¿Es la IA amiga o enemiga de la educación?
La inteligencia artificial (IA) tiene un gran potencial para la educación, pero también puede jugar en contra si se hace un mal uso de ella
Salón de clases. Foto: PexelsLa inteligencia artificial está transformando distintos procesos de nuestra vida cotidiana, incluida la educación. Si bien hoy por hoy es una herramienta sumamente útil en las áreas de aprendizaje, puede convertirse en un arma de doble filo para los estudiantes si no hacen un uso correcto de esta tecnología. En el marco del Día Internacional de la Educación, analizamos sus alcances tanto buenos como malos.
“En la parte de la investigación, la IA tiene aportes muy positivos. La información que hay en la internet es tanta que es necesario contar con una herramienta que nos ayude a concentrar y resumir todos esos datos. Se trata de cómo los alumnos pueden elegir, de un abanico infinito de opciones, la información que más se apegue a sus requerimientos”, señala Gabriela Martínez Morales, rectora institucional de la Universidad Tecnológica de México (Unitec).
La inteligencia artificial también permite personalizar el contenido educativo, es decir, adaptar las lecciones tanto a las necesidades como al ritmo de aprendizaje de cada estudiante, con el fin de tener un mejor entendimiento de las asignaturas.
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Además, el desarrollo de tecnología abre la puerta a experiencias inmersivas que ayudan a reforzar la enseñanza tradicional.
En algunas instituciones, la IA se está incorporando fuertemente en la enseñanza online para diferentes actividades, por ejemplo, la instrucción de algunas temáticas o la aplicación de exámenes. Esta tecnología se emplea, incluso, para automatizar diferentes tareas administrativas, lo que permite liberar tiempo para los docentes.
Pero no todo es miel sobre hojuelas en este tema. Las aplicaciones de IA aún se encuentran fuera del alcance de diversas instituciones educativas en el mundo, lo que impide estandarizar el uso de esta tecnología. Asimismo, su crecimiento acelerado pone sobre la mesa distintos riesgos y desafíos, relacionados principalmente con cómo debe utilizarse en la educación.
¿Cuándo la IA se utiliza mal?
“Hacer un trabajo sin leerlo, filtrarlo ni darle su enfoque personal nos indica que la inteligencia artificial no está siendo bien utilizada, ya que no deja un aprendizaje en el estudiante, quien debe tener la capacidad para saber que está haciendo mal, que está copiando y no está aprendiendo”, indica Gabriela Martínez Morales.
Es importante que los alumnos comprendan bien cómo funciona esta tecnología para así poder usarla de manera responsable en la educación y que, en un futuro, no reemplace al hombre en procesos esenciales como la resolución de problemas o la toma de decisiones, o bien, no supere la creatividad humana.
“Las universidades estamos para cuidar que la inteligencia artificial se incorpore de una forma ética, profesional y sin descuidar la parte humana; ése es el reto principal. El estudiante debe ser el eje del desarrollo del aprendizaje con el apoyo de la IA, no al revés. Tiene que ser exclusivamente una herramienta, no la opción en la que se base el estudio”, apunta la rectora institucional de la Unitec.
¿La IA va a sustituir la educación?
Hay quienes se preguntan si llegará el momento en que la inteligencia artificial termine con algunas carreras o no sea necesario desarrollar ciertas capacidades por ser parte ya de procesos automatizados. La también ingeniera en Comunicaciones y Electrónica Gabriela Martínez Morales considera que las habilidades humanas son insustituibles.
“No se puede reemplazar el pensamiento crítico, la creatividad, la inteligencia emocional o la resolución de problemas complejos en contextos sociales, la cual va de la mano de la inteligencia emocional y la sensación fisiológica que generamos ante ciertas respuestas”, menciona.
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Hoy por hoy, la IA se ha incorporado en carreras de administración, ciencias sociales, mercadotecnia, negocios, salud, ingenierías, además de que se imparten maestrías especializadas en tecnología para poder otorgar estos conocimientos.
“Probablemente habrá sustitución de trabajos, en su mayoría riesgosos y de gran demanda física, con robots. Pero las profesiones van a evolucionar, de manera que el ser humano tenga más facilidad para ejecutar su trabajo y seguramente lo hará de una forma diferente”, subraya Gabriela Martínez Morales.
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La inteligencia artificial (IA) tiene un gran potencial para la educación, pero también puede jugar en contra si se hace un mal uso de ella