X
    Categorías: Campus

¿Qué son las madres autónomas? Conoce la historia de 3 mujeres

Foto: Pexels

¿Alguna vez has escuchado el término mamás solteras o luchonas? Estos son términos despectivos para referirse a la madres que son jefas del hogar, el término correcto para referirnos a ellas es madres autónomas. 

De acuerdo con las cifras más recientes del INEGI, en México, tres de cada diez mujeres que reportan ser madres también son jefas de hogar, es decir, 11.5 millones. 

En este Día de las Madres, una experta de la UNAM nos explica por qué estos términos son despectivos, qué son las madres autónomas y la importancia de darles el reconocimiento que merecen.

Lee también: Mujeres líderes y su poder de decisión

¿Qué son las madres autónomas?  

Gabriela Gutiérrez Mendoza, trabajadora social y jefa de la Unidad de Educación y Extensión para la Igualdad en la Coordinación para la Igualdad de Género (CIGU), explicó para Gaceta UNAM que actualmente las mujeres se cuestionan sobre su decisión de ser madres y las expresiones de su maternidad. 

A las madres autónomas se les ha nombrado como “mamá soltera” o “mamá luchona”, pero estos términos siempre han sido despectivos. La maternidad no es un estado civil y “luchona” es un estereotipo que califica y castiga a la mujer que está al frente de un hogar.

Gutiérrez Mendoza explicó que las maternidades autónomas son todos aquellos procesos en los que las mujeres que han decidido sobre su maternaje y su vida están relacionados directamente madre, hijo e hija. A partir de ellos se genera una organización de cuidados, acompañamiento psicoemocional y sostenimiento de la vida.

Jessica. No vas a poder sola

Algunas de las madres autónomas de hoy han llegado hasta ese punto por ser sobrevivientes de violencia. Jessica por ejemplo, no tenía permiso para hacer ejercicio o usar perfume, para ella se habían acabado las salidas con amigas y más si había un hombre en la reunión. También le tenían controlado el dinero de lo que ganaba con su trabajo.

Un día sucedió una pelea con su entonces pareja y comenzó la ley del hielo para ella y su hija. “Ese fue el peor error de su vida”, dice Jessica, porque en el silencio y la desatención con ellas, tuvo una revelación: “Sí puedo con ella. No lo necesito”.

Él se fue y le advirtió: “No vas a poder sola con ella”, “no vas a ser capaz de cuidarla”.

La vida después de ese día cambió. Desde ese momento, Jessica generó nuevos procesos para ella y para gestionar su maternidad. Se redefinió en todo sentido.

Volvió al ejercicio, se arregla para ella y algunos días usa perfume. Ya no siente remordimiento o culpa de salir con amigas o de comprarse cosas para sí misma. 

En su caso, la maternidad autónoma es “valerse por sí misma”. Ser una madre proveedora, gestionar el tema de la casa, la educación y hasta el entretenimiento, todo desde la libertad.

Alicia. No se trata de ser una supermujer

Alicia sintió la amenaza de violencia física por parte de su pareja y llamó al número de emergencias, estaba con sus dos hijos. Cuando las autoridades retiraron al que era entonces su pareja, unas oficiales le preguntaron si iría a poner una denuncia. Ella contestó que no.

Alicia no tenía forma de ir, en ese momento se dio cuenta que no tenía ni 50 centavos en la bolsa. Hoy reconoce que nunca se dio cuenta en qué momento sucedió la violencia económica. 

El camino de Alicia consistió en la lucha por su independencia económica para alcanzar la autonomía en ese ámbito y como madre. El camino no fue sencillo.

Para Alicia la maternidad autónoma también ha sido una recuperación de territorio: “A esta generación de mamás autónomas nos toca entender que la maternidad no la tienes que comprender en función de tus hijos, sino tuya, porque si tú no estás bien, no vas a poder estarlo con los niños”.

Carolina. Apoyo de redes

Para Carolina su separación fue como si la tiraran del piso 14 de una torre, pero a su paso y en un proceso largo, descubrió que ella ya era una madre autónoma desde antes de la separación. Él le mentía sobre su salario y su aportación económica era mínima en comparación de lo que Carolina obtenía con dos o tres trabajos. 

Ahora, como madre autónoma, reconoce que tiene una “increíble red de apoyo” que inicia con su madre, sus hermanas y tías, pero también están las amigas que no sólo ayudan con los asuntos de su hija, sino también con los de ella. Todas ellas son sus comadres.

Lee también: Autoras que debes leer para entender el feminismo

¿Cuál es el valor de estas redes? Carolina a los tres meses de parir debía volver a sus dos trabajos y una amiga se ofreció a dar seguimiento al desarrollo motriz de la niña mientras Carolina trabajaba. Esto sucedió entre los seis meses y el año de la niña. “Yo te voy a ayudar, yo sé cómo hacerlo” le dijo.

El acompañamiento del maternaje no sólo está a cargo de las mujeres, muchos hombres también acompañan y de este modo forman parte de las redes de cuidado: tíos, abuelos y amigos. 

Repensar la maternidad implica reconfigurar las tareas de cuidado como responsabilidad social, y reconocerlas como sostenimiento de la vida, finaliza la experta.

 

Comentarios
Samuel Fermín:

Esta web usa cookies.