¡Prepárate, porque la época más calurosa del año está por comenzar! En unos días ocurrirá el solsticio de verano, un fenómeno astronómico que marca el fin de la primavera y que se caracteriza por el incremento de la temperatura, lluvias y días soleados.
Además, este evento natural también es conocido como el día más largo del año, pues la luz solar nos iluminará por más tiempo. Pero, ¿qué es y cuándo ocurrirá? A continuación te contamos.
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¿Qué es el solsticio de verano?
De acuerdo con Julieta Fierro Gossman, investigadora del Instituto de Astronomía, “el solsticio de verano tiene lugar cuando “el Sol pasa por uno de los puntos de la eclíptica más alejados del ecuador”.
Esto quiere decir que en ese momento el hemisferio norte está más inclinado hacia el astro rey, razón por la cual “recibe más luz solar que en cualquier otro día del año”, dando pasó a que el día sea “el más largo del año”.
Foto: UNAM
Sin embargo, la científica aclaró que esto “no significa que el primer día del verano sea más caluroso”. En México, por ejemplo, su posición más próxima al ecuador provoca que el cambio entre estaciones sea menos notorio y en el verano llueve, por lo que “no necesariamente en esta época del año aumenta tanto la temperatura”.
En cuanto al significado de solsticio, Fierro Gossman detalló que se le denomina solsticio de verano porque alude al término “Sol quieto”, pues “parece que día con día el astro rey se mueve menos, que permanece por mucho tiempo en un solo lugar (hemisferio norte) y después en el otro (hemisferio sur) y, si se observa bien, “podremos notar que forma el símbolo del infinito. A esa figura se le llama Analema”.
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¿Cuándo y a qué hora ocurrirá?
Según informó la investigadora, el miércoles 21 de junio a las 8:57 horas en el hemisferio norte ocurrirá el solsticio de verano, que dará por terminada la primavera. Esta fecha, será el día más largo del año porque la luz solar nos iluminará 2 horas más de lo habitual. Así que en total el día durará 13 horas y 10 minutos.
Las estaciones y las cosechas
Fierro Gossman también mencionó que para realizar sus actividades, los mesoamericanos se regían en su calendario dividido en dos estaciones: la de secas y la de lluvias. Este comenzaba en mayo justo en el inicio de las lluvias “ya que la mano de obra debía irse a cultivar la tierra, cuando los trabajadores debían estar en el campo”.
Mientras que durante los meses de invierno: noviembre, diciembre, enero y febrero, o cuando no llueve, “la mano de obra se dedicaba a la construcción de monumentos, así como a realizar mercadeo”.
Asimismo, destacó que “las grandes civilizaciones empezaron en el hemisferio norte y migraron muchas de sus tradiciones a nivel mundial. Algunas de las usanzas mesoamericanas se conservan, por ejemplo los campesinos que dependen del temporal están al tanto de los periodos de lluvias y de secas, mientras que los agricultores que producen con riego aprovechan todo el año”.