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    Categorías: Opinión

¿Evitar el cambio climático o erradicar la pobreza, qué debe ser prioritario?

Foto: Andrés Bucio

La mayor parte de las personas, incluyendo los universitarios, nos ahorraríamos muchos quebraderos de cabeza y tiempo malgastado, sí en lugar de prestar atención a las soluciones propuestas en los medios masivos y redes de comunicación, (cual pasivos espectadores) mejor prestásemos atención (cuál gente digna de confianza) a las premisas de las que cada una de estas soluciones rivales parte.

Lo anterior es importante porque esas premisas generalmente están ocultas y la única manera de descubrirlas es imaginándolas plausiblemente y en coherencia con los resultados que producen.

¿Y qué pepinos es una premisa te preguntarás? Pongamos un ejemplo.

La vida no es la misma para alguien que toma como premisa aceptable que la literatura sirve, entre otras cosas, para dotar de significado a personas, cosas, lugares, hechos, acontecimientos, etcétera, que para alguien que vive convencido de que la literatura es obra del demonio, o de gente ociosa y mala, y que, por tanto, el único libro que debería ser leído y tomado en serio, es la Biblia.

Un tercer tipo de persona, (algo así como el 95% de la gente o más) viven esclavizados a otra premisa muy distinta: «YO NO SOY MUCHO DE LIBROS». Y lo dicen en el mismo tono en el que alguien diría «yo no le hago mucho a eso del gangnam style» o «yo no soy mucho de manzanas confitadas o tacos de trompa, me dan agruras» etcétera. Cada quien sus infiernos.

La encrucijada y dilema motivo de nuestro encabezado es otro buen ejemplo de estos quebraderos de cabeza en los que las premisas de las que cada grupo rival parte, rara vez o nunca, son manifestadas abiertamente: evitar el cambio climático o erradicar la pobreza, ¿qué debe ser prioritario?

Una de las primeras cosas que una mente verdaderamente analítica se preguntaría es si estamos delante de un verdadero dilema o si es más bien un dilema falso:

¿Acaso evitar el cambio climático y erradicar la pobreza son objetivos excluyentes? ¿Por qué tendríamos que optar por uno u otro? ¿bajo qué circunstancias tendría que ser así? ¿existen circunstancias que anularían o volverían irrelevante el dilema?

Si alguien en una fonda nos hiciese la pregunta (como alguna vez me ocurrió) «¿su sopa la va a querer de pasta o de letras?» una pregunta que anularía este dilema sería «¿acaso la sopa de letras no es sopa de pasta?» (La reacción risueña de la tendera fue «¿es cierto… son lo mismo verdad…?»)

Pongamos entonces atención, porque esto no es nada fácil conceptualmente hablando: dependiendo de, en dónde vivan, para quién trabajen, y a qué intereses sean leales, para muchos analistas y líderes de opinión el principal problema global es la pobreza, y para otros la riqueza.

Dicho de otro ángulo, algunos creen (o dicen que creen) que la riqueza es más destructiva que la pobreza y otros dicen exactamente lo contrario: qué la pobreza es más destructiva que la riqueza.

Estas son las dos grandes premisas qué subyacen a las soluciones planteadas a muchos de los problemas y dilemas globales tratados por agencias multilaterales y gobiernos. Nosotros, todo lo que tenemos que hacer es unir los puntitos, atar cabitos:

Quienes piensan que la riqueza es más destructiva qué la pobreza, lo primero que dicen es que hay que tener como prioridad evitar el cambio climático, es decir, que los que contaminen dejen de contaminar y que los que talan árboles dejen de hacerlo, cueste lo que cueste: en cierta medida el mensaje es que hay que erradicar parte de la riqueza como la conocemos.

En contraste, quienes piensan que la pobreza es más destructiva que la riqueza, dicen que la prioridad debería ser erradicar la pobreza.

Nota tú, querido lector, que, al estar diciendo estas cosas, nuestro propósito no es formular una sentencia sobre qué postura es la mejor, la más racional, o la más científica, sino el aprender a pensar como lo debe hacer un verdadero profesional, sobre estos dilemas. Hay una verdadera guerra de conceptos y soluciones en las negociaciones multilaterales en la arena internacional, pero muy poca gente tiene el entrenamiento científico y conceptual para saber interpretar lo que realmente ocurre en esas negociaciones.

Para hacer más interesante este tema que hoy abordamos, finalicemos recordando que, en el mundo moderno, mucha de la riqueza en un lugar se consigue a partir de generar pobreza en otra parte del planeta.

Cuando se habla de riqueza, hay quiénes parten de la premisa de que ésta debe definirse cómo riqueza natural (esto típicamente lo hacen los países menos desarrollados) mientras que otros parten de la premisa de qué está debe ser definida en términos de riqueza artificial o riqueza producida por el ser humano (el argumento característico de las naciones ricas)

¿Cuál es la definición correcta? ¿hay solo una definición correcta cualquiera que sea la circunstancia, o esta definición varía según la circunstancia? ¿cuándo y a quién conviene utilizar una cierta definición y cuándo otra?

 

andresbucio.com
andresbucio@protonmail.com

 

*La opinión del autor es personal y no necesariamente representa la de este medio.

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Andrés Bucio: Filósofo de la ciencia, la tecnología, la energía y la naturaleza. Dr. en Ciencias Ambientales (PhD, Economía ambiental y para la sostenibilidad) por la Universidad de East Anglia (UEA) Reino Unido.

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