Estados Unidos es uno de los principales destinos mundiales para los estudiantes de grado y posgrado de todo el mundo, y en especial para los mexicanos. Sin embargo, cada vez más estudiantes optan por ampliar horizontes realizando sus estudios en otros destinos, tanto emergentes, como China o dentro del ámbito latinoamericano, como en el viejo continente.
Y aunque la volatilidad de la cotización del peso frente al dólar y otras monedas puede hacer pensar que planificar unos estudios en el exterior se vaya a complicar para los estudiantes mexicanos, esto no es necesariamente así. Por un lado, la moneda nacional se ha mantenido estable, aunque con tendencia a perder valor en las semanas recientes, frente al dólar. Lo mismo sucede frente al euro, o la libra esterlina, la moneda del Reino Unido, incluso se ha revalorizado un 15%.
Y según las previsiones de economistas y entidades de finanzas internacionales, el euro seguirá débil frente al dólar en los próximos meses, y con cierta previsibilidad frente al peso mexicano, lo que hace del 2023 un año muy interesante para explorar la posibilidad de cursar estudios en Europa.
Pero, aunque importante, este no es el único factor que puede compensar la balanza para decidirse por Europa para realizar un grado o posgrado. Varios países europeos, como Alemania y España, han anunciado que bajarán los precios de los transportes públicos para ayudar, entre otros colectivos, a los estudiantes. Adicionalmente, las ciudades europeas suelen ofrecer grandes redes de transporte urbano (metro, autobús, bicicletas) que permiten completar un curso completo sin necesidad de tener carro, algo que suele ser más complicado en otros destinos como los Estados Unidos.
Sin olvidar que las distancias entre los países en Europa es muy pequeña, comparado con las existentes dentro de la federación mexicana, lo que permite completar la experiencia educativa con el conocimiento de diferentes culturas. México tiene una extensión equivalente a las de Francia, España, Italia y Alemania juntas. Con estos datos en la mano, no es extraño que destinos educativos como Lisboa, París, Berlín, Londres o Roma están a menos de 2 horas de vuelos y frecuentemente con un coste de alrededor de 100 euros, billete redondo. Algunas compañías, como Air France, incluso ofrecen descuentos específicos para estudiantes
A la posibilidad de estudiar y viajar con las ventajas de un euro débil, hay que añadir otros aspectos igualmente muy importantes: el índice de seguridad ciudadana es muy alta en toda Europa, con España o Portugal entre los países más seguros del planeta. Y su sanidad pública es universal para emergencias lo que tiene como consecuencia que los seguros privados de salud sean mucho más baratos en Europa que en los Estados Unidos, Canadá o Australia. En España, por ejemplo, hay compañías que ofrecen cobertura de salud anual desde 400 euros por un curso completo. No es por casualidad que más de un millón de jóvenes y profesionales de fuera de la Unión Europea suelen formarse cada año en el viejo continente, entre ellos más de 2000 mexicanos en España, el principal destino para los estudiantes nacionales en el viejo continente.
Formarse es algo más que estar en un aula. Y como ya decía Mark Twain “Se tiene que viajar para aprender”. 2023 puede ser un buen año para estudiar, y viajar, por Europa.