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Proteger al ajolote puede ayudar a todo el ecosistema, señala experto de la UAM

Foto: Especial

México tiene una interesante variedad de especies endémicas de flora y fauna. Entre ellas podemos encontrar la flor de nochebuena, la flor de cempasúchil, la biznaga barril de acitrón; y animales como el teporingo, la vaquita marina o la totoaba, según información del Gobierno de México.

Sin embargo, existe una especie endémica mexicana muy especial, se trata de un animal con características muy particulares pues es capaz de regenerar sus extremidades, ¡incluso después de ser cortadas!

Nos referimos al ajolote mexicano que, en la época prehispánica, era considerado el hermano gemelo de Quetzalcóatl. “De peculiar sonrisa y branquias a manera de barbas de dragón, el ajolote es otro de los tesoros endémicos mexicanos. Resguardado en el imaginario azteca como el hermano gemelo de Quetzalcóatl…” señala la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales.

Desafortunadamente, esta especie se encuentra en peligro de extinción, además de vivir en un ambiente con importante deterioro. Aun así, la esperanza no está perdida pues, de considerarse una especie vital para el país, podría asegurarse su conservación, al igual que la de su ecosistema.

“Si al ajolote se le considerara una especie bandera y se luchara por su conservación en sus lagos de origen, no sólo se detendría su peligro de extinción, también se protegería a las demás variedades que habitan en su entorno. Esto sería una oportunidad de recuperación para todo el ecosistema”.

Lo anterior lo señala José Antonio Ocampo Cervantes, jefe del Proyecto Centro de Investigaciones Biológicas y Acuícolas de Cuemanco (CIBAC) de la Unidad Xochimilco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).

 

La especial habilidad de regeneración de los ajolotes

Ocampo Cervantes participó en el Ciclo Xochimilco Hoy: Depredación, Aprovechamiento y Conservación. Ahí destacó las cualidades que tiene el ajolote, sobre todo la capacidad para regenerar sus extremidades, desde el tejido muscular, hasta los nervios y los huesos.

El investigador señala que un ajolote, al perder una de sus extremidades, inicia un proceso de cicatrización donde las células se mueven hacia la parte dañada y generan una capa de tejido. Es mediante la activación y desactivación de algunos genes, y la señalización de ARN mensajero que puede recuperar todo, hasta la piel.

Esta cualidad los hace bastante especiales y, ante el peligro que hay para su especie mexicana, se han realizado algunos esfuerzos para resguardarla.

El experto señala que el CIBAC ha funcionado como hogar de una colonia de estos animales, fundada en 2007. Ahí se investiga su reproducción en cautiverio y cultivo de la especie. Además, en 2013, liberaron ejemplares en San Gregorio Atlapulco. Esto con el fin de lograr una reintroducción.

La importancia de la conservación de esta especie también podría generar importantes beneficios en nuestro país. Ocampo Cervantes señala que si se quiere conservar el genoma como recurso genético de México y que sea propiedad de los mexicanos, se debe mantener el fenotipo original. Este es muy importante pues propiciaría la recuperación del ecosistema xochimilca.

 

Problemas a los que se enfrenta el ajolote mexicano

El peligro de extinción de esta especie es resultado del aumento de la actividad humana en su lugar de origen. La UAM señala que, entre los problemas, está la pérdida de su hábitat que dejó de ser natural por el uso de suelo habitacional. Se han modificado los cuerpos acuícolas para construcción y el espejo de agua de los canales de la zona, desaparece.

También señala como problema la aparición de especies invasoras como la tilapia y la carpa. Esto junto al ambiente artificial que ahora conforma a la zona lacustre de Xochimilco, pues su fuente de agua ya no es natural, sino que viene desde las plantas de tratamiento del Cerro de la Estrella y San Luis Tlaxatemalco.

De igual manera, indican que el uso de lanchas motorizadas en los canales han elevado el consumo de combustibles y metales pesados, esto genera una fuerte presencia de metales suspendidos y disueltos.

Finalmente, el experto señala que hay un factor que podría desaparecer al ajolote mexicano, ligado al consumo y hábitos de las y los mexicanos. “Si a esto le sumamos la venta para consumo o como mascota, pronto veremos el irremediable fin de esta maravillosa especie mexicana”.

Para conocer más sobre los proyectos de conservación del ajolote mexicano en el CIBAC de la UAM, puedes dar clic aquí.

 

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Moisés Salcedo:

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