Formación continua empresarial, el aprendizaje no termina con el título universitario
Opinión del Maestro Gustavo Adolfo López Corona, Director de Educación Continua en la Escuela Bancaria y Comercial
Foto: PexelsCuando terminamos una carrera universitaria, sentimos que todo el estudio ha quedado atrás, que todo lo que debíamos de saber lo aprendimos, y que las aulas ya no serán parte de nuestras vidas.
No obstante, así como la vida laboral comienza antes del título universitario a través de las prácticas profesionales o el servicio social, la formación no termina con el título universitario; es decir, culminar la carrera no es el inicio y el fin de una era, sino un punto intermedio entre un amateur y un profesional.
Cierto, el título universitario es un excelente punto de partida, como un río caudaloso que para irrigar con más agua terreno desemboca en muchos ríos más pequeños y riachuelos. Este sistema de ríos se llama: formación empresarial continua.
El aprendizaje continuo es necesario para llamar la atención en el mercado laboral o como emprendedor, pues se espera que un profesional desarrolle permanentemente habilidades a partir de las últimas tendencias, técnicas y herramientas.
Para entenderlo mejor, nuestra carrera profesional se podría comparar con un teléfono móvil; en el mercado existen nuevas aplicaciones que solucionan problemáticas, no obstante, para que estas funcionen necesitan estar alojadas en un sistema operativo actualizado, de lo contrario, no servirán.
Los cursos, diplomados, seminarios y conferencias nos ayudan a dar el upgrade a nuestro sistema operativo y a obtener nuevas funcionalidades. Como ejemplo, recordemos que hay personas haciendo fila fuera de las tiendas cada vez que se lanza una nueva versión de un producto, algo similar pasa con la vida profesional, entre más actualizados estemos, con mayor capacidad para resolver problemas y con un mayor espectro de intervención, seremos más atractivos para clientes y empresas empleadoras.
Una ventaja de la formación continua empresarial es que, a diferencia de lo que se aprendió en las facultades, no es teórica, ni se basa en libros o planes de estudio; sino que, se fundamenta en problemáticas actuales, de rápida resolución y por lo tanto de actualización constante.
Por ejemplo, no importa la carrera que hayas estudiado para manejar un software de hoja de cálculo como Excel, Numbers o Google Spreadsheets, seguramente necesitarás una tabla y una gráfica para presentar los resultados o el avance de un proyecto; y si bien todos pasamos por una educación de matemáticas básicas, estos softwares nos ayudan a resolver problemas… sin embargo, estos programas informáticos también se actualizan, así que no importa que hayas aprendido a usarlos diez años atrás, seguramente algo cambió y te hará sentir fuera del espacio cómodo para usar la herramienta al máximo.
Otra habilidad que no importa que hayas adquirido antes es el conocimiento de un segundo idioma, tal vez no sea necesario que establezcas entrevistas con alguien en Estados Unidos, pero mucha de la información de negocios está escrita en inglés, ya sea en industrias como la salud, en el aspecto creativo o financiero, algún contenido relevante vendrá en ese idioma.
El inglés es como el gimnasio, no importa que el año pasado pudieras cargar muchos kilos con las mancuernas, si no entrenaste, esa fuerza se pierde. Así que, aún y cuando ya creas que sabes el idioma, es importante volver a actualizarte.
En resumen, el título universitario es un gran logro, un hito importante en tu carrera profesional. No obstante, es importante que éste se vuelva el cimiento de una carrera de aprendizaje continua.
¡Recuerda que un excelente profesional es un estudiante para siempre!
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