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¿Qué es un crédito educativo y cómo lo consigo?

Cada año, el número de aspirantes al nivel superior supera el cupo de la mayoría de las universidades públicas. Tan solo el año anterior, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) registró un total de casi 249,000 aspirantes de los cuales únicamente fueron aceptados poco más de 57,000, según información estadística de la Universidad.

Por otro lado, en el Instituto Politécnico Nacional (IPN) asigno un número menor de lugares para aspirantes al nivel superior, casi 36,000 según información de la institución.

Para atender la demanda estudiantil, una de las alternativas es acudir a instituciones privadas con programas educativos similares o con coberturas más amplias a los de las universidades públicas. Sin embargo, el precio, tanto de las admisiones, como de las cuotas mensuales o semestrales puede ser motivo de preocupación para los estudiantes y sus familias.

De acuerdo con información del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), cuatro de las cinco carreras con mayor número de profesionistas en el país tienen un costo promedio total de más de 400 mil pesos en instituciones privadas. Por ejemplo, Administración tiene un costo promedio de 491,000 pesos; estudiar Psicología cuesta alrededor de 552,000 pesos; Derecho, 547,000 pesos; y Contabilidad, 452,000 pesos.

¿Cómo adaptar esos costos a las familias mexicanas que, según el INEGI, tienen un ingreso trimestral promedio de 50,309 pesos?

Aunque las universidades han facilitado el acceso a través de becas, otra opción es acceder a un crédito o financiamiento educativo.

 

¿Qués son los financiamientos educativos?

Los financiamientos educativos son préstamos que una institución financiera, o especializada, facilita a estudiantes; con la finalidad de que ellos puedan cubrir, ya sea mensual, trimestral o semestralmente, el costo de la colegiatura de una carrera universitaria.

En decir, se trata de un préstamo personal similar a los que usualmente se solicitan en los bancos, solo que con algunas especificaciones que lo enfocan a los estudios.

“Se puede considerar como un préstamo personal, pero va dirigido a que el estudiante termine con sus estudios y, después, tenga un periodo extra para pagar”. Explicó Darío Vargas, director Comercial de Edupass, financiamiento para universidades mexicanas.

Este tipo de apoyos, regularmente, permiten pagar cierto porcentaje de la colegiatura mensual, usualmente entre el 30% y 50%, mientras que el restante debe ser cubierto por el alumno.

 

¿Cómo funciona un financiamiento educativo?

El pago del préstamo debe ser cubierto al término de la carrera, en un periodo similar al cursado o, incluso, el doble. Por ejemplo, si la carrera duró tres años, en algunos casos puede pagarse durante tres años más, mientras que en otros el periodo se duplica. Es decir, seis años.

Para que este tipo de facilidades, tanto de préstamo como de tiempos de pago sean posibles, muchas veces las mismas universidades trabajan de la mano con las organizaciones financieras para ofrecer planes más atractivos y que los pagos de colegiaturas se vuelvan mucho más fáciles y cómodos de cubrir.

“Una de las ventajas de este tipo de financiamiento es que la tasa de interés convenida entre ambas partes, la escuela y la institución financiera, es más baja que en otro tipo de crédito. Esto se logra gracias a que la universidad fondea una parte, lo que se refleja en un pago mensual menor”, comentó Carlos Arellano, jefe de Control Presupuestal de la UVM.

Podría pensarse que este tipo de facilidades económicas beneficia únicamente a los estudiantes. Sin embargo, ampliar el acceso a los estudios privados también representa una ventaja para las universidades privadas del país.

“Estos apoyos económicos alinean el crecimiento e intereses de los estudiantes y las escuelas. Permiten a los jóvenes acceder a una educación de calidad sin que les cueste de manera inmediata. Esto se convierte en una inversión que les permite desarrollar su talento y los impulsa a crecer profesionalmente. Alinear los intereses de una escuela privada con los de los estudiantes genera un círculo virtuoso para que tengan una mejor oportunidad de crecimiento”, señaló Mario Posadas, líder de operaciones en IronHack, bootcamp enfocado a la enseñanza de carreras digitales.

 

Antes de contratar un financiamiento educativo

La decisión de comprometerse con un financiamiento educativo no debe tomarse a la ligera. Hay diversos factores que se deben analizar antes de solicitarlo y empezar los estudios. Elementos tanto económicos como personales entran en juego para elegir la mejor opción.

Quizás el factor más importante es estar seguro de la carrera que se desea estudiar. “Uno de los elementos principales a considerar es el objetivo de estudio para no quedarse a la mitad. Regularmente pasa que los chicos quieren estudiar una cosa y luego otra, sin considerar la proyección de tiempo y dinero que se invierte, lo cual complica cualquier tipo de transición”, advirtió Darío Vargas, de Edupass.

