Cuando has concluido tus estudios de licenciatura, el siguiente paso es la actividad profesional, el momento de capitalizar lo aprendido durante tu carrera. De manera natural buscas oportunidades en el mercado laboral dentro de tu área de estudio y comienzas el proceso del aprendizaje práctico, ese que demuestra las teorías que aprendiste en el aula y lo que te compartieron tus docentes.
Esta nueva oportunidad en la vida laboral trae consigo también nuevas oportunidades de crecimiento económico para cumplir esos proyectos que estaban esperando su momento para cristalizarse, comprar tu auto, renovar tu guardarropa, quizá hasta independizarte del hogar paterno y otros sueños que fuiste alimentando mientras estudiabas, esos que te motivaban en las noches de estudio pensando “cuando ya trabaje, esto habrá valido la pena”.
Pasado el tiempo en el mundo laboral, encuentras que las nuevas oportunidades de ascenso o de crecimiento en la organización donde trabajas se van viendo limitadas, a veces por tu falta de especialización, otras ocasiones, paradójicamente, porque tu nivel de especialización en la materia de tu dominio te impide aplicar a nuevas oportunidades ya que demandan un conocimiento más amplio del área y tu perfil resulta ahora insuficiente.
Cuando te confrontas con realidades como cuando adviertes que tus conocimientos están desactualizados o “se quedaron estancados”, esa es probablemente la oportunidad de continuar con tu preparación académica y es ahí cuando te preguntas si es el momento de estudiar un posgrado; esta pregunta suele venir acompañada de otras más, ¿cuál escuela? ¿cuánto costará ¿cuánto tiempo necesitaré? ¿estoy en condiciones de asistir presencialmente? etcétera.
Quizá la pregunta determinante para tomar esta decisión es la del costo y hoy, cuando seguramente tienes ya tus ingresos destinados al pago de algunos gastos fijos y otros compromisos, llega el momento de organizar tus finanzas personales para poder cubrir los gastos que significarán este nuevo reto en tu vida profesional. A continuación, algunas recomendaciones:
- Enlista todos tus gastos mensuales, sin importar su naturaleza.
- Después prioriza los gastos inevitables y frecuentes, como el pago del agua, alimentos, electricidad, gas, gasolinas, telefonía, internet, etcétera.
- Una vez priorizados, descarta los gastos innecesarios, todo lo que no sea fundamental; para ello te recomiendo auxiliarte usando los criterios de algunas herramientas en línea: https://asana.com/es/resources/eisenhower-matrix (Asana, 2022)
- El diferencial de tus ingresos menos los gastos inevitables, te dirá la cantidad que puedes invertir para estudiar tu posgrado, considera algunos gastos adicionales que vienen junto con las colegiaturas, como transporte, estacionamiento, libros y materiales necesarios para tu estudio.
Existen muchas alternativas para estudiar un posgrado, para fines de este artículo te puedo compartir el resultado del cálculo que hice con la opción de los posgrados que ofrece la Escuela Bancaria y Comercial (EBC) frente a los ingresos promedio de una persona con estudios de licenciatura en el mundo laboral, donde se tendría que destinar aproximadamente el 32% del ingreso resultante, lo que perfectamente te alcanza para cubrir los costos de esta opción.
Recuerda que el tiempo destinado a estudiar un posgrado será de dos a tres años, después de lo cual, y gracias a tu esfuerzo, tu perfil crecerá y estarás en condiciones para aspirar a las nuevas oportunidades laborales o incluso, si es tu decisión, hasta de buscar nuevas opciones de trabajo en otras organizaciones.
También considera que escuelas como la EBC cuentan con alternativas que se ajustan a tus posibilidades, con ellas serás tú quien diseñe el ritmo al que decidas estudiar, de acuerdo a tu disponibilidad de tiempo, de presupuesto, etcétera y muy importante, si tu disponibilidad para asistir a clase presenciales es limitada, ahí puedes optar por las modalidades híbrida o totalmente en línea. También puedes aspirar a una beca, según tu promedio.
No dejes de contemplar la posibilidad de un financiamiento bancario, este te permitiría ir abonando pagos menores a los de tu colegiatura cuando este importe te resulte difícil de cubrir y con él estarás en condiciones de prolongar el plazo de pago, mismo que podrás cubrir cuando egreses con un mejor perfil. Es un gran beneficio el que un posgrado aporta a tu desarrollo profesional, bien vale la pena el esfuerzo, que estoy seguro, lograrás.