Quien aún considera que el aula es un espacio de cuatro paredes con un sólo acceso de entrada y salida, está muy alejado de la realidad, porque el salón de clases es un espacio vivo donde no sólo se comparten conocimientos, conceptos, técnicas y competencias profesionales, sino que, es también el mejor lugar para formar a buenos ciudadanos.

Actualmente es tan importante el saber y saber hacer, como el saber ser y saber convivir, es por lo anterior que, la educación ciudadana ayuda a los estudiantes desde la infancia a formar un pensamiento crítico, participativo y con un claro poder de responsabilidad para la toma de decisiones en su entorno y sociedad.

Un enfoque humanista en los sistemas educativos, asegura el entendimiento de los demás seres humanos y el respeto de su dignidad, es decir, la educación ciudadana, en el salón de clases, tiene como objetivo la reflexión de la justicia, la política, la democracia, la paz, la libertad y el saber cómo aplicar de manera práctica estos conceptos en cada acción cotidiana en los diferentes escenarios escolares, familiares, sociales, profesionales y laborales.

Cuando un estudiante saluda, cede el paso, tira la basura en el sitio adecuado, respeta la diversidad, no comete plagio, enseña a otros y trabaja en equipo por un bien común, es un alumno proactivo en su acción cotidiana, por sus valores y su ética.

Una alfabetización ciudadana asegura una colaboración entre familia, escuela y sociedad, donde se enseña a pensar diferente y de forma crítica para diferenciar entre lo falso y lo verdadero, ser creativos para poder dar soluciones, trabajar en equipo enfocado a proyectos sociales y comunitarios para hacer del entorno un lugar mejor y más feliz.

La educación debe orientarse no sólo a la obtención de un título profesional como culminación de un proceso secuenciado desde la infancia, ni a formar seres competitivos que velen por su propio interés, sino a integrar a la sociedad seres humanos preparados para la toma de decisiones desde un enfoque de interés, respeto y bien común. Se debe educar desde el corazón para moldear al cerebro con un espíritu de compromiso con la ciudadanía.

Hoy en día instituciones como la Escuela Bancaria y Comercial aportan para una transformación positiva de la sociedad y además de contar con un buen currículo académico, con instalaciones de primer nivel y con maestros preparados, brindan educación bajo un proceso vivo y de aplicación real donde principios guías como “somos honestos y socialmente responsables”, son el eje del perfil que adquirirán los alumnos.

Te invito a reflexionar sobre cómo puedes contribuir con tu equipo de trabajo, con tu comunidad, con la sociedad y con el mundo desde lo que sabes y lo que haces para ser una mejor persona y fomentar una convivencia de paz y libertad a tu alrededor. Recuerda que cada pequeña acción positiva que realizamos suma de forma activa a la construcción de un universo mejor donde todos nos beneficiamos.