María Santos Becerril Pérez, es una académica de la Facultad de Psicología de la UNAM quien en días pasados detalló a la Gaceta UNAM el peligro que representa el “grooming” para niñas y niños que no tienen supervisión adulta cuando comienzan a utilizar el Internet.
La académica además de explicar en qué consiste esta práctica, también dio una serie de recomendaciones para evitarlo y qué hacer en caso de que algún familiar o conocido pase por esta situación.
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Académica de la UNAM explica qué es el grooming
De acuerdo a María Santos Becerril Pérez, las niñas, niños y adolescentes suelen ser víctimas del grooming, mejor conocido como ciberacoso, específicamente de índole sexual, por parte de personas adultas, quienes usan perfiles falsos en las redes sociales para engañarlos y buscar una cercanía con ellos.
Estas personas crean identidades falsas en las que usan información básica, pero con datos que las infancias y adolescencias puedan identificar, como edades semejantes o imágenes de caricaturas que están de moda para poder engancharlos.
Una vez que logran esa conexión, obtienen más información de los menores de edad, pues se muestran amistosos, cercanos, empáticos, e incluso cuando hay más confianza les hacen creer que atraviesan situaciones similares y que serán ellos quienes les darán atenciones que en sus casas no suelen tener.
La experta agregó que, posterior a haberse concretado una amistad o un noviazgo, inician las acciones agresivas como pedir fotografías o videos íntimos; y logran el silencio de las víctimas por medio del chantaje, ya que los amenazan con hacer público su contenido o con hacerles daño a ellos o a sus padres.
Así es como cada vez sube el nivel de exigencia que puede llegar a que el trato ya no sólo sea digital, sino presencial.
De acuerdo a datos del Módulo sobre Ciberacoso (MOCIBA), en el 2023 en México, 18.4 millones de personas de 12 años y más, que usaron Internet a través de cualquier dispositivo, fueron víctimas de ciberacoso, del total, 8.1 millones fueron hombres y 10.3 millones mujeres.
¿Cómo se puede evitar esta práctica?
La académica explicó que las infancias y las adolescencias son nativas tecnológicas, por lo que los padres o las personas responsables de su cuidado, deben saber cómo acompañarlas, verificar con quiénes interactúan en dichos espacios, respetar los lineamientos de las redes sociales y los juegos, así como supervisarlos de manera cercana y continua.
Los padres deben ser los guías tecnológicos para el uso de algún aparato electrónico. Por ejemplo, si la niña o el niño quiere un videojuego no apto para su edad, se debe hablar con ellos de manera asertiva y hacerles saber que no es adecuado en ese momento, sin hacerlo ver como una prohibición.
Para la académica es necesario que los padres, además de asertivos, sean honestos y nombren las situaciones como son, es decir, se les debe decir que en las plataformas o en los juegos digitales se pueden encontrar con gente de mayor edad que busca hacerles daño, que intenta contactarlos, pedirles fotografías o videos y amenazarlos.
¿Qué hacer ante un caso de grooming?
María Becerril Pérez, explicó que es importante mantener la tranquilidad con la hija o el hijo si este les revela que atraviesa por una situación de grooming. “Es necesario no alarmarse, regañarlos o gritarles, sino más bien tener cercanía con ellas y ellos para que puedan compartirles lo que están viviendo”, detalló.
Por lo regular, los niños y adolescentes más vulnerables son aquellos que no tienen cercanía con las personas con las que viven, están poco acompañadas, o no cuentan con límites ni supervisión en el uso de las tecnologías, por tanto, acceden a todas las peticiones por miedo.
“Si los padres se percatan de que sus hijas o hijos son víctimas del grooming, es importante que no se bloquee a la persona ni se pierda el contacto, no actuar violentamente y solicitar ayuda a la policía cibernética, para que puedan investigar de quién se trata y así evitar que existan más víctimas. Aunado a ello, se debe acudir con un especialista en psicología”, finalizó la experta.