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Educación positiva, ¿cómo ayuda a mi desarrollo?

Foto: Pixabay

En años recientes el incremento en el enfoque positivo en la educación ha aportado una nueva perspectiva al proceso de enseñanza y aprendizaje. Ahora no solo se implementan nuevas dinámicas y procesos dentro del salón de clase sino que también se lleva a cabo una transformación de los contenidos para que lo académico y lo emocional tengan una importancia similar.

“La educación positiva es un entendimiento de que las instituciones debemos formar competencias académicas, técnicas y humanas que aporten a la vida de las y los jóvenes, ahora y en su adultez”, comentó Rosalinda Ballesteros, directora del Instituto de Ciencias del Bienestar y la Felicidad de la Universidad Tecmilenio.

Ballesteros destacó, durante el evento Wellbeing 360, que la educación positiva permite entrelazar una serie de aprendizajes que ayudan a  los universitarios a desempeñarse no solo como excelentes profesionales en su área de estudio, sino también como personas felices, sociales y capaces de mejorar su entorno.

“Ideamos esta educación como una cadena de ADN donde las habilidades académicas y humanas, como la resiliencia, están entrelazadas. Además la escuela es muy importante pues es donde aprendemos lo necesario para la vida. Enseñar esto de manera intencionada nos permite dar las herramientas necesarias para el momento en el que vivimos”. Lo anterior lo comentó Ballesteros en referencia a que, derivado de la crisis sanitaria causada  por  la Covid-19, es necesario fomentar diversos conocimientos y diferentes estrategias para poder superar la pandemia.

Pero, ¿cómo funciona la educación positiva? Según la especialista, hay varios ejes: uno es el ambiente pues, mientras más tranquilo y abierto sea el espacio de aprendizaje, habrá mejores resultados.

“En primer lugar, esto tiene que ver con el ambiente de la clase. Ahí hablamos de un espacio positivo que genere motivación, amor por aprender y emociones agradables. La respuesta emocional que tenemos hacia lo grato nos ayuda a tener nuevos aprendizajes y que sean significativos”, agregó la académica.

 

Educación positiva para una educación personalizada

Otra ventaja de este enfoque es que realza las cualidades de todos, así el aprendizaje se ajusta a cada persona, sin demeritar alguna personalidad.

“Ayudamos a las y los estudiantes a entender cómo sus cualidades pueden ayudarles a conseguir sus objetivos. Por ejemplo, si una personalidad va con el humor, se puede emplear esa emoción en el proceso de entendimiento de las materias. Igualmente, hay quienes participan mucho, eso puede verse como ‘portarse mal’ pero, al manejarlo de manera correcta, podemos ser una ventaja”, agregó la directiva.

Además, enseñar y aprender de manera positiva también involucra dinámicas de clase y la percepción de que nuestras propias aptitudes pueden llevarnos muy lejos pues el sabernos capaces de lograr cosas difíciles nos impulsa a aprender cada vez más.

“Uno de los elementos más importantes del bienestar es el logro. Ser capaces de lograr cosas, compartir ese orgullo y construir sobre él es fundamental. Se trata de crear autoeficacia y es importante enseñar a las y los jóvenes que aprender cosas nuevas y difíciles es algo bueno. Este cambio de mentalidad sobre nuestra capacidad como seres humanos es muy positivo”, añadió Ballesteros.

La educación positiva también se perciben fuera de clase, pues la convivencia sana y sentido de logro pueden aplicarse en diferentes ámbitos de la vida. De esta manera, los conocimientos positivos que adquieren los jóvenes pueden ayudar a crear mejores espacios de trabajo, ciudades de bienestar y familias positivas.

 

Organizaciones positivas con profesionistas felices

Al salir de la escuela lo que más interesa a los estudiantes es encontrar ese empleo que ponga a prueba sus habilidades. Sin embargo, hay que considerar el tipo de organización donde estarán, pues el ambiente de trabajo es muy importante para el desarrollo profesional y personal.

Es aquí donde la educación juega un papel relevante pues, del mismo modo que un enfoque positivo puede transformar el ambiente dentro del aula, también puede hacerlo más allá de esta, tocando los demás contextos en donde los estudiantes se desarrollan. “El florecimiento humano es el desarrollo en todos los aspectos. Es entender que somos semillas, florecemos y alcanzamos todo el potencial. Esa semilla hay que regarla todos los días en clase, con servicios sociales y actividades extracurriculares, que aportan experiencia”, dijo   Santiago Vázquez, colaborador del Tec de Monterrey en su Centro de Liderazgo Emergente.

Además, es importante que los nuevos profesionales lleven sus aprendizajes emocionales al campo laboral pues eso permitirá desarrollar habilidades que eleven el nivel de satisfacción y productividad, no solo de quienes trabajan ahí, sino de la empresa misma. Eso, muchas veces implica cambios en la manera tradicional en la que se hacían las cosas en las compañías y organizaciones.

