Inicia el juego por la rectoría de la UNAM
Expertos refieren que el próximo rector de la UNAM deberá enfrentar desafíos administrativos y académicos
Foto: Archivo El UniversalEl próximo noviembre, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) designará a su nuevo rector para un periodo de cuatro años, con la posibilidad de reelegirse una vez más por el mismo tiempo. Enrique Graue Wiechers, la actual cabeza de la reconocida institución educativa fue elegido el par de ocasiones que lo permite la Ley Orgánica (1945) de la universidad.
En este sentido, ¿por qué llama tanto la atención el nombramiento de esta figura? ¿Qué retos tendrá que asumir el nuevo rector? ¿Uno de ellos es transformar el proceso de designación del cargo?
En los meses recientes no solo la comunidad de la UNAM ha hablado del proceso, sino otros sectores de la sociedad, incluyendo al titular del Poder Ejecutivo. Un concepto ha sido enunciado una y otra vez en esos diálogos: la autonomía universitaria.
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“Enseñar, preservar y generar conocimientos, así como valores y ejemplos, y dispersar saberes en beneficio de nuestro pueblo es la visión de nuestra casa de estudios. Estas labores, a las que acostumbramos a definir como sustantivas, las hemos cumplido a cabalidad con la libertad que se cristaliza en nuestra autonomía”, dijo Graue Wiechers en lo que fue su última ceremonia del Día del Maestro como rector de la UNAM, el pasado mayo.
Sobre la renovación del cargo, el aún rector habló de la pertinencia de escuchar las distintas voces que se expresarán de diferentes maneras.
“Tenemos claro que la forma de gobernarnos y relacionarnos con la sociedad es una decisión libre y soberana de las y los universitarios”, precisó.
En su opinión, la reglamentación permite “actualizar diversas normatividades” para dar firmeza, actualidad y certeza al quehacer académico.
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Lo cierto es que el trabajo de la Junta de Gobierno, también originada en 1945 y cuya facultad principal es la de nombrar al rector y a los directores de los diversos centros educativos de la UNAM, está bajo la lupa. Así sucede cada vez que llega el momento de designar al nuevo rector.
Ley orgánica debe ponerse al día
Manuel Gil Antón, profesor del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México, aseguró que la UNAM sí requiere adecuar la Ley Orgánica: “ponerla al día” respecto al crecimiento de una universidad tan grande no solo en el nombre, sino en su cuerpo docente y estudiantil.
“A mi juicio, será tarea de la próxima rectora o del próximo rector generar una discusión al interior de la UNAM, con la intención de considerar la necesidad de hacer una puesta al día de su Ley Orgánica y de lo específico que es otorgar a la Junta de Gobierno integrada por 15 personas, electas por el Consejo Universitario, la facultad de nombrar al rector y a los directores”, argumentó el reconocido autor de libros en materia educativa.
El docente coincidió con varias de las ideas de Imanol Ordorika, director de Evaluación Institucional de la UNAM y aspirante a la rectoría, como el hecho de que el proceso de designación debe ser más transparente y abierto.
Ordorika, quien ya se ha presentado en distintos centros de la Máxima Casa de Estudios como aspirante a rector, ha dicho una y otra vez que la institución se resiste al cambio y a las transformaciones internas que son relevantes para la misma.
Diversos especialistas sugieren una presentación pública de los proyectos de los candidatos a la rectoría de la UNAM ante la comunidad universitaria, lo que podría incluir un debate.
“Lo que quiero decir es que hay posibilidad de mejorar la escucha y la participación comunitaria en el marco de esta Ley Orgánica y de las facultades actuales de la Junta de Gobierno”, complementó el profesor del Colmex, Gil Antón.
¿Cuáles son los próximos desafíos de la rectoría?
“Creo que ningún aspirante a la rectoría puede dejar fuera de su proyecto una propuesta de cómo transformar a la UNAM para ponerla al día en un país que aspira a la democracia como forma de vida”, expresó Gil Antón sobre los retos que deberá enfrentar el sucesor de Graue Wiechers.
Añadió que también se tiene la necesidad de contar con sistemas de participación mediante los cuales se procese el conflicto y las diferencias. De no ser así, estos se seguirán manifestando en paros y huelgas, por ejemplo.
“Con base en lo que Imanol Ordorika ha expresado anteriormente, otra tarea es concentrarse en la función fundamental de la Universidad Nacional Autonoma de México (UNAM), y esa es la docencia. Se debe poner en el centro la relación docente, la relación en la que profesores y estudiantes construyen conocimiento, el cual contribuye al conocimiento social que, a su vez, genera crítica, y esta, ciudadanía”, expuso el académico.