También es importante considerar los plazos establecidos para terminar la carrera, pues concluirla a tiempo no solo permite avanzar a la etapa profesional pertinentemente sino concluir el pago del crédito sin ningún problema.

“Hay que ser realistas y echarle ganas a la carrera pues es importante terminarla en el plazo programado. También hay que considerar la posibilidad de trabajar incluso antes de terminar de estudiar, pues hemos visto que tienen más probabilidad de encontrar un mejor empleo los que esperan a graduarse, aunque por esa razón excedan un poco el plazo de la carrera, uno o dos semestres más. La experiencia ganada vale oro”, dijo Francisco Vizcaya, director general de Ennti, financiamiento educativo.

 

También hay que tomar en cuenta nuestros ingresos familiares

Además del interés personal al elegir la carrera, y un posible apoyo económico, también se deben tomar en cuenta los ingresos con los que regularmente se cuenta dentro de la familia para determinar si son suficientes para cursar la profesión que se eligió en la institución deseada.

“Hay que elegir una universidad que esté dentro de nuestro rango de posibilidades y no ahorcarnos desde el inicio generando deudas extraordinarias. Debemos ser razonables con el ingreso de la familia para ver si este permite costear la universidad que queremos. De igual modo se tiene que revisar la gran variedad de programas educativos disponibles, pues hay escuelas que tienen costos de cinco o seis mil pesos mensuales que se pueden adaptar perfectamente a las necesidades del estudiante”, agregó Vizcaya.

Si se elige bien, contratar un financiamiento puede servir como un aliciente que impulse a los estudiantes a terminar su carrera satisfactoriamente.

Además, puede haber otro tipo de beneficios. “Cuando hablamos de estos financiamientos en la escuela queremos decir a los estudiantes que se trata de una inversión a largo plazo. Esto le va a beneficiar en muchos aspectos, incluso en el aspecto bancario, pues muchos alumnos al terminar la carrera quieren emprender un negocio o comprar un vehículo, por lo que necesitan un crédito, y esto les permite tener un buen historial crediticio”, agregó Arellano de la UVM.

 

Retorno de inversión

Cuando se opta por un crédito educativo es importante pensar no solo en el futuro inmediato,  también en las posibilidades que habrá de crecer profesional y económicamente; pues, si se hará una fuerte inversión en los estudios, hay que calcular la recuperación del dinero.

Para ello se requiere hacer un comparativo y, en la medida de lo posible, no elegir los mercados laborales más saturados como Derecho o Comunicación; sino profesiones con más campo de empleo y sueldos mayores, por ejemplo, Desarrollo Web.

“Es importante saber qué carreras tienen mejor oportunidad de empleo, pues muchos jóvenes escogen las saturadas y el mercado les ofrece salarios muy bajos”. Declaró Vizcaya de Ennti.

Ya la UVM reportó, en su Encuesta Nacional de Egresados, que el 38.4% de los profesionistas del país se ubican en las áreas de Ciencias sociales, Administración y Derecho. Además, poco más de la mitad afirmó que en su primer empleo obtuvo un sueldo promedio de hasta 8,000 pesos.

Puedes apoyarte en la institución financiera para el análisis

Este análisis también puede hacerse de la mano con la institución financiera que calcula un estimado de lo que podría ganarse en el campo laboral según la carrera elegida con la intención de decidir si es viable adquirir el crédito o no.

“Las financieras también realizan un análisis de capacidad de pago. Revisan cómo están sus cuentas hoy, analizan el campo laboral disponible en el área y la posibilidad que se tendrá de seguir pagando. Pero son muy flexibles: en caso de no contar con trabajo inmediatamente, puede detener los pagos durante un periodo de gracia”, aseguró Arellano.

Finalmente hay que señalar que adquirir cualquier tipo de crédito involucra diversos aspectos y requisitos que deben analizarse, sobre todo en cuanto a tasas de interés. Sin embargo, por tratarse de un financiamiento educativo, el trabajo conjunto de la institución financiera, las universidades y el estudiante, son la clave para alcanzar el fin común: beneficiar a los alumnos.

“La mejor manera de aprovechar este tipo de programas es explorándolos, pues realmente no se necesitan requisitos extraordinarios para ser parte de ellos. Es importante considerar todas las opciones y finalmente aplicarse y estudiar la carrera elegida para terminarla a tiempo; y, así, seguir con un correcto desarrollo profesional”. Finalizó Mario Posadas, de IronHack.

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Moisés Salcedo:

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