“La apuesta por la educación es buscar un mejor futuro. Hay nuevas maneras de entender el liderazgo más allá de aprender sobre planificación, seguimiento y esas útiles herramientas… Igualmente debemos aprender a tolerar la frustración, gestionar la incertidumbre, generar autoeficacia y propiciar resiliencia organizacional”, agregó Santiago Vázquez.

 

Habilidades para estar en una organización positiva

Pero, quizá como estudiante o recién egresado, te preguntas: ¿qué habilidades necesito para crear organizaciones positivas? Hay una extensa lista de cualidades y competencias que ayudan en el curso de creación o transformación de una empresa en un lugar positivo. A continuación te mencionamos algunas de las que se consideran esenciales.

Una de ellas es la capacidad de conocernos a nosotros mismos. El autoconocimiento nos permitirá identificar fortalezas al momento de trabajar en equipo. También nos ayudará a liderar grupos con  integrantes que posean personalidades distintas.

“Debemos tener consciencia de nosotros mismos y de nuestro entorno. Conocer mi personalidad y cualidades dentro de un equipo (y como parte de una generación), me ayudará a que, al liderar un equipo, identifique las fortalezas de los demás integrantes y a conocer sus prioridades y modos en que les gusta ser tratados”, agregó el experto.

Esto junto al sentido de propósito y darle significado a nuestras decisiones, ya sea como líder o como integrante de un equipo, son la clave para obtener mejores resultados.

“Cuando tienes un porqué al momento de trabajar, es más fácil encontrar el cómo y el camino y energía para llevarlo a cabo. Sea cual sea tu trabajo, entender la trascendencia e importancia de nuestra función puede cambiar la percepción de nuestra labor y hacerlo mucho más gratificante”, finalizó Vázquez.

 

Lleva el bienestar de la escuela a la sociedad

Percibirse como iguales dentro de la escuela y desarrollar habilidades sociales en conjunto puede ayudarnos a llevar la dinámica positiva de la educación a más entornos, pues una formación integral de las y los profesionales que estarán a cargo de las sociedades del futuro puede ser el camino hacia una convivencia guiada por el bienestar.

“En las universidades tenemos una enorme responsabilidad con el sentido de comunidad. Cuidarnos entre todos y respetar lo que nos rodea en nuestras casas, colonias, ciudades y hasta el planeta, es una prioridad. Entender que todos somos ciudadanos en formación es muy importante; así los principios vistos en la escuela nos ayudarán a ser mejores participantes de la sociedad”, comentó  Ballesteros.

Al fijarnos en nuestras ciudades y la manera en que interactuamos en ellas podremos ver el enfoque que se tenía al momento en que fueron diseñadas. Muchas de estas fueron creadas para ser funcionales y eficientes en general,  pero no tan amigables con sus habitantes. A las nuevas generaciones de profesionales les toca mejorar todo este tipo de situaciones.

“Al observar el diseño de una vialidad que permite la alta velocidad y ese tipo de dinámicas, vemos que estamos formando ciudadanos que no necesariamente se preocupan por los demás y, en ocasiones, pueden vivir situaciones de estrés, frustración y hasta violencia”, comentó Lorena Pulido, gerente de la iniciativa DistritoTec, del Tec de Monterrey.

Pulido  explicó que es muy importante que lo aprendido en la escuela respecto a valores, dinámicas positivas y enfoque humano también se aplique afuera y se tome con seriedad, pues la trascendencia de estos elementos es lo que puede transformar el entorno día a día.

“Este aspecto estresante de las ciudades tiene que ver  desde cómo están conceptualizadas. Es importante aplicar al entorno lo visto sobre diseños e implementaciones de bienestar”.

 

La escuela, espacio de entrenamiento para una ciudad positiva

Además, la escuela también se presta para ser ese espacio idóneo para crear prototipos y probar modelos que, de ser funcionales,  podrían ser aplicados en contextos más abiertos, como en los alrededores de la misma institución, una colonia, un municipio e, incluso, aplicarlo en una ciudad entera.

“La escuela es esa posibilidad de probar modelos que podemos expandir y llevarlos a nuestros alrededores. Sin embargo siempre hay que tomar en cuenta el factor humano, pues sabemos diseñar calles y espacios públicos pero en donde nos atoramos es en ponernos de acuerdo, escucharnos y generar confianza. Justamente esos son los puntos que nos ayudan a crear comunidades felices”, comentó Pulido.

Como vemos, el  aprendizaje  contribuye  a generar  ideas y enfoques que se adapten a nuestras necesidades actuales y futuras, a través de profesionales conscientes del desarrollo humano y la importancia de atender el bienestar.

“La educación es fundamental, es el espacio que nos permite intercambiar saberes y crear nuevas culturas. De este modo generamos ciudadanos con una nueva manera de habitar las ciudades, gobernarlas, diseñarlas y cuidarlas”, finalizó Lorena Pulido.