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Agregó que esta universidad y otros centros educativos han descuidado la docencia en aras del “oropel y la soberbia” de la investigación.
La importancia de la docencia en los niveles medio superior, superior y de posgrado radica en el imperativo de garantizar que el profesorado posea habilidades y conocimientos que le permitan formar universitarios capaces de cambiar las condiciones sociales, en bien de la humanidad.
Se necesita una rectoría con perspectiva de género
Siobhan F. Guerrero Mc Manus, investigadora en el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades de la UNAM, dice que la rectoría debe ampliar la visión de género y atender las demandas del profesorado de asignatura, así como recomponer la relación con el Gobierno.
“Sería grave que quien llegue a la rectoría no tenga perspectiva de género. En esta administración hubo avances importantes: la doctora Tamara Martínez, coordinadora para la Igualdad de Género de la UNAM, ha hecho un trabajo enorme”.
“El enfoque no debe estar solo en las mujeres, sino también dirigirse a poblaciones LGBTI (…) Nos guste o no, la institución tiene problemas de violencia”, consideró Guerrero Mc Manus.
De esta manera, la académica dijo en tono crítico que, más allá de la composición de la Junta de Gobierno (que por primera vez en su historia cuenta con más integrantes mujeres que hombres), “cuando vemos las direcciones de las facultades, escuelas, centros e institutos, todavía hay pocas mujeres al frente. Eso es una realidad”.
Hacia un nuevo modelo
Acerca de si la UNAM cuenta en la actualidad con un modelo democrático, los expertos coinciden en que la situación es mejorable.
“Soy escéptica de que tengamos un modelo de democratización bien acabado; creo que lo que tenemos son aspiraciones de democratización. Llevo alrededor de ocho años diciendo que compartimos el deseo de que la institución debe ser democratizada. Sin embargo, es una aspiración que no se ha podido aterrizar en un modelo plausible”, aseguró la investigadora Guerrero Mc Manus.
Sobre el porqué se ve lejana la posibilidad de tener una Máxima Casa de Estudios puramente democrática, la también columnista del sitio web de Generación Universitaria expresó: “Tampoco ayuda la importancia política de la UNAM. No es una universidad más, cuenta con un papel al interior de este país que no tiene ninguna otra institución. En ese sentido, funge como un espacio político donde se emiten opiniones expertas y donde se difunde y se valora una serie de cuestiones que tienen que ver con ciencia, arte y humanidades. Es un foro de importancia estratégica”.
La persona que ocupe la rectoría de la UNAM, también, tendrá el desafío de reconstruir los vínculos con el gobierno federal. Actualmente, la relación no es del todo tersa por diversos factores, entre ellos varios que se derivaron a partir de la pandemia del coronavirus COVID-19.
“Los expertos en salud de varias partes de la universidad criticaron la política gubernamental, y el Gobierno en turno ha criticado en varios momentos a la famosa ‘casta dorada’ de la UNAM. Entonces hay una serie de desencuentros. Además, me parece que existe un evidente castigo presupuestal a las universidades públicas. La disminución (de recursos) podría generar, entre otras consecuencias, fugas de cerebros en las diferentes áreas como las económicas y jurídicas, y las de las ciencias e ingenierías”, opinó Guerrero Mc Manus.
El tema de los profesores de asignatura es otro pendiente impostergable, ya que “genera mucha molestia porque la UNAM puede operar, realmente, gracias a la pauperización del 80% del personal académico, que corresponde al profesorado de asignatura. Justo aquí se ve la importancia de contar con un mayor presupuesto. Es necesaria una reforma laboral que les permita, a los profesores de asignatura, tener mejores ingresos, mayor seguridad y claridad respecto a los criterios con los que semestre a semestre se les asignan clases”, dijo la investigadora y también profesora.
Agregó que todo el profesorado de la Máxima Casa de Estudios ha ido perdiendo, año con año, capacidad adquisitiva, especialmente porque los salarios nunca cubren la inflación.
“Si bien la UNAM suele tener incrementos presupuestales correspondientes con la inflación, no sube los salarios de manera proporcional”, concluyó Siobhan F. Guerrero Mc Manus.
Días por venir en la UNAM
Luego del receso vacacional de esta mitad de 2023, la UNAM tendrá que emitir la convocatoria de sucesión de rector, conocer los proyectos de las y los aspirantes, y votarlos. Los expertos coincidieron en que deben transparentarse los procesos por lo menos en los últimos dos apartados.
Entre los requisitos a cumplir por parte de los candidatos a la rectoría están: ser mexicano por nacimiento, tener una edad mayor de 35 y menor de 70 años, contar por lo menos con 10 años de servicio docente o investigación en la Universidad y “ser persona honorable y prudente”.
