Atención plena para nuestro bienestar
Por Rosalinda Ballesteros, directora del Instituto de Ciencias del Bienestar Integral de Tecmilenio
Foto: PexelsHoy te voy a hablar de la atención plena, del mindfulness.
Para hacerlo necesito también de toda tu atención, ahí donde estés y ahora mismo.
Una buena manera de iniciar esta lectura es que te acomodes lo más cómodo posible y te hagas consciente de que estás respirando mientras descifras estas líneas.
Detente aquí hasta que sientas cómo entra y sale el aire de tu cuerpo. Sé consciente de ello antes de seguir. Tómate unos segundos y si lo has logrado, prosigue.
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Ahora mira cada palabra y piensa en sus letras, sus formas y sonidos; articula una de ellas en voz alta y observa su significado; toma otra, “paz”, por ejemplo, escúchala: “paz”, y medita lo que te dice… (no dejes de respirar conscientemente).
El lenguaje es una creación humana maravillosa que nos acerca a la verdad, nos puede regresar al pasado y anticipar el futuro, y hace posible que reconozcamos la belleza; nos puede servir para hacer amigos o para generarnos a los enemigos de toda nuestra vida; con el lenguaje podemos conquistar corazones, sumar voluntades, construir grandes proyectos.
Con esas palabras estoy tratando de explicarte qué es la atención plena.
Concentrarnos en lo que hacemos es una forma de meditación que reduce el estrés, nos ayuda a aprender y permite que hagamos a un lado cualquier pensamiento negativo que nos distrae de aquello que queremos lograr.
Es una forma consciente de regular nuestra atención en el presente, en el ahora que estás leyendo, por ejemplo; requiere también de una actitud de curiosidad que abra tu mente al aprendizaje, a tu capacidad de sorprenderte y de aceptar lo que vives.
Si logramos entregarnos a lo que estamos haciendo en el aquí y ahora, será más fácil que logremos nuestro bienestar, que alcancemos nuestras metas, que disfrutemos lo que hacemos, incluso si es algo que no nos agrada del todo, pues hay una buena razón para hacerlo.
Para muchos de nosotros, Masaya Okamoto es nuestro maestro de mindfulness.
Él es instructor e investigador sobre el tema en el Instituto de Ciencias del Bienestar Integral de Tecmilenio y se ha tomado muy en serio el compartir estas prácticas para acercar a las personas a la paz y felicidad que esta disciplina puede darnos.
Argumenta que se trata de un cambio interior que nos permite gestionar en la mente las cosas que pasan a nuestro alrededor y dentro de ella, como puede ser la agitada vida citadina o las emociones que nos atormentan.
Nos da una sencilla fórmula para lograrlo, la cual intenté transmitirte al iniciar este artículo: 1) presta atención, 2) mantén esa atención por el tiempo necesario, 3) es común que la mente puede distraerse, 4) retoma la atención sin recriminarte nada, es normal.
Conforme practiquemos este ejercicio, cada día las distracciones serán menos y más cortas.
Llegará el día en que podamos dominar nuestro estado de conciencia y de manera voluntaria ponernos en atención plena.
Algo sumamente importante que nos hace ver Masaya, es que no basta con estar atentos, también se requiere una actitud adecuada y saludable en relación con la actividad que estamos realizando.
Es decir, propone que además de poner atención mostremos varias actitudes, algunas de las cuales ya mencioné unas líneas antes: aceptar, no juzgar, pues es algo que nos distrae; ver con ojos de principiante (te imaginas cómo sería probar la pizza por primera vez), ser pacientes, confiar, evitar esfuerzos, dejar ir, agradecer, compadecernos de nosotros mismos y de los otros, ser generosos o a guardar la calma y serenidad.
Masaya impartirá el próximo 26 de agosto una intervención de mindfulness en nuestro Wellbeing 360 que puedes aprovechar en wellbeing360.tv completamente gratis.
Cuando se habla de “fluir” (flow) en las actividades que realizamos, se hace referencia a un acto que a veces ocurre cuando hacemos algo que nos gusta, como puede ser cantar, manejar un auto en carretera, bordar una prenda, pintar un cuadro o resolver un problema matemático. Es un estado al que se nos facilita llegar de manera más ágil y eficiente cuando practicamos el mindfulness.
Masaya quiere que nuestra voluntad domine nuestra atención plena, pues es una forma de lograr nuestro bienestar y felicidad en cuerpo y mente.
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