La discapacidad visual es una condición que en México afecta a 2 millones 691 mil 338 personas, según el INEGI. Sin embargo, los libros todavía son inaccesibles para ellas y ellos pues existen pocos ejemplares en sistema Braille.
Pero, ¿cómo hacer valer el derecho a la lectura de las personas con discapacidad visual? Expertos de la UNAM coincidieron en que, para atender la situación es necesario que todos los involucrados en editar, conservar y divulgar los libros tengan ejemplares en varios formatos como Braille o audiolibros.
Una manera de tomar medidas al respecto y lograr textos inclusivos es la organización del foro “Derecho a Leer”, en el que participaron la Biblioteca Nacional de México (BNM) adscrita al Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB) de la UNAM, el Instituto Nacional de Derecho de Autor (Indautor), la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem) y el Organismo Mexicano Promotor del Desarrollo Integral de los Discapacitados Visuales.
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Durante su intervención, Pablo Mora Pérez-Tejada, director del IIB afirmó que “Derecho a Leer” se distingue de otros foros de fomento a lectura porque lo hacen desde una perspectiva diferente.
“…éste vincula y –a partir del Tratado de Marrakech– detona una serie de derechos y de promoción a una conciencia por la lectura desde una perspectiva distinta, en la que se comienza con las primeras necesidades que tienen las personas con discapacidad, como leer para vincularse y establecer nuevos derechos de lectura y de información”, destacó el académico.
¿Cómo se defiende el derecho a la lectura?
El coordinador de la BNM, Filiberto Felipe Martínez Arellano, explicó que el Tratado de Marrakech es un convenio internacional adoptado en 2013 por los Estados miembros de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI). El cual promueve la eliminación de las barreras del derecho de autor que impedían a las personas con discapacidad acceder a los textos impresos.
En ese sentido, Mora Pérez-Tejada comentó que las bibliotecas juegan un papel importante en la implementación de este tratado, pues es en estos recintos desde los que se pueden reproducir materiales que estén al alcance de personas con discapacidad. Esto se debe a que la Ley Federal del Derecho de Autor contempla excepciones para la reproducción de materiales en formatos accesibles.
Por su parte, Camerina Ahideé Robles Cuéllar, del Organismo Mexicano Promotor del Desarrollo Integral de los Discapacitados Visuales, IAP, dijo que “no es cosa menor que más de 90 por ciento de los materiales que se publican en el mundo sean inaccesibles a las personas con discapacidad visual o con otras dificultades para acceder al texto impreso.
Todos y todas tenemos responsabilidades en este proceso. Es imperante que trabajemos de manera coordinada no sólo con el fin de asegurar la existencia de estos formatos accesibles, tales como el Braille, los macrotipos, los materiales en formato de fácil lectura, la comunicación aumentativa, la interpretación en la lengua de señas o el subtitulaje”, subrayó.
Hugo Setzer Letsche, presidente de la Caniem, coincidió con los otros expertos pues dijo que “para lograr más publicaciones accesibles se necesita la alianza de varios sectores, como en este caso, pues una sola instancia no lo puede lograr, y debemos trabajar juntos”.
¿Cuántas personas con discapacidad visual hay en México?
Hasta el 2020, las cifras del INEGI indicaban que en nuestro país el 9.2% de la población tenía discapacidad visual. El 2.1% (2 millones 691 mil 338 personas) corresponde a quienes perdieron completamente la visión y el 7.1% (8 millones 974 mil 853) eran quienes tenían alguna limitación visual aún con el uso de lentes.