La diversidad religiosa y cultural de México se refleja en la variedad de instituciones educativas que existen en el país. Entre ellas, las universidades religiosas, que juegan un papel importante en la formación de profesionales y líderes, que no sólo están comprometidos en su campo de estudio, sino también con sus valores y principios éticos y morales.
“Las religiones, especialmente el cristianismo, tienen una profunda tarea educativa. Y en este sentido, la comunicación misma de la fe, tiene un papel importante de acercamiento, de introducción, y de resignificación del mundo a través de la experiencia religiosa“, explica Christian Duecker García, Director de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Popular Autónoma de Puebla (UPAEP), una de las instituciones de educación superior mexicana de identidad católica más importantes del país.
De acuerdo con Duecker, algunas universidades han comprendido que la tarea de la comunicación de la vivencia de la fe, no puede transmitirse por asignaturas que capacitan en competencias específicas, y que dan cualificaciones laborales; ni siquiera cuando se trata de contenidos sobre las culturas de grandes tradiciones religiosas, como la judeocristiana. Por lo que ahora el intento es transmitir la fe a través del testimonio.
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“Esto no quiere decir que el profesor, por ejemplo de matemáticas, enseñe doctrina en su clase, sino que el modo de entender las matemáticas, el modo de comprender su relevancia o importancia esté conectado de alguna manera por la experiencia viva que tiene de la fe”, explica el filósofo en entrevista.
Además, Duecker García subraya que puede suceder lo contrario, que una persona que conozca muy bien la doctrina religiosa no transmita el testimonio de la fe, por tener una forma tibia o indiferente de afrontarlo.
“Entonces hay que diferenciar dentro de las universidades, lo que aparece como formación integral de la persona, que está inspirada por la orientación de las creencias religiosas, por el logro cultural, o ventajas que esta experiencia que haya dado a lo largo de la historia, y las instancias a través de las cuales se comunica, se vive y se comparte la experiencia de la fe”, detalla.
La diversidad religiosa es una riqueza cultural que enriquece nuestras sociedades y fomenta el respeto y la tolerancia. En este sentido, el Día Internacional de las Religiones, que se celebra el tercer domingo de enero de cada año, busca promover la comprensión y el diálogo interreligioso en todos los ámbitos, y especialmente en el educativo.
La educación juega un papel fundamental en la formación de ciudadanos respetuosos y conscientes de la diversidad religiosa, por lo que es esencial abordar este tema de manera integral y respetuosa en las aulas.
Para el Maestro José Luis Camacho Gazca, Coordinador de la Licenciatura en Literatura y Filosofía por la Universidad Iberoamericana, Campus Puebla, estos son buenos tiempos para el estudio de las religiones, a pesar de la desinformación y la charlatanería.
“Es un momento histórico en el que mucha gente ya puede entender la espiritualidad como algo universal y lo religioso como algo histórico y circunstancial. Ambas están relacionadas con la trascendencia, pero la religión es más propensa a ser analizada con ciencias auxiliares”, afirma Camacho Gazca.
De acuerdo con Camacho Gazca, cuando las personas se dan cuenta que su religión es producto de un devenir social, que puede ser depurada de pensamiento mágico (“al menos parcialmente” aclara) y que está afectada por crisis epocales o que sus ritos o ministros son imperfectos, hay una oportunidad de que tengan un cuestionamiento suficiente para llevarles a estudiarlas.
“En mi experiencia, creyentes y ateos están interesados por igual en un tipo de espiritualidad e incluso demuestran curiosidad por las religiones, al menos en sus aspectos culturales o manifestaciones artísticas. También he podido notar cómo muchos estudiantes comprenden mejor su trasfondo religioso al estudiar otras religiones o sistemas de creencias”, explica.
Camacho Gazca, experto en estética y arte, subraya la frase Max Müller: “El que sólo conoce una religión, no conoce ninguna”. De acuerdo con Camacho, esta frase hoy es más cierta que nunca, pues las personas vivimos en contextos religiosamente plurales.
“Sólo un estudio responsable de la religión puede llevar a un verdadero ecumenismo (no ingenuo ni “buena Indira”) que ayuda a superar prejuicios e ideas fijas en todo el mundo”, concluye.
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