La educación de calidad no es un asunto que sólo dependa de grandes inversiones en tecnología e instalaciones, sino que involucra intangibles de gran valor para toda institución de educación superior.
Hablamos de principios éticos y académicos; de las agendas de género, inclusión o búsqueda de la paz, o de otras acordes al espíritu de cada casa de estudios; de la participación de la comunidad universitaria en su propia gestión educativa; de experimentar nuevas formas de adquirir o construir conocimiento y de una mayor participación de la institución en la sociedad.
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Un factor más es saberse aliar con los que saben, un truco que bien conocemos en Universidad Insurgentes. Por ello, hace varias semanas platicamos con Sylvia Schmelkes, y fue ella quien nos dio más luz sobre el tema.
Schmelkes es doctora en sociología y en educación, ha realizado grandes contribuciones en el tema, no sólo para el país, sino para el planeta. Tiene tres doctorados Honoris Causa, uno por las universidades Concordia, en Québec; la Autónoma de Baja California y la de Colima. También fue vicerrectora de la Universidad Iberoamericana y es una gran amiga.
Ella nos dio tres factores fundamentales para lograr ofrecer una educación de calidad, incluso de bajo costo:
- Los principios éticos y académicos
Cada institución educativa tiene los propios, pero deben ser muy transparentes para toda la comunidad y grupos de interés para que puedan ser monitoreados y evaluados, pero, principalmente, nos dice Sylvia Schmelkes, para que puedan ser vividos de forma congruente.
- Los temas transversales
Los más visibles y urgentes de tratar en nuestra sociedad son los de género, sostenibilidad e interculturalidad, pero cada institución debe definir aquellos temas en los que quiere comprometerse para lograr un mundo mejor, como podría ser cada uno de los Objetivos de Desarrollo Sustentable de la ONU.
Por ejemplo, en Universidad Insurgentes nos hemos tomado muy en serio los temas de equidad de género, el cuidado del medio ambiente y el emprendimiento social.
En la Ibero, nos cuenta la doctora Schmelkes, incluyen también la construcción de paz, que procura dar herramientas para solucionar problemas antes de que los conflictos escalen en violencia.
- Participación universitaria
Los estudiantes y profesores deben participar en todas las decisiones de la universidad, incluyendo aquellas de gran responsabilidad como, por ejemplo, qué carreras se abren o se cierran; cómo se incrementa la matrícula; los códigos de ética. Son prácticas que hacen sentir a la comunidad que la institución realmente es suya.
De una u otra manera, lo anterior impulsa una apertura y cambio en las estructuras y prácticas educativas que hoy en día obligan a crear un diálogo con personas de diversas disciplinas para solucionar problemas, y a que trabajen juntos académicos, no académicos y los afectados por las dificultades de nuestros tiempos.
“Es una manera nueva, alternativa, de generar conocimiento”, advierte la doctora Schmelkes.
Un factor más es considerar otros tipos de conocimiento que en la cultura occidental hemos olvidado. Puso el ejemplo de las prácticas de los pueblos originarios que han logrado el respeto a la diversidad biológica en los lugares en que habitan, mientras que en el resto del planeta la hemos destruido.
Por último, sugiere aumentar la presencia de las universidades en la sociedad, democratizando el conocimiento, analizando los problemas de la comunidad y proponiendo soluciones.
Así que podríamos concluir que Sylvia Schmelkes nos abre puertas para ofrecer una educación integral de calidad, sin necesariamente demandar grandes inversiones económicas, aunque sí de compromiso, esfuerzo, comprensión, equidad, inclusión, sostenibilidad, interculturalidad, entre otras.
Requiere que abramos nuevos espacios, como cursos extracurriculares, prácticas fuera de la universidad y que cumplamos con el trabajo en los temas transversales.
“Como ya lo hace la Universidad Insurgentes, por la vía de las alianzas con otras instituciones, clubes, centros de investigación que pueden ayudar a complementar la formación que damos.
“Multiplicar el impacto de las acciones de cada quien, que permiten tener estas relaciones de ganar ganar y que fortalecen la formación integral”, dijo.
Un reconocimiento que le agradecemos a la doctora Schmelkes y que nos compromete, ¿no crees?