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UNAM explica la diferencia entre un bebedor social y un alcohólico

Foto: Pexels

Si te gusta ir a fiestas o reuniones, es posible que alguna vez hayas ingerido alcohol. De hecho, la encuesta nacional de adicciones reveló que el 70% de la población de entre 15 y 65 años consume esta sustancia; aunque aproximadamente el 7% tiene problemas con su manera de consumir alcohol.

Sin embargo, beber de manera ocasional no es una adicción, ya que hay una diferencia entre ser bebedor social y alcohólico

Pues, mientras un bebedor social decide cuándo comienza a beber y en qué momento termina, una persona alcohólica no sabe poner límites con lo que toma, lo cual incluso podría cambiar de manera negativa su comportamiento.

¿Qué es una adición?

El Dr. Óscar Prospéro, Investigador del Sistema nacional de investigadores del Departamento de fisiología de la UNAM, definió a la adicción como una “conducta placentera en la cual el individuo pierde el control sobre el consumo de alguna sustancia.”

Referente al alcoholismo comentó que los pacientes tienen problemas para mantenerse sobrios, y al pasar horas o días sin probar una gota de alcohol, presentan ansiedad e inquietud por beber e incluso sentir que morirán. 

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¿Qué sucede en nuestro cuerpo cuando bebemos alcohol?

En un artículo, el experto de la UNAM explicó que al beber alcohol, la molécula de dicha sustancia ingresa a nuestro cerebro e interviene en el ‘sistema de motivación y de recompensa’, “el cual está formado por núcleos y esos núcleos, a su vez, se forman por las neuronas que liberan dopamina, misma que liberamos cuando experimentamos algo que nos provoca felicidad y placer.”

Es decir, tanto el alcohol como las drogas provocan que la dopamina sea liberada masivamente en las personas que las consumen, y eso “es el principio para que una persona desarrolle tolerancia a estas sustancias y se vuelva adicta”, pues conforme genere resistencia irá aumentando la dosis que consume para sentir el mismo efecto.

Pero, ¿qué influye en una persona para que se vuelva adicta? Según explicó el académico de la UNAM en un artículo, la dependencia a sustancias “surge como resultado de la vulnerabilidad que depende del comportamiento de sus genes.”

Actualmente se intenta demostrar mediante estudios de laboratorio que existe carga en la genética de una persona si sus padres o abuelos fueron consumidores frecuentes del alcohol. Aunque, en los casos donde no hay antecedentes familiares, una persona puede verse orillada a consumir alcohol por la presión social de amigos, compañeros u otras personas inmersas en su entorno. 

 ¿Cuáles son las consecuencias de beber alcohol?

A parte de los problemas sociales que puede ocasionar el consumo excesivo de alcohol, también existen riesgos para nuestra salud como los siguientes:

  • Pérdida de la memoria.
  • Cirrosis hepática
  • Aparición de várices esofágicas que se pueden reventar y provocar vómito de sangre. 
  • Ascitis: acumulación de suero de la sangre en la cavidad abdominal. 
  • Demencia.
  • Infartos al corazón o cerebrales.
  • Trastornos de sueño.
  • Trastornos de alimentación.

¿Cómo comienza el alcoholismo?

De acuerdo con el Dr. Óscar Prospéro, una adicción se desarrolla en tres etapas:

  • Reforzamiento positivo: en esta fase se encuentran quienes beben porque les gusta, pero que, conforme desarrollan tolerancia también incrementan su consumo de alcohol.
  • Reforzamiento negativo: las personas ya experimentan crisis de ansiedad, sed y desesperación si les falta alcohol. 
  • Recaídas:  al presentarse inconvenientes graves en el ámbito familiar, social, personal, laboral o de salud, algunas personas deciden tratarse para dejar el alcohol. No obstante, la vulnerabilidad provoca que las personas se expongan a situaciones de debilidad que la podrían hacer recaer.

Y si bien la rehabilitación podría ser compleja, el académico de la UNAM indica que una persona en este proceso necesita apoyo de personas cercanas.   

Asimismo, el Dr. Óscar Prospéro señaló que “no es malo el consumo de alcohol siempre y cuando se haga moderadamente y sin llegar a altos grados de embriaguez […]”, e indicó que “se debe buscar ayuda oportuna cuando se empieza a perder el control en la manera de beber, esto hará una gran diferencia en la vida del consumidor”.

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