 

Felicidad en las escuelas y en las familias

Los expertos mencionan que lo aprendido en la escuela sobre el enfoque positivo y habilidades emocionales puede aplicarse en diferentes contextos de las vidas de los estudiantes, incluido el familiar. En ese entorno es muy importante que los jóvenes colaboren en el desarrollo de  núcleos de bienestar, pues esto beneficia a las comunidades del futuro.

“Una experiencia familiar basada en conocer al otro, sus necesidades y fortalezas ayuda a los estudiantes a comprender que son parte de un sistema donde dan y reciben, ceden y negocian; siempre  respetando espacios y tiempos de los demás. Esto, por ejemplo, puede ayudarlos en su vida laboral pues así son los trabajos en equipo”, declaró María Elena Garassini, representante por Venezuela de la Red Iberoamericana de Psicología Positiva y miembro de la International Positive Psychology Association.

Con todo, llevar el sentido positivo a nuestro entorno familiar y social no es tan complicado, pues podemos poner en práctica ejercicios y dinámicas de clase. Así, el bienestar que sentimos en la escuela lo transportamos a nuestro entorno en general.

“Hablamos de las  emociones positivas en la vida académica como el reconocimiento, la diversión, el  interés, el  agradecimiento, etcétera. Pero, si nos fijamos bien, eso también está en casa”, agregó Garassini.

Identificar diferentes experiencias dentro del hogar también ayuda a los estudiantes a cambiar la percepción que tienen sobre él.  “Hay quienes tienen experiencias óptimas hacia el ejercicio, la cocina u otras actividades y, aunque estos procesos parecen individuales, te das cuenta que son contextuales porque suceden en un espacio en  particular, que es nuestra casa. Así es como podemos empezar  a validar a la familia”, agregó la experta.

 

Cómo ayudar a que mi familia sea positiva

Aunque esto no significa que no existan entornos o situaciones familiares complicadas, ambientes de discusión u otro tipo de problemas. La clave para que estas situaciones mejoren, según la experta, es la información.

“Una de las primeras cosas que propongo es la información, escuchar podcasts, leer o atender cursos. Los expertos tienen mucho poder;  es como cuando uno está enfermo y va al doctor a que nos indique qué hacer. Entonces, hay que acercar esa información a todos en la casa porque, a veces, como hijos, no podemos llegar a los papás y decirles cómo hacer bien su trabajo”, comentó Garassini.

Además, la especialista mencionó que es importante valorar las cualidades de los demás con todo y que haya situaciones conflictivas. Así podemos iniciar una conversación para lograr soluciones.  “Debemos tener un vocabulario donde valoremos lo que los demás saben hacer; eso es la indagación apreciativa. Por ejemplo, aunque mi papá hable en tono fuerte y se enoje, sé que es una persona comprometida y, lo que promete, lo cumple. Así valoramos lo que sí funciona y podemos trabajar poco a poco en el respeto individual”, dijo Garassini.

El tema de la familia es relevante porque es el núcleo del que se parte para lograr que las sociedades funcionen de manera adecuada. Las reglas de convivencia pueden mejorar, basándose en un enfoque positivo, para partir de ellas hacia relaciones sociales más complejas, como las que se tienen con vecinos, compañeros de escuela y personas en general.

Con todo, se debe tener en cuenta que este enfoque no se plantea lograr relaciones educativas, sociales, laborales o de otro tipo, que sean perfectas. Simplemente se busca hacer funcionar mejor a cada una de las estructuras,  para crear un entorno social más feliz y positivo para el presente y el futuro.

 

¿Qué es la educación positiva?

Esta tendencia en la enseñanza trata de crear ambientes de estudio que generen bienestar entre estudiantes y profesores. Lo anterior se logra mediante la aplicación de principios de la psicología positiva. De este modo, además  de aprender, por ejemplo, sobre  matemáticas, historia o química, en las clases  también se abordan temas como inteligencia emocional, relaciones sociales positivas o resiliencia. Además, se desarrollan y se ponen a prueba habilidades que serán útiles para el resto de la vida de los estudiantes como el trabajo en equipo, liderazgo y comunicación asertiva. Esto  complementa su perfil profesional.

 

Conoce más

Para profundizar en estos temas desde diversos puntos de vista e instituciones puedes visitar los siguientes sitios web:

  1. Instituto de Ciencias del Bienestar y la Felicidad de la Universidad Tecmilenio/cienciasdelafelicidad.mx
  2. Instituto Europeo de Psicología Positiva / iepp.es/
  3. Familias en positivo / familiasenpositivo.org
  4. Positive Psychology Center de la Universidad de Pensilvania / ppc.sas.upenn.edu
  5. Escuela para padres / escuelaparapadres. com
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Moisés Salcedo:

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