¿Te ha pasado que cuándo hace mucho calor te pones de mal humor y no tienes ganas de hacer nada? Esto es más común de lo que te imaginas y se debe al estrés térmico.
En los últimos días nuestro país ha experimentado una ola de calor que ha alcanzado temperaturas récord. Si bien, estamos en una época calurosa, muchas veces puede llegar a ser tan sofocante que influye mucho en nuestras actividades cotidianas.
Hugo Sánchez Castillo, profesor de la Facultad de Psicología de la UNAM, compartió para la Revista UNAM Global qué es el estrés térmico, qué lo ocasiona, sus consecuencias y quiénes son más propensos a sufrirlo.
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¿Qué es el estrés térmico?
El docente detalló que el cuerpo humano requiere mantenerse a una temperatura promedio de 37°C para funcionar correctamente, si se supera este límite puede aparecer lo que conocemos como estrés térmico.
El estrés térmico es un estado que se induce por el aumento de la temperatura ambiental, está particularmente asociado con un estrés tanto psicológico como metabólico.
Puede estar acompañado o no por hipertermia, que se produce cuando los mecanismos que regulan la temperatura corporal fallan y la temperatura se eleva por encima de lo normal.
El profesor señaló que diversos estudios señalan que hay cuatro factores que pueden ocasionar el estrés térmico en ambientes exteriores e interiores:
La temperatura del aire, que generalmente debería estar entre 22°C y 24°C durante las cuatro estaciones del año.
La humedad relativa del ambiente y la temperatura de los objetos que nos rodea es otra variable que desencadena estrés térmico, porque si estamos en un lugar con muchas personas en un mismo espacio la sensación de calor aumenta.
Si le agregamos poco flujo de aire y el material con el que están construidos las paredes y techos del lugar en el que nos encontramos, ocasiona que esa sensación de calor se incremente.
Pero no es algo que deba tomarse a la ligera, puesto que el experto señala que las consecuencias del estrés térmico van desde problemas de sueño, sensación de vértigo y mareo, ansiedad y bajo rendimiento laboral y académico, hasta la muerte.
¿Quiénes son más propensos y cómo mitigarlo?
Si bien, todos podemos sufrir estrés térmico, los más propensos son los adultos mayores, los niños y las personas que trabajan al aire libre o en entornos cerrados.
Sánchez Castillo indicó que las personas que padecen enfermedades cardiovasculares o respiratorias, obesidad, diabetes, enfermedades de la piel, enfermedades de las glándulas sudoríparas e insuficiencia renal también son vulnerables a sufrir de estrés térmico.
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¿Pero cómo podemos mitigar los efectos del estrés térmico? Para finalizar, el profesor detalló que las empresas deben implementar sistemas de ventilación en sus edificios.
Los trabajadores deben hidratarse y permanecer en lugares frescos, utilizar ropa y calzado cómodos y evitar las actividades físicas excesivas entre las 11 de la mañana y las 3 de la tarde.