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En el proceso de selección de la próxima persona encargada de la rectoría sobresaldrá el papel de Enrique Graue pues, dentro de las facultades del rector sobresale la de “cuidar el exacto cumplimiento de la Ley Orgánica, de las disposiciones de la Junta de Gobierno y de las resoluciones que dicte el Consejo Universitario”. Al respecto, los especialistas argumentan que algunos de estos elementos operativos son los que deben ser transformados por el dirigente que se conocerá en noviembre.
¿Quienes son los posibles aspirantes a la rectoría?
Ellos son solo algunos de los personajes que se mencionan entre la comunidad universitaria para suceder al actual rector Enrique Graue Wiechers. Los candidatos oficiales comenzarán a conocerse en los próximos días, toda vez que la casa de estudios regresó ayer de su periodo vacacional de verano
Imanol Ordorika Sacristán
El actual director de Evaluación Institucional de la UNAM es especialista en sociología política de la educación superior. Fue una de las figuras principales del Consejo Estudiantil Universitario que provocó la derogación de la reforma del rector Jorge Carpizo (1985-1989), la cual a su vez originó la huelga de 1986. Ordorika ha abogado por la apertura y la transparencia de la sucesión rectoral, lo que incluiría un debate entre aspirantes y la participación de distintos sectores que conforman la comunidad universitaria, desde estudiantes hasta trabajadores.
Guadalupe Valencia García
La coordinadora de Humanidades de la UNAM es doctora en Sociología y maestra en Sociología Política. “Ha sido profesora desde 1986, cuando ingresó como docente a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, y ha impartido cerca de un centenar de cursos en México y en el extranjero sobre metodología de la investigación social y problemas del conocimiento en las ciencias sociales, en licenciatura y posgrado”, de acuerdo con la Universidad. Entre junio de 2012 y diciembre de 2015 fue coordinadora del Programa de Posgrado en Estudios Latinoamericanos.
Leonardo Lomelí Vanegas
En noviembre de 2022, Lomelí Vanegas fue admitido como miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC). También ha sido profesor de la Facultad de Economía desde hace casi 30 años y fue docente del Colegio de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras. El académico es el actual titular de la Secretaría General de la Máxima Casa de Estudios, cuya visión es “contribuir permanentemente junto con la estructura universitaria a conservar el liderazgo de la UNAM entre las instituciones de educación media superior y superior del país y de Latinoamérica”.
Patricia Dávila Aranda
A la actual secretaria de Desarrollo Institucional de la UNAM se le asignaron, en 2021, cuando fue nombrada en el cargo, las tareas de fortalecer el proyecto de conectividad en la Universidad Nacional Autónoma de México, ampliar los recursos universitarios que se concentran en sus repositorios digitales y trabajar en la simplificación administrativa, así como fortalecer su buena presencia internacional. Dávila Aranda, también, fue directora de la FES Iztacala en dos periodos y coordinadora general de Estudios de Posgrado en la Máxima Casa de Estudios.
William Lee Alardin
El coordinador de Investigación Científica de la UNAM es egresado de la carrera de Física de la Facultad de Ciencias, cursó la maestría y doctorado en Física en la Universidad de Wisconsin, en Estados Unidos. En 1998, Lee Alardin se incorporó al Instituto de Astronomía. “Lleva a cabo investigación en fenómenos de acreción en objetos compactos, tales como estrellas de neutrones y agujeros negros, la producción de destellos de rayos gamma, hidrodinámica en discos de acreción y explosiones de supernova”, detalla el centro educativo estadounidense.
Germán Fajardo Dolci
El director de la Facultad de Medicina es médico cirujano y especialista en otorrinolaringología por la UNAM. También es maestro en alta dirección. En la gestión de su reciente designación (2020-2024) se enfoca en que la enseñanza de la medicina y las ciencias de la salud evolucionen en la Facultad de Medicina para dar respuesta a las demandas de las nuevas generaciones. Con este objetivo se desarrollan líneas de acción transversales entre las que están una entidad ética y con valores; y prevención, atención y erradicación de violencia, acoso y hostigamiento.
Luis Agustin Álvarez Icaza Longoria
El otrora director del Instituto de Ingeniería ahora se desempeña como secretario Administrativo de la UNAM, unidad que busca “establecer y operar el sistema administrativo y la aplicación de la normatividad universitaria en materia de recursos humanos; en el cumplimiento a los compromisos contractuales y atención a las relaciones laborales; en la programación y ejecución de obras; en la adquisición de bienes y servicios, y en los procesos de planeación, presupuestación y evaluación institucional”. Se ha desempeñado como tutor de posgrados.
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