México requiere de un cambio en las condiciones de vida de millones de personas que están en situación de vulnerabilidad y pobreza, y lo peor que podríamos hacer como institución educativa es no intentar contribuir con lo que sabemos hacer: educar.
No vamos nada mal gracias a una alianza que logramos con World Vision México.
Hasta ahora hemos llegado a 558 mujeres y más de 21 mil menores de edad, niños, niñas y adolescentes que viven en condiciones de desventaja.
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Hemos construido con el apoyo y difusión de esta fundación cursos para que sea el conocimiento el que ayude y rompa las brechas que dividen a la sociedad y la hacen desigual.
Al ritmo que vamos, en un año cubriremos a 6 mil mujeres, lo que podría significar más de 220 mil menores beneficiados, y World Vision México nos está empujando a llegar a 40 mil en una tercera etapa.
Como me gusta decir: “¡wow!”, y “¡retewow!”. Gracias.
World Vision México es una fundación internacional que busca crear oportunidades para que la niñez, adolescentes y jóvenes en situación de vulnerabilidad alcancen todo el potencial que tienen como seres humanos. Ese potencial que las condiciones adversas lo frenan.
En México trabaja en cuatro ejes temáticos: agua segura y saneamiento básico; acceso al trabajo digno y emprendimiento; educación para la vida o habilidades socioemocionales, y erradicación del trabajo infantil.
Gran parte de ello lo hace a través de la educación y ahí es donde Universidad Insurgentes está participando en esta alianza que nos llena de satisfacción y logros a ambas partes.
Abraham García, director de Estrategia e Innovación de World Vision, nos explica que aunque no se pueda creer, actualmente todavía existe el trabajo infantil, particularmente en algunas industrias, como la del café o el cultivo de los chiles.
Todo ello reforzado por costumbres culturales de ciertas comunidades, pero también por la ineficiente supervisión de autoridades.
Ahí es donde entra nuestro apoyo educativo en esta alianza que sirve para que ambas partes alcancemos este anhelo de provocar un cambio positivo en la sociedad.
Como universidad, aportamos nuestros cursos de liderazgo, bienestar y felicidad, que la fundación ha adaptado para ofrecer de manera presencial a través de entranadores y mentores de manera directa en las comunidades con las que trabaja.
Ellos tienen el acceso y nosotros les damos el respaldo académico.
La intención es provocar nuevas formas de pensamiento que los ayude a salir de la pobreza.
Es una intervención educativa que se llama Liderazgo Incluyente, son herramientas de empoderamiento, psicología positiva, de bienestar; sanando heridas y derrumbando creencias limitantes, y ayudándoles a definir metas.
En la Universidad Insurgentes, yo en particular, consideramos que estos esfuerzos no deben ser tomados como acciones filantrópicas que se adicionan a lo que hacemos.
El ver por los demás, en especial por los más vulnerables, como son la niñez, adolescentes y jóvenes vulnerables, es una tarea que se debe incorporar a la misión de cualquier institución. Debe estar inscrito en su ADN.
Con nuestra alianza con World Vision México estamos llevando productos educativos de calidad a comunidades con desventajas.
Las vulnerabilidades se sanan con educación y trabajo conjunto, comunitario, como lo estamos haciendo con cientos de personas y el apoyo de World Vision México.