Todas y todos atravesamos por inevitables transformaciones en nuestro cuerpo a lo largo de la vida. Por ejemplo, el cambio de voz durante la adolescencia. Seguramente, cuando eso pasó, no te diste cuenta. Y, si alguna vez te preguntaste por qué esto ocurre, hoy te traemos respuestas. Así que, toma nota.
La profesora de la Facultad de Medicina de la UNAM, Annel Gómez Coello, explicó para UNAM Global que la voz cambia en la pubertad porque se generan transformaciones en la anatomía del aparato fonoarticulador, que está conformado por cuerdas vocales, laringe, pulmones, senos paranasales y la boca.
Durante la pubertad también se producen hormonas sexuales como la testosterona (en los hombres), que ocasionan que la laringe descienda. Asimismo, en esta etapa de la vida, el cuello se alarga y el tórax se ensancha. Algunas personas podrían presentar la manzana de Adán, es decir, el crecimiento de una parte de los cartílagos de la laringe.
Así lo refiere la experta, quien también detalló que dichos cambios, en conjunto, influyen en el paso del aire por las cuerdas vocales. De igual modo, tienen que ver en la manera en la que estas vibran. Así, se producen variaciones en la voz que son más notorias en los niños que en las niñas. En caso de que alguna chica no presente transformaciones, entonces puede tener la voz “más chillona”.
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Transformaciones de la voz
La voz no es la misma en la infancia que en la pubertad. Pero, tampoco lo es en la vejez como lo era en la juventud. ¿Por qué? La académica de la UNAM señala que entre los 50 y 55 años de edad, las articulaciones y cartílagos comienzan a degenerarse.
Las cuerdas vocales también pierden grosor, elasticidad, se arquean y “no se contactan completamente”. Como consecuencia, la voz se emite con mucho aire, rasposa y con bajo volumen. Este último tiene que ver con la pérdida de la capacidad pulmonar.
¿Nos podemos enfermar?
En relación con las enfermedades de la voz, Gómez Coello indicó que estas se pueden clasificar en dos tipos: orgánicas y funcionales. Las primeras se asocian con lesiones como pólipos y nódulos. Ambos son característicos de locutores, cantantes, oradores y, en general, de personas que trabajan con la voz.
Mientras que, las enfermedades funcionales son aquellas que alteran el mecanismo de producción de la voz. Por lo que, se manifiestan disfonías (voz ronca) y afonía (pérdida total de la voz).
De acuerdo con la foniatra universitaria, en el Instituto Nacional de Rehabilitación, las enfermedades de la voz más comunes son los nódulos y pólipos. En la lista también aparece la parálisis de cuerdas por cirugías de cuello, por laringitis alérgica o por reflujo gastroesofágico.
Para cuidar la voz, Gómez Coello recomienda mantenerse bien hidratado, evitar las bebidas azucaradas y el alcohol. Si eres de los que eleva el volumen de voz cuando hay mucho ruido de fondo, entonces quizá sea momento de dejar de gritar si quieres conservar tu voz en buen estado.
La especialista sugiere otras medidas. Entre ellas, no automedicarse y evitar abusar de la voz. Por último, la experta dijo que la voz refleja nuestras emociones, pues es sensible a nuestro estado de ánimo. De hecho, por el tono, las y los demás pueden darse cuenta si estamos enojados, felices o si estamos mintiendo.