En un mundo donde la amistad se mide en likes y suscripciones, en un escenario donde el autoestima se alimenta de las reacciones de desconocidos a nuestras publicaciones, un estudio de la Universidad de Essex reveló una verdad cómica y sorprendente: ver YouTubers puede proporcionar más satisfacción emocional que charlar con algunas de nuestras amistades.
Imagínate este escenario: te sientes desanimado y en lugar de acudir a tu compañero de trabajo, o a ese amigo con el que te reunes de vez en cuando, decides buscar consuelo en canal de YouTube o en la red social de tu influencer favorito, ya sea Luisito Comunica o el Escorpión Dorado. ¿Sería eso suficiente para levantarte el ánimo?
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Según la Dra. Veronica Lamarche, del Departamento de Psicología de la Universidad de Essex, estas interacciones virtuales pueden elevarnos y reconfortarnos de maneras que las relaciones débiles simplemente no pueden igualar. En un estudio, recientemente publicado en Scientific Reports, investigó si las personas encuentran consuelo y validación en sus conexiones con celebridades online, aunque estas no les respondan.
La investigación explora el fenómeno conocido como ‘relaciones parasociales’, y arroja luz sobre su papel significativo en el cambiante panorama de las redes sociales. Lo que se encontró es que ver celebridades en línea refuerza positivamente las emociones.
¿Qué son las relaciones parasociales?
Las relaciones parasociales son esa especie de amistad donde un lado da todo y el otro… ni siquiera sabe que existes. En ese sentido son parecidas a algunas de las relaciones tóxicas comunes, pero en las que describe el estudio de Lamarche la otra persona puede ignorar por completo tu presencia en el mundo de manera literal.
Según la Dra. Lamarche, estas relaciones son una herramienta psicológica crucial que permite a las personas sentirse apreciadas, respetadas y comprendidas por figuras con las que quizás nunca se crucen en persona. Y no hay que adelantarse a juzgar, pues, de acuerdo con la investigadora, este comportamiento “no se limita solo a los jóvenes o a los solitarios”.
Además, la investigación indica que “las personas de todas las edades reportaron tener vínculos fuertes con personajes ficticios, celebridades y personalidades online”, según se reporta en el portal de la Universidad de Essex.
El experimento
El estudio incluyó a más de 1,080 participantes en tres investigaciones separadas destinadas a explorar cómo perciben e interactúan las personas en las relaciones parasociales. La edad promedio de los participantes fue de 35 años y provenían de Gran Bretaña y Estados Unidos.
Sorprendentemente, más de la mitad de los participantes (52%) afirmaron tener conexiones parasociales fuertes, y un 36% expresó “sentir cercanía” con un YouTuber. Además, imaginaban que esas relaciones podían ofrecer comprensión y validación mejor que las amistades no estrechas.
Amistades estrechas vs. amistades virtuales
Sin embargo, los mismos estudios revelaron que las personas prefieren las relaciones románticas o las relaciones estrechas a las relaciones parasociales para satisfacer necesidades emocionales. Aunque no en todos los casos.
“Cuando a las personas se les preguntaba que imaginaran un evento donde alguien hiriera sus sentimientos, algunas personas dijeron que sus vínculos ‘parasociales’ responderían mejor a sus necesidades emocionales”, concluyó Lamarche.
La investigación de Lamarche subraya la necesidad de estudiar y comprender más la complejidad de las dinámicas sociales en la era digital. La urgencia tiene más relevancia si se considera el incipiente nacimiento de las relaciones con chatbots inteligentes, como Replika.
En otra investigación realizada por investigadores de la Universidad de Birmingham y publicada en Psychological Science, se encontró que tener amistades de diferentes nichos sociales mejora el bienestar y la cohesión social. En ese estudio se examinaron a más de 24 mil adultos.
Si se consideran estos resultados junto con los del estudio Lamarche, tal vez podría inferirse que en la era digital una buena estrategia para cuidar nuestro bienestar involucre incluir entre nuestro nicho social a celebridades, e incluso a chatbots inteligentes.