicación, la UNESCO insta a diversas entidades a desarrollar políticas a corto y largo plazo y a capacitar al personal educativo para aprovechar estas tecnologías de manera ética y efectiva. También recomienda establecer un marco regulatorio adecuado para el uso de la IAG en las escuelas, asegurando que se respete la privacidad y los estándares de protección de datos.
Hoy en día, las universidades en México siguen con bastante cautela el camino de la integración de la IAG en sus planes de estudio. A pesar de los avances tecnológicos y las oportunidades que esta herramienta ofrece, el desafío consiste en equilibrar la innovación con la ética y la privacidad, factores de gran importancia.
Las universidades mexicanas han comenzado a implementar estrategias para explorar el potencial de la IAG en el aula, poniendo principal énfasis en mejorar la personalización del aprendizaje, así como optimizar el tiempo y trabajo de los profesores.
La formación y capacitación del personal educativo en el uso de estas nuevas tecnologías también es un aspecto crítico. Es necesario que los profesores no sólo comprendan cómo utilizar las herramientas basadas en IAG, sino que también se sientan cómodos integrándolas en sus sesiones diarias. Esto requiere una inversión significativa en capacitación y desarrollo profesional por parte de las universidades hacia los profesores.
En conclusión, la inteligencia artificial generativa está transformando la educación de maneras profundas y variadas, y aunque su integración completa al mundo académico aún enfrenta retos, las instituciones educativas que aborden estos desafíos con visión y precaución estarán bien posicionadas para aprovechar al máximo las oportunidades que ofrece la IAG.
La clave está en encontrar un equilibrio entre las actualizaciones tecnológicas y la ética, asegurando que todos los estudiantes puedan beneficiarse de estas herramientas educativas que siguen surgiendo día a día.