El Metaverso es el futuro que ya es hoy.
Actualmente es posible para el entretenimiento, como podrían ser ciertos videojuegos o espectáculos, pero también en la educación y la salud a distancia, así como para explorar nuevas formas de creatividad o expresión artística.
Aún no sé si lo puedo explicar bien, pero es ese mundo virtual que convive con nuestra realidad física gracias a las diversas tecnologías, como lo son la realidad aumentada, la virtual, la tercera dimensión, internet, entre otras.
No sólo es posible visualizar realidades virtuales, sino también sonorizarlas, y cada vez más cerca de agregarles experiencia táctil con texturas, además de aromas.
Es ese universo que ya hemos visto en las películas de ciencia ficción, sólo que no sé si podemos llamar de ciencia ficción a algo que ya es posible.
La cosa es que ya se usa para buscar soluciones a problemas concretos.
Kerstin Scheuch, rectora de la Universidad Centro, es una de las personas que está a la cabeza en estos temas en México, particularmente para el uso del Metaverso en la educación y en las actividades creativas.
Centro, universidad líder en diseño en México, y Meta Immersive Learnig, una iniciativa de la empresa conocida antes como Facebook, se han unido para crear este tipo de experiencias y ayudar a formar a los creadores de estas realidades, es un desarrollar nuevas fórmulas de aprendizaje.
Kerstin misma se dice sorprendida, asegura que no es muy tecnológica (nadie lo creería), y dice que le parecía difícil conectar algo tan técnico con la creatividad.
Sin embargo, la experiencia ha resultado una explosión de innovación que recomiendo ver de manera presencial o en los sitios y redes de Centro.
“Una vez que a los creativos les das acceso (a las herramientas tecnológicas), quizá es el uso más poderoso en términos de imaginación, de innovación y de nuevas formas de aprender, vivir o hacer que podríamos tener”, explica Kerstin en una charla que tuvimos recientemente.
La rectora nos cuenta que su proyecto Centro-Meta Immersive Learnig ha reunido talentos interdisciplinarios, diseñadores, ingenieros, desarrolladores de software, creadores musicales, diseñadores sonoros, arquitectos, en fin, todo tipo de disciplinas para hacer posible su proceso creativo de realidades en Metaverso.
Su objetivo es cocrear (se necesitan muchos talentos unidos) en temas más imaginativos o creativos, que tienen que ver con las artes.
Recién llevaron a cabo una exposición arquitectónica-musical y el 26 de enero inauguran Cuaderno desbordado, una muestra de dibujo en realidad aumentada que nos da un ejemplo de lo que puede suceder.
Un cambio fundamental será en la forma de aprender, pues la tecnología al incluir el uso de los sentidos permite que las emociones se involucren, lo cual hace más efectivo el proceso educativo, como si fuera presencial.
El esfuerzo de Centro está enfocado en formar profesionales creativos que diseñen experiencias en el Metaverso; crear dichas experiencias y exhibiciones que combinen el arte y la tecnología; investigación sobre el tema, enfocados en animación y el diseño del futuro (su mero mole) y documentar los hallazgos.
Para Kerstin una educación basada en el Metaverso podría significar una educación más incluyente, democrática y justa en temas de género.
En el mundo real, las personas de un nivel socioeconómico terminan en la misma escuela, lo cual podría derrumbarse estudiando en un mundo virtual.
El único requisito es el acceso a internet porque la experiencia se puede tener prácticamente desde cualquier dispositivo inteligente.
“Ese es el punto malo, pero al mismo tiempo es lo bueno, porque es un problema que sí se está arreglando”.
La iniciativa de Centro y Meta implica impartir cursos gratuitos a universidades públicas y privadas sobre el tema, así que en Universidad Insurgentes nos estamos frotando las manos. Para saber más de estos temas educativos te invito a ir a mi perfil de LinkedIn.
Dice Kerstin que basta tener la mente abierta para que sucedan cosas fantásticas.
Estamos abiertos para entender y aprovechar el Metaverso hoy y ayudar a mejorar nuestro futuro.