Durante Feria Internacional del Libro en Guadalajara 2022, especialistas exploraron la historia de cómo el árabe forma parte del ADN de la lengua que más se habla en América: el español.
Un ADN cultural del español
Este fue el tema de la conferencia “El mundo árabe. Un ADN cultural del español”, que formó parte del programa FIL Literatura, de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL), que tiene a Sharjah y la cultura árabe como invitado de honor.
En la presentación, comentaron que tuvo que pasar casi un milenio para que la oración árabe “alwadi alhajariu”, que significa “valle de piedras” se transformara en la palabra “Guadalajara”.
Hoy este nombre, que se refiere a la ciudad mexicana, es tan solo una de las más de 4 mil palabras del idioma español que recuerda la enorme influencia de la cultura árabe que se desarrolló por 800 años en la Península Ibérica.
Durante la conferencia, participó la investigadora de la lengua española, Concepción Company Company, académica del Colegio Nacional, quien aseguró que el español tiene más palabras del árabe que del propio latín:
El árabe es la lengua que más léxico le ha aportado al español después del latín. En español hay más de 2 mil voces árabes primarias en la lengua española. Si se cuentan los derivados de esas 2 mil palabras, pueden llegar hasta 4 mil palabras. Además, no hay ninguna lengua, de las 6 mil 110 que están en el inventario del Instituto Max Planck, que haya tomado tantísimas voces y que nosotros no notemos que son arabismos, recalcó la investigadora.
¿Cómo qué palabras son árabes?
Algunas palabras son almacenar, alcalde, alquiler, zaguán, alhaja, baldío, sandía, barrio, jabalí, ojalá, limón, naranja, toronja, alfarería, albañil, tabique, zanja, azul, azulejo, noria, alacena, alfiler, ajuar, almohada, azotea, jarra, tapete, taza, algarabía.
También los apellidos con el sufijo “ez”, que significa “hijo de”, como Hernández, Fernández, Pérez, Martínez; y nombres como el de Guadalajara, Guadalupe, Andalucía, Fátima, Zutano, Mengano, también son de origen árabe. Si bien, dijo, el latín es lengua patrimonial del español, el árabe fue la que más aportó.
Este préstamo de palabras, según la investigadora, evidencia que durante 800 años de la existencia del Califato de Córdova en la Península Ibérica fue de una relación íntima, entre castellanos, musulmanes y judíos.
Fue un intensísimo contacto al punto de que los latinismos se conocen en lengua española como un arabismo: la palabra ‘alcázar’, que significa campamento, viene del latín ‘castrum’ y los árabes se apropiaron de esa palabra latina.
Sobre esta mezcla cultural
En la misma conferencia, el escritor mexicano Maruan Soto Antaki, rememoró que sólo pasaron 50 años desde que iniciaron las prédicas coránicas, en el siglo 7 d.C., para que se consolidara un gran imperio islámico que se extendió desde la Península Arábiga pasando por el Medio Oriente, el Norte de África y parte de Europa.
En muy poco tiempo se estableció una civilización completa con un legado de intermediación. En 756 se fundó el Emirato de Córdoba y pasaron ocho siglos de desarrollo islamo árabe en la Península Ibérica, dijo.
Indicó que, en el libro de Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra, se hace referencia a la cultura árabe, que estaba inmersa en las dinámicas de España, como que el personaje de Sancho comía carne todos los días excepto el viernes, que era cuando comía lentejas, porque el viernes es un día sagrado para los musulmanes.
Fue en 1492 cuando los Reyes Católicos conquistaron el Reino de Granada y acabaron con 800 años de la presencia árabe, pero su cultura no murió, sino que se expandió. Al ser el Sur de España el punto geográfico más cercano con el Nuevo Mundo, las palabras árabes tuvieron una mayor influencia en América hasta nuestros días.
Por ello, en los países hispanohablantes tienen palabras como alberca, en vez de piscina; aceite, en lugar de oleo; aceituna, por oliva; almacén, por depósito; alcalde, por merino; zaguán, en vez de portón.