La comunidad del IPN se encuentra de fiesta, pues se dio a conocer la noticia del nacimiento de Juanito, un tierno burrito blanco que, desde sus primeras horas, ya es todo un politécnico de corazón. Pero ¿sabes de dónde viene la tradición del centro educativo de tener un burro blanco de mascota?
Casi todas las instituciones de educación superior tienen una mascota con la cual se identifican; en el caso del IPN es el burrito blanco, y su origen tiene distintas versiones.
Lee también: ¿Qué películas gratis tiene el IPN en mayo?
Juanito, el nuevo integrante del IPN
La institución dio a conocer la llegada de Juanito, un nuevo politécnico de corazón que nació hace unos días en Zacatenco.
Pero ¿por qué el burro blanco representa el orgullo político? La institución detalla que de todos los équidos, estos animales son los más sociales, ya que generan vínculos muy fuertes con las personas que los quieren y cuidan.
Además, son muy inteligentes, pues tienen una excelente memoria y pueden comprender diferentes comandos de voz; si los llamas, acuden inmediatamente.
Sobre todo, son unos animalitos muy importantes, pues participan en actividades de agricultura, ganadería y transporte. Ello contribuye a la seguridad alimentaria y al desarrollo sostenible en comunidades rurales y de difícil acceso.
En su página web, el IPN explica que es tradición que las escuelas superiores, particularmente los equipos deportivos, elijan una mascota.
Se conocen por tradición oral diferentes versiones que, al paso del tiempo, se funden entre la realidad y el mito. En el caso del IPN, sobre el burro blanco, destacan dos versiones diferentes:
- La primer versión dice que el ingeniero Juan de Dios Bátiz, acompañado de algunos estudiantes, al avizorar los terrenos que serían para el Casco de Santo Tomás, dejó dentro a una burrita blanca. De inmediato le tomaron aprecio y pagaron por ella a su dueño, además de que la declararon como la mascota del IPN.
- Otra versión afirma que un grupo de jugadores y estudiantes la encontró y la adoptó. También se dice que se le escapó a su dueño y huyó hacia los terrenos del IPN en el Casco de Santo Tomás, y los estudiantes que la encontraron hasta ofrecieron monedas de oro por ella.
La institución recalca que si bien en México los burros no están en peligro de extinción, es alarmante la disminución de su población. De acuerdo con el Inegi, de 1995 a 2010 se redujo en 61.9%, al pasar de 1 millón 527 mil ejemplares a 581 mil.
Es por ello que la noticia del nacimiento de Juanito es relevante, pues además de ser un nuevo integrante de la comunidad politécnica, también representa un esfuerzo por la conservación de tan importante especie en nuestro país.
Lee también: IPN: estas son las ingenierías y licenciaturas que ofrece el Poli