Es un largo día, sientes que se te cierran los ojos, estás bostezando sin parar y aún te faltan pendientes; entonces, decides tomar una de las bebidas energizantes, porque estas reducen el cansancio y eliminan el sueño. Pero, ¿sabes si son dañinas para la salud?, la UNAM te explica sus riesgos.
Los anuncios publicitarios promocionan a las bebidas energizantes como un alivio para el cansancio; mejorar la concentración, el rendimiento académico y atlético. Sin embargo, a la par de hacerlo, generan riesgos a tu salud; los cuales se incrementan para personas que padecen ansiedad, hipertensión, e incluso diabetes.
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¿Cómo funcionan?
Estas bebidas contienen azúcar y cafeína; las cuales por sí solas son energéticos potenciales para el cuerpo. Pero, se potencializan con otras sustancias como la taurina, vitaminas del complejo B, ginkgo biloba y guaraná. La combinación de estas sustancias ocasiona el incremento del estado de alerta gracias a que interfieren con el proceso biológico del sueño. Además, estimulan las hormonas encargadas de la respuesta de lucha o huida; es decir, te mantienen despierto y a la defensiva.
¿Cuáles son los riesgos de tomar bebidas energizantes?
Debido a que las bebidas energizantes también estimulan el Sistema Nervioso, mejoran los reflejos, incrementan el pulso cardíaco y la circulación sanguínea; pueden generar ataques de pánico, crisis nerviosas y empeorar el insomnio y otros trastornos del sueño. Por ello, no son recomendables para personas que padecen crisis de ansiedad.
Asimismo, al potenciar la actividad cardíaca y causar vasoconstricción; pueden elevar peligrosamente la presión arterial y provocar infartos o accidentes cerebrovasculares. Por ello, tampoco son recomendadas para personas que padecen hipertensión o enfermedades del corazón.
La UNAM también recomienda no consumir más de 400 mililitros al día; de lo contrario, aunque seas una persona aparentemente sana, podrás estar en riesgo de cualquier incidente cerebrovascular o ataque cardiaco. Esta dosis se reduce a 2.5 mililitros por kilogramo de peso para las infancias.
Incluso, su consumo continuo puede generar hipervitaminosis por la gran cantidad de vitaminas que contiene; las cuales no son sintetizadas y aprovechadas al cien por ciento debido a su consumo frecuente. Al igual que obesidad o diabetes, por el alto contenido de azúcar, el cual aumenta los niveles de glucosa en la sangre, de acuerdo con UNAM Global.
Ante estos riesgos, la UNAM recomienda consumirlas solo de forma ocasional. En caso de que presentes fatiga con frecuencia, sugiere dormir mejor, mejorar la alimentación, hacer más ejercicio. Y, sobretodo acudir al médico para descartar cualquier patología que pudiera estar afectando el metabolismo.