Una jueza de Montana les dio la razón a 16 jóvenes activistas al considerar que el estado violó su derecho a un “medio ambiente limpio y saludable” garantizado por la constitución estatal.
Los demandantes, de edades entre los 5 y los 22 años, alegaron que las políticas estatales a favor de los combustibles fósiles contribuyeron al cambio climático.
Otros jóvenes han presentado casos similares, pero este es el primero en llegar a juicio.
El fiscal general de Montana tiene previsto apelar la sentencia.
Crecer en Montana
Montana tiene cielos de un azul penetrante que parecen más grandes y brillantes que casi cualquier otro lugar del país. Con sus altas cordilleras que se abren a vastos campos verdes, ofrece 360 grados de vistas inigualables.
También lee: Ambientalismo tóxico
“Es maravilloso poder crecer aquí. Es un lugar precioso”, le dijo a la BBC Rikki Held, la principal demandante, de 22 años.
Ella creció en un extenso rancho de 7.000 acres (poco más de 28 kilómetros cuadrados) en Broadus, Montana. Cuando aprendía sobre el cambio climático en la escuela, pensaba que era algo que afectaba a los osos polares y a los glaciares lejos de su hogar.
Pero en los últimos años ha visto cómo empeoran las inundaciones repentinas, las sequías y los incendios forestales, que han afectado negativamente a los cultivos y el ganado del rancho de su familia.
Held sintió que no tenía más remedio que involucrarse con grupos de acción climática, como Our Children’s Trust, una organización sin ánimo de lucro con sede en Oregón que ha demandado a gobiernos estatales en nombre de jóvenes de los 50 estados.
El caso
“[El estado de Montana está] permitiendo y promoviendo un sistema energético basado en los combustibles fósiles, y eso está contribuyendo a las emisiones que generan el cambio climático“, dijo Held. “Va en contra de algunos de nuestros derechos básicos que están escritos en nuestra constitución”.
Citando una cláusula de la constitución de hace 50 años que garantiza que “el estado y cada persona deben mantener y mejorar un medio ambiente limpio y saludable en Montana para las generaciones presentes y futuras”, la demanda iba dirigida contra una ley estatal de 2011 que volvió ilegal que los análisis medioambientales tuvieran en consideración el impacto climático a la hora de decidir sobre nuevos proyectos, como la construcción de nuevas centrales eléctricas.
El lunes, la jueza Kathy Seeley declaró que el proceso estatal de aprobación de permisos para combustibles fósiles es inconstitucional, ya que no evalúa los efectos de las emisiones de gases de efecto invernadero.
“Se ha demostrado que las emisiones de Montana y el cambio climático son un factor que causa repercusiones climáticas en el medio ambiente de Montana”, escribió la jueza Seeley.
“Los demandantes han demostrado que, como niños y jóvenes, se ven desproporcionadamente perjudicados por la contaminación de los combustibles fósiles y las repercusiones climáticas”.
Julia Olson, abogada principal de Our Children’s Trust, lo calificó como una “gran victoria para Montana, para la juventud, para la democracia y para nuestro clima”.
“Sin duda vendrán más sentencias como esta”.
Pronto se verán casos similares en otros estados, como Hawái, Utah y Alaska, así como en países como Australia, Nueva Zelanda, Pakistán, Colombia y Uganda.
Kian, otro joven demandante, afirmó en un comunicado: “¡Somos escuchados! Francamente, la euforia y la alegría en mi corazón son abrumadoras en el mejor sentido”.
El carbón en Montana
La demanda ha dividido a los montaneses entre los tesoros del subsuelo y el medio ambiente de la superficie.
Montana posee el 30% de las reservas de carbón extraíble del país y produce la cuarta mayor cantidad de carbón entre los estados de Estados Unidos.
Aporta millones y millones de dólares de ingresos cada año al estado y los puestos de trabajo en la industria del carbón pagan un 30% más que la renta media estatal. El pleito ha resultado especialmente polémico para los muchos montaneses que trabajan en la industria del carbón.
Unos 112 km al noroeste de la granja familiar de Held se encuentra la pequeña ciudad minera de Colstrip, que está situada a la sombra de las altas chimeneas de una de las mayores centrales eléctricas del estado. En Colstrip, todo el mundo se conoce, y todo el mundo vive y respira carbón.
Joe Navasio trabajó como minero durante 40 años en la ciudad. Se mudó a Colstrip antes del auge del carbón en los años 70 y ayudó a convertirla en la comunidad que es hoy. Sin el carbón, según Joe, no quedará nada.
“Toda esta ciudad se diseñó para una cosa”, exclamó. “Para suministrar electricidad al noroeste. Si quieren encender la luz, nos necesitan“.
Novasio considera que el cambio climático es un problema mundial que no puede resolverse en Montana.
“Somos una miseria del problema”, dijo. “No se nos puede comparar con el resto del mundo”.
Novasio opina que el caso es un ejemplo de cómo los grupos ambientalistas utilizan a los niños para impulsar su agenda.
“No he visto ninguna solución”, dijo refiriéndose al caso judicial. “¿Qué pasa con esos pobres niños de Colstrip? ¿Qué pasa con ellos? ¿Qué pasa con el trabajo de sus padres? No veo a nadie corriendo a rescatarnos”.
El estado está apelando la sentencia. Si se confirma la decisión de la jueza, la ley estatal tendrá que reformular sus políticas de análisis medioambiental para tener en cuenta el cambio climático en futuros proyectos energéticos.
Emily Flower, portavoz del fiscal general de Montana, Austin Knudsen, calificó la sentencia de “absurda”.
“No se puede culpar a los habitantes de Montana de cambiar el clima; incluso los peritos de los demandantes coincidieron en que nuestro estado no tiene ningún impacto en el clima global”, declaró Flower.
Durante el juicio, celebrado en junio, los 16 demandantes presentaron evidencia de que las emisiones de dióxido de carbono contribuyen al aumento de las temperaturas y de los incendios forestales, lo que a su vez perjudica su salud física y mental.
El estado argumentó que, incluso si Montana dejara de producir dióxido de carbono, ello no detendría la aceleración del cambio climático, ya que otros estados y países siguen contribuyendo a las emisiones de combustibles fósiles.