Estudiar en el extranjero es una de las mejores aventuras que puedes experimentar durante tu vida escolar. También es una gran oportunidad de ampliar tu visión del mundo y desarrollar nuevas habilidades.

Si estás considerando “internacionalizarte” no estás solo. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) prevé un crecimiento en las cifras de la movilidad estudiantil internacional. Se espera que para el año 2025 la demanda de educación internacional llegará a los 7.2 millones de estudiantes.

 El citado organismo también señala que el número de estudiantes con movilidad internacional en la enseñanza superior ha estado creciendo de manera significativa a lo largo de los años. Pasó de 300 mil, en 1963, a más de dos millones, en el año 2000. Para 2019 se calculó que ya había alrededor de seis millones de alumnos, de diversos niveles universitarios, estudiando fuera de su país de origen.

 Aunque esta tendencia de crecimiento se desaceleró en el año 2020, a partir de la llegada de la pandemia de la Covid-19, en la actualidad ya se reactivan los mecanismos de intercambio.

Europa, el lugar preferido de los estudiantes mexicanos

La aventura de estudiar fuera del país puede resultar una experiencia fascinante. Sin embargo, los cursos en algún país de Europa se han convertido en los más populares entre los estudiantes mexicanos.

 Según datos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), a través de su Dirección General de Cooperación e Internacionalización (DGECI), el 59% de los estudiantes que fueron beneficiados con una beca de movilidad estudiantil eligió a Europa como destino para estudiar en el extranjero, seguido de América Latina y el Caribe con el 34%. En tercer lugar, se encuentra América del Norte con el 4%. Finalmente, Asia tiene un 3%.

 En el caso de la Universidad Iberoamericana, la institución reportó que un total de 530 alumnos salieron a estudiar al extranjero en lo que va del 2022, de esa cifra, 461 eligieron a Europa como destino para realizar su intercambio. En ese contexto, España fue el país más solicitado, al concentrar 244 estudiantes.

Con respecto a la notable popularidad de Europa como destino educativo, Liliana Álvarez Tostado, directora de International Affairs de la Universidad Panamericana, dijo que la interconexión que existe entre los países convierte al continente europeo en un destino preferencial para sus estudiantes, quienes especialmente eligen a España, Francia y Alemania como sus destinos preferidos de intercambio.

 “Son jóvenes a los que les gusta viajar. Europa tiene una gran conectividad por trenes, por aviones… Así, un alumno en un fin de semana puede aprovechar y visitar otro país a un costo mucho más accesible de lo que sería viajar en el Continente Americano. Eso, sin duda, atrae mucho”, dijo Álvarez.

 Cabe señalar que en este 2022, la Universidad Panamericana envió un total de 104 alumnos al Viejo Continente, lo que representa el 90% de los universitarios que eligieron realizar estudios a través de un intercambio.

“Para los estudiantes que realizan los procesos de movilidad académica internacional, la experiencia que viven les permite cambiar o reorientar sus vidas. Esto debido a que desarrollan habilidades que hasta ese momento creían no tener. También adquieren una mayor responsabilidad en el desarrollo de sus actividades, especialmente en las financieras”, señaló Álvarez.

 Además, la académica explicó que la Universidad Panamericana cuenta con alrededor de 86 convenios con las universidades de más alto prestigio en Europa. Esto, agregó la funcionaria, es una gran ventaja que aprovechan los alumnos de la UP para enriquecer su currículo al momento de emplearse. Por esa razón muchos estudiantes buscan salir del país.

Buscan el prestigio académico de las universidades Europeas

Actualmente las universidades también se encuentran rediseñando sus programas de intercambio estudiantil. El objetivo es hacerlos más atractivos para los estudiantes. Un ejemplo de ello es la Universidad Anáhuac, la cual mantiene una serie de convenios internacionales que le permiten ofrecer una doble titulación.

 De acuerdo con la institución, este tipo de programas permiten a los alumnos estudiar una licenciatura y titularse en dos universidades distintas. Así, por un lado, se obtiene el reconocimiento de la Anáhuac y, por el otro, de universidades como la Francisco de Vitoria, en España; l’ Università Europea di Roma, en Italia; y la Coventry University, en Reino Unido.

“Este tipo de programas se han vuelto interesantes y buscados por las nuevas generaciones.  Ahí también entran los viajes de movilidad internacional, las escuelas de verano, los intercambios académicos… Las universidades vamos armando un abanico de posibilidades de modo que el estudiante elija lo que más le interesa o que considera que abonará a su perfil”, dijo Patricia Ruiz, directora de Internacionalización de la Universidad Anáhuac.

 De acuerdo con la académica, otro de los beneficios de estos programas es que, al egresar de la licenciatura, se obtendrá un título válido en ambos países. Lo interesante de este modelo es que es una opción que les permite a los alumnos trabajar en el extranjero. Prácticamente en toda Europa, porque van acumulando ciertas certificaciones que les permiten ejercer en diferentes países.

 “Para nosotros la formación integral es muy importante. Por supuesto que lo académico siempre va en primer lugar. Pero, una experiencia de este estilo ayuda a que el alumno se forme en otros aspectos: desde que se sale de su zona de confort, el tema de maduración, de aprender a vivir solos en otro país, en otro idioma, con otros usos y costumbres… Lo anterior, por supuesto, los hará ver al mundo de manera distinta”, señaló Ruiz.

 Asimismo, resaltó que actualmente es impresionante el apoyo de parte de los gobiernos. La académica aseguró que se ha incrementado la cantidad de becas que llegan a la Universidad Anáhuac, por ejemplo, a través de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional (un órgano descentralizado de la cancillería) y también de las embajadas, para que alumnos mexicanos puedan estudiar en esos países.

 “Europa se ‘vende solo’, por la diversidad y la calidad académica que se encuentra ahí. Constantemente los estudiantes, tanto de licenciatura como de posgrado, buscan tener una experiencia, aunque sea corta o de verano en el Viejo Continente”, concluyó.

Movilidad internacional provoca cambios en comunidades locales

Gerardo Reza Calderón, director de la Dirección General de Cooperación e Internacionalización de la UNAM, señaló que es fundamental tener una política de relacionamiento con las universidades mejor posicionadas en el mundo. Lo anterior para beneficiar la formación académica de los universitarios.

 “Lo que busca la UNAM es cambiar la perspectiva de la academia, de la profesión, de la vida misma. Los alumnos no solo hacen intercambio académico, sino también lingüístico, cultural, social… Esto les cambia la vida, indudablemente”, dijo Reza.

 Según el académico, los alumnos que han tenido experiencias de movilidad internacional en Europa terminan siendo agentes de cambio en su comunidad local y universitaria.

 Cada año, la UNAM realiza acuerdos con más de 300 universidades de diferentes partes del mundo para que los alumnos puedan estudiar en esas universidades sin costo de inscripción y colegiatura. Sin embargo, por lo menos el 60% de los estudiantes prefiere realizar su estancia académica en Europa.

 “Es una gran ventaja para los alumnos de la UNAM el poder ingresar a las universidades de primer mundo, rankeadas en los primeros 200 lugares, pero, sin costo alguno”, señaló.

 Además, el funcionario dijo que entre los principales requisitos para que los estudiantes de la UNAM puedan aspirar a una beca de movilidad internacional es que tengan un promedio igual o superior a 8.5 y un avance de créditos en la carrera del 44%.

 Por otro lado, el académico enumeró algunas de las ventajas de que los jóvenes universitarios realicen intercambios estudiantiles en Europa. En primer lugar, dijo que los estudiantes mexicanos tienen acceso a las universidades más prestigiosas del continente.

 En segundo lugar, los estudiantes abren su expectativa para hacer una maestría en Europa. Ya que uno de los intereses de la UNAM es que el alumno se interese en mantener una carrera académica que tal vez, incluya un doctorado.

 “Es difícil que una universidad se sustraiga a los grandes cambios promovidos por la internacionalización universitaria. Aquella universidad que no se sume, quedará relegada a la orilla del proceso”, destacó.

Evita el camino más fácil, sumérgete en un idioma diferente

Acceder a un programa de movilidad internacional va a repercutir en tu formación profesional. Asimismo, le darás un plus a tu perfil profesional y estarás mejor preparado para afrontar los retos cuando regreses a tu país.

 “La recomendación es que se evite el camino más fácil, es decir, estudiar en su propio idioma. Una experiencia de intercambio requiere de la inmersión de un ambiente de un idioma que no sea su lengua nativa”, señaló Florian Dittmar, Coordinador de Movilidad Estudiantil de la Universidad Iberoamericana.

 Además, el académico recomendó a los estudiantes buscar más allá de las capitales o los destinos más famosos de Europa. Aconseja considerar ciudades más pequeñas, por ejemplo, donde la experiencia intercultural podría ser más enriquecedora.

 De hecho, señaló que hay países que los estudiantes no toman en cuenta como son los del Este de Europa, como es el caso de República Checa o Hungría. Estos países no están en la mira de los estudiantes mexicanos. Sin embargo, tienen una oferta académica de alto nivel con clases en inglés y experiencias culturales. Muy parecidas a los destinos tradicionales como España, Francia y Reino Unido.

 Incluso, aconsejó que los estudiantes tomen en cuenta durante su estancia en Europa el realizar sus prácticas profesionales allá. Con esto mejorarán su currículo y podrán emplearse más fácilmente al momento de graduarse.

 No cabe duda de que los beneficios de los intercambios estudiantiles involucran ventajas en todos los aspectos de la vida. Los que se lanzan a la aventura, regresan enriquecidos culturalmente y preparados para hacer frente a nuevos retos personales y profesionales.