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    Categorías: Opinión

Aprende a aprender

Foto: Pexels

Volver a estudiar después de un tiempo en el que te dedicaste a otras actividades, como por ejemplo trabajar, es un proyecto que ilusiona y que, a la vez, se convierte en todo un reto.

Este viaje suele empezar con toda la actitud, el entusiasmo, las ganas, pero en el camino posiblemente comienzas a encontrarte con dificultades. Ya no estás acostumbrado/a a estudiar, no terminas de entender la plataforma educativa, tienes poco tiempo y quizá no sabes cómo organizarte, te cuesta concentrarte y tus calificaciones no son tan buenas como esperabas… lo que inició siendo un proyecto que te entusiasmaba, se va convirtiendo en preocupaciones, frustraciones y estrés, lo que te puede llevar incluso a rendirte y abandonar tu sueño.

¿Qué nos suele ocurrir en una situación así?

Estudiar de nuevo te lleva a vivir situaciones en las que no te sientes tan seguro/a, te sientes vulnerable, te enfrentas con miedos e incertidumbre, ¿y qué pasa entonces?

Como explica Daniel Goleman en su Best Seller “La práctica de la Inteligencia Emocional”, los seres humanos tenemos un mecanismo instintivo que nos protege ante una amenaza, como cuando estamos en riesgo de que nos atropelle un automóvil o que nos muerda un perro. Ante una situación así, el organismo segrega hormonas estresantes, principalmente cortisol, y se prepara para pelear o huir.

El cuerpo manda toda la energía a brazos y piernas, el corazón se acelera y el cerebro cambia a modalidad supervivencia, dejando de lado las tareas complejas y centrándose en las respuestas familiares (reflejos).

Hoy, que no vives este tipo de amenazas con regularidad, lo que activa el modo pelea o huida se traduce en situaciones como tener que desarrollar una actividad que te resulta difícil, por ejemplo: exponer en público, enfrentarte a un examen o a una fecha límite de entrega.

Cuando esto ocurre, se generan dos fenómenos:

En primer lugar, la mente cambia a modalidad supervivencia. Pierdes entonces la capacidad de procesar información, razonar, resolver problemas o ser creativo/a. Tienes menos memoria, te distraes más y cometes más errores. ¿Te suena familiar? Todo esto compromete seriamente tu capacidad de aprender.

En segundo lugar, cuando la frecuencia o el tiempo en el que permaneces en este estado de pelea o huida es elevado, el exceso de cortisol en la sangre y otros fenómenos fisiológicos que se desencadenan provocan efectos negativos sobre la salud. Aparecen entonces las gastritis, colitis, dolores de cabeza, de espalda, así como un sin fin de síntomas y enfermedades.

¿Qué puedes hacer entonces para neutralizar esta respuesta automática de pelea o huida y aprender más y mejor?

Algunas técnicas que puedes utilizar son:

  • Prácticas de meditación o atención plena: te ayudan a salir de la vorágine de pensamientos y preocupaciones por el futuro y a regresar al aquí y al ahora, que es el único momento del tiempo en el que realmente puedes actuar.
  • Gestión adecuada de las emociones: aunque no te des cuenta, el miedo y otras emociones están sucediendo en tu día a día y gobiernan gran parte de tus acciones. Es importante hacerte consciente de ellas y permitir que la energía emocional se exprese y se libere de forma adecuada.

En un espacio privado, puedes llorar si estás triste, sentir taquicardia, sudoración, u otras sensaciones que genera el miedo, o quizá liberar la energía del enojo brincando o moviendo los brazos. Puedes compartir cómo te sientes con alguien de confianza o con un profesional, de esta manera no reprimes tus emociones (causa de enfermedades psicosomáticas) y tampoco las descargas en los demás.

Reducir el estrés mental y emocional es fundamental para aprender más y mejor

Por último, pero no menos importante, es vital fortalecer la autovalía, el sentimiento valorativo hacia mi persona. Como explica la Dra. Denisse Gutiérrez, psicóloga especialista en autoestima, sin darte cuenta, es posible que tiendas a depositar tu valor en logros externos (trabajo, dinero, títulos, calificaciones, pareja).

Esto genera miedo, ansiedad, frustración, autocrítica destructiva, o el sentirte menos que otros si no alcanzas esos logros. Está bien querer obtener un título y que eso sea una motivación, pero no puede ser lo único ni lo más importante.

Es fundamental que te des cuenta de que eres valioso/a simplemente por existir, porque eres energía de vida, porque eres un Ser único e irrepetible. Así podrás dar tú 100% en los estudios, simplemente por el sentirte satisfecho/a contigo mismo/a, por atreverte a enfrentar tus miedos, por aprender, también de los “errores”, por vivir la experiencia. Con esta actitud vas a avanzar con mayor efectividad hacia tus metas, sintiendo más bienestar y disfrutando el camino.

En el programa de Licenciaturas Ejecutivas de la Escuela Bancaria y Comercial nos preocupamos porque nuestra comunidad estudiantil cuente con todas las herramientas necesarias para que la experiencia del aprendizaje se lleve a cabo de una manera óptima, y ponemos a su alcance talleres como el de “Aprende a aprender”, que contribuye a facilitar instrumentos para mejorar desempeño académico de los estudiantes.

 

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Mireia Pérez Forniés: La Doctora Mireia Pérez Forniés es docente del programa de Licenciaturas Ejecutivas en la Escuela Bancaria y Comercial, Coach personal y profesional e instructora de meditación